Las caídas, los pinchazos, los cortes y los percances son habituales en los primeros días de la carrera francesa. El Tour de Francia no hace amigos ni entiende de favoritos. La cuarta etapa que unía las localidades de Le Touquet Paris-Plage y Lille ha comenzado con susto para Chris Froome (Sky).

El pelotón rodaba tranquilo y dejaba hacer a Thomas Voeckler (Europcar) y Luis Ángel Maté (Cofidis). Los hombres fuertes de la prueba reservaban fuerzas pensando en la durísima etapa del miércoles con final en Arenberg. Pero en el kilómetro ocho de carrera una caída rompió la paz en el seno del pelotón. Todo sucedió muy rápido, Froome sufrió un enganchón en la parte delantera del grupo y se fue al suelo chocando violentamente contra el asfalto. Una dura caída en la que se vieron involucrados Bauke Mollema (Belkin) y el reciente vencedor del Campeonato de España, Ion Izagirre (Movistar).

El corredor del equipo Sky se reincorporó rápidamente a la carrera, pese a las abrasiones y los golpes sufridos en su costado izquierdo, especialmente en la rodilla, la cadera, el codo y la muñeca. Froome concluyó la etapa en el grupo principal, con una férula en su muñeca.

Foto:Team Sky

Nicolas Portal, director deportivo del Sky, ha explicado en la web del Tour que el corredor se encuentra en buen estado y que se le harán radiografías en su muñeca para descartar cualquier lesión importante: "He pasado algo de miedo, como todos, pero he hablado con él y está bien. La caída ha sido fuerte, pero no ha sucedido nada grave. Se le ha colocado una férula como medida de precaución".

"La muñeca me duele, no son las condiciones ideales para afrontar la etapa de adoquines de mañana, pero tengo un gran equipo a mi alrededor y vamos a tratar de hacer las cosas lo mejor que podamos", confesaba el líder del Team Sky.

Froome ya se fue al suelo en la sexta etapa del Critérium du Dauphiné, una caída que le lastró durante el resto de la carrera. El británico perdió el liderato y acabó fuera del top ten.