Exhausto pero feliz. Así se mostraba Niki Terpstra tras conseguir este domingo la mejor victoria de su carrera deportiva hasta la fecha. Entrar vencedor en el velódromo de Roubaix es algo con lo que todo ciclista sueña, más aún si dedicas toda tu trayectoria a perseguir este objetivo. Terpstra ya estuvo anunciando sus intenciones desde febrero, después de ganar el Tour de Catar, y fue confirmando su estado de gracia haciendo lo mismo en A Través de Flandes, siendo segundo en E3 Harelbeke y acabando sexto en el Tour de Flandes.

Sólo bastó un ataque por sorpresa y certero para conseguir su sueño. “Estoy feliz, pero también muy cansado”, afirmó en zona de podio. “Al final he ganado una grande. Desde que era un niño y comencé en el ciclismo, París-Roubaix era la carrera más especial para mí. Ahora la he ganado. Es un sueño hecho realidad”.

El holandés de Omega Pharma se aprovechó del bloqueo táctico en el que desembocó la carrera tras el Carrefour de l'Arbre y recibió luz verde desde el coche para volver a tensar a los rivales. “Peeters nos dijo desde el coche que si llegábamos al sprint tendríamos que ir con Tom (Boonen)”, explicó. “Pero también dio opción al ataque si nos veíamos con fuerzas. Zdenek (Stybar) y yo debíamos ser los encargados y ellos saben muy bien lo que me gusta. Veinte segundos después ataqué, vi que abría hueco y no volví a mirar hacia atrás”, añadió.

"Peeters nos dio luz verde a Zdenek y a mí para atacar. A los 20 segundos demarré", explicó el holandés

Terpstra culmina así una nutrida trayectoria profesional, centrada en las clásicas de primavera. Su colección de trofeos no es numerosa, pero sí de espesor. Con 29 años, camino de los 30 en mayo, y diez temporadas como profesional, el de Omega Pharma ha cosechado nueve victorias, entre ellas una etapa en Dauphiné (2009), dos Campeonatos Nacionales (2010 y 2012) dos A Través de Flandes (2012 y 2014) y esta Roubaix. Su salto al desaparecido equipo Milram le permitió correr la mayoría de las grandes clásicas. Sus notables resultados en ellas fueron una razón de peso para que se uniera en 2011 al equipo de referencia en clásicas, Quick Step, actual Omega Pharma-Quick Step.

El viento, tema recurrente

Por otro lado, su compañero Zdenek Stybar, quinto en meta, felicitó a su compañero por esta complicada victoria y apuntó al viento como factor decisivo, compartiendo la opinión de Cancellara. “No fue una carrera fácil. Había viento de cara y eso, yendo en cabeza, te mata. Fue realmente difícil, pero al final obtuvimos el mejor resultado”, explicó el checo. “Pienso que como equipo somos realmente fuertes y hoy lo hemos probado, como un equipo, y hemos ganado”, sentenció.