Roman Kreuziger, mano derecha de Alberto Contador en Tinkoff-Saxo, se presenta en el Tríptico de las Ardenas confiado, pero no en el mejor estado de forma. El vigente vencedor de Amstel Gold Race, cuya edición 2014 se disputa este domingo, afirma no estar al cien por cien tras correr País Vasco, aunque no se autodescarta para luchar por la victoria, ni de ésta ni de las siguientes carreras, Flecha Valona y Lieja.

En una breve entrevista, publicada en la web oficial de su equipo, Kreuziger habla de sus sensaciones de cara a las clásicas. “No me siento en mi mejor forma, pero nunca se sabe. Hace un año, por estas fechas, estaba igual y logré el triunfo en Amstel”, declara. “Tengo confianza, sobre todo, para hacerlo bien en Flecha y Lieja”, afirma.

Descartado Contador, hombres como Nicki Sorensen, Karsten Kroon o Rory Sutherland escoltarán al checo en esta trilogía de clásicas, que asume el liderazgo con motivación y espíritu batallador. “Estamos listos. Para ganar hace falta estar en forma, pero también mucha suerte. Estoy seguro que que veréis bien nuestro maillot por allí”, añade.

Kreuziger, que el próximo 6 de mayo cumplirá 28 años, separa su calendario del lado de Contador para afrontar, por segundo año consecutivo, un tríptico que le ha otorgado puestos de honor y, finalmente, grandes alegrías.

Salvo un paréntesis en 2012, en el que descartó presentarse al Tríptico para preparar mejor el Giro, no ha faltado a estas citas en ningún año de su carrera profesional. Fue quinto en la Amstel de 2010 y cuarto en la Lieja de 2011, las dos ganadas por Philippe Gilbert. Pero el broche de oro llegó de manera casi inesperada, tras sorprender a todos los favoritos en la pasada Amstel. Atacó a 21 km. de meta, para cruzar después, en solitario, la nueva meta de la prueba holandesa.

Este año el nivel será algo mayor y el checo no contará con la libertad de movimientos del pasado ejercicio. Por el momento, hombres como Valverde o Kwiatkowski parten con ventaja y llegan con avales suficientes para no dejar escapar la victoria en Valkenburg. Todo esto a pesar del 'nuevo' final, estrenado en 2013, y cuya meta se desplaza dos kilómetros más allá del Cauberg, abriendo el abanico de aspirantes.

“Con Alberto todos damos lo mejor”

Kreuziger corrió la semana pasada la Vuelta al País Vasco para calibrar su forma con respecto a las clásicas, tras un rendimiento notable en Tirreno. En la Itzulia ha estado algo más escondido, aunque siempre prestando su ayuda a un Contador intratable en esta primera parte de la campaña. “Con Alberto todos queremos dar el máximo y eso fue lo que hicimos en País Vasco”, explica. “Él sabe perfectamente cómo motivar a los compañeros. Es un placer trabajar para él”, destaca.

De la ronda, ganada por el madrileño, se quedó con su alto ritmo, que le hizo sufrir por momentos. “Fue la mayor sorpresa para mí”, comenta. “No me sentí realmente bien, pero el esfuerzo acumulado y el descanso posterior me harán bien”, concluye.