No hay precedentes similares de Alejandro Valverde con vistas al Tríptico de las Ardenas. En sus años victoriosos, 2006 y 2008, llegaba al Benelux con uno y tres triunfos en la bolsa, respectivamente. La mayoría de ellos se produjeron en escenarios de categoría media, como la Vuelta a Murcia o la París-Camembert. En 2014 las cosas no han cambiado demasiado, aunque la efectividad del murciano en ese nivel es mayor. Sus siete victorias siguen siendo un gran reclamo en las casas de apuestas. También su regularidad. Pero ahora el escenario se complica.

Valverde siempre promete en los prolegómenos de Amstel, pero sus enteros bajan en el trayecto entre Huy y la Redoute. En aquellos maravillosos 2006 y 2008, con sendos trofeos en Lieja y una Flecha Valona, sí daba lo mejor de sí, demostrando una clara superioridad ante rivales de su altura. Pero tras cumplir su sanción, al de Movistar se le sigue resistiendo el cajón más alto del podio.

Este año las sensaciones son superiores a las de las últimas temporadas. A pesar de haber fracasado en País Vasco, la elección de un calendario más clasicómano hace pensar en una mejor preparación. “No voy a ir a probarme y a intentar estar delante. Tal y como me siento, la única idea es la de ganar”, afirma un ambicioso Valverde. “Es una semana muy importante para mí, ya que son carreras que me gustan y se me adaptan perfectamente”, añade.

Un buen espejo donde fijarse está en la secuencia Strade Bianche-Roma Maxima, del pasado mes de marzo. Allí pudimos ver una excelente versión del murciano, que nos retrotraía a su época presanción. Un Valverde potente, efectivo, clasicómano ante todo. Pero las próximas citas poseen otra fisonomía. “Sabemos que es dificilísimo ganar. El año pasado también estaba muy bien, me metí en la pomada, pero no pude levantar los brazos”, señala. Los rivales son diferentes y están mejor preparados, por lo que será importante adaptarse a esa dinámica y tener un buen apoyo en el equipo.

Ion y Gorka Izagirre, Intxausti, Herrada o Gadret acompañarán al murciano en las tres carreras

“Parece que siempre repito lo mismo, pero es vital saber que los compañeros van a estar ahí”, explica. “Nos están saliendo muy bien las cosas y eso hace que nos presentemos allí con la moral alta”. Los hermanos Izagirre, Beñat Intxausti, Jesús Herrada y los experimentados Erviti, Gutiérrez y Gadret serán los apoyos con los que cuente en su reconquista del Tríptico.

Aun contando con un equipo de garantías, Valverde sabe que habrá un buen ramillete de contrincantes muy complicados de batir. “Enemigos no nos van a faltar. Purito y Kwiatkowski están demostrando cómo van en cada carrera. A Cunego también lo hemos visto en País Vasco. Gerrans, Nibali, Kreuziger, Gilbert... todos nos lo pondrán muy difícil”, asegura.

Sin preferencias

Para terminar, Valverde no tiene especial predilección por una u otra prueba, aunque deja entrever su pasión por la Decana, Lieja. Por otro lado, una victoria en Amstel le liberaría, a él y al ciclismo español, que continúa a cero en la clásica de la cerveza. “Voy a salir a disputar las tres a tope”, afirma. “Cada una tiene sus peculiaridades. Amstel es la más ratonera, es importante estar bien colocado; la Flecha sabes que se va a decidir al final y Lieja es una carrera de resitencia pura, donde es muy importante el estado de forma”.

La experiencia y sus siempre increíbles piernas serán las mejores armas del español. Tres triunfos y cinco podios en la trilogía deberán servir como inspiración para un corredor nacido sólo para ganar en este territorio.