Con la siempre odiada lluvia, más aún cuando se trata de adoquín, la quinta etapa de este Tour de Francia se ha corrido en unas condiciones dantescas, más típicas del abril primaveral que del junio estival. La quinta etapa era una de las más esperadas y presentaba los nueve tramos adoquinados que iban a romper en mil pedazos la carrera.

El esperado pavé se prsentaba mojado y embarrado al amanecer, y la organización se encargó de anular los tramos 7 y 5 (Mons-en-Pèvele y Orchies, respectivamente) para salvaguardar a los corredores y protegerlos de posibles caidas y problemas por la abundante lluvia y barro. Era una jornada dura para Vincenzo Nibali, pero curiosamente fue el mejor favorito que salvó la etapa por delante de corredores como Alberto Contador o Alejandro Valverde.

Una primera parte rápida y tensa

Comenzaba la etapa y nada más pasar el kilómetro cero y finalizar el trazado neutralizado Tony Martin (Omega Pharma) aceleró y luchó por irse, y rápidamente fue seguido por Simon Clarke y Matthew Hayman (Orica Green Edge), Rein Taaramae (Cofidis), Marcus Burghartd (BMC), Tony Gallopin (Lotto - Belisol), Samuel Dumoulin (AG2R), Janier Acevedo (Garmin) y Lieuwe Westra (Astana), que formaron durante casi 120 kilómetros la escapada del día.

@procyclingeu

Por detrás, dejandoles poco espacio, Astana tiraba con 'relativa' tranquilidad (la primera hora se rodó a casi 50 km/h) fruto de los nervios de la tensión y la prudencia, debido a la mojada carretera que han tenido los corredores durante toda la jornada. Más tarde el equipo kazajo fue ayudado por bloques como NetApp, IAM y Lampre-Merida.

La carretera no perdonaba y las caídas se sucedían en el pelotón. Uno de los que se fue al suelo fue Chris Froome, favorito a la victoria final, que con ayuda de sus compañeros (y del rebufo de su coche de equipo) se reincorporó al pelotón con facilidad. Por delante también hubieron caídas: Tony Martin, Acevedo y Dumoulin se fueron al suelo, dando por evidente la peligrosidad de las carreteras. La ventaja entre los de delante y el pelotón nunca pasó de los dos minutos en esta primera parte de la etapa.

Nervios al oler los adoquines

Los siempre nerviosos kilómetros previos a la lleegada del pelotón a los adoquines durante la primavera se transladó a los ciclistas a bastantes kilómetros de llegar al primer tramo. Tinkoff-Saxo se ponía junto a Astana a tirar para que la ventaja no se les fuera de las manos después del pequeño parón que incrementó la ventaja de los fugados hasta los tres minutos.

Tras la segunda caída, Froome decidió abandonar, abatido

A poco más de diez kilómetros para llegar al tramo de Gruson, Cannondale comenzó a tensar la carrera a favor de Peter Sagan, uno de los favoritos para ganar la etapa. Las caídas continuaban sucediéndose y Alejandro Valverde (Movistar) y Tejay Van Garderen (BMC) se vieron afectados de otra caída, que gracias a sus equipos pudieron volver al pelotón justo antes de empezar el primer sector adoquinado. Chris Froome volvió a caerse junto con Xabier Zandio y decidió abandonar por culpa de sus dolores en la muñeca, lastrado también por la caida del día anterior.

@ultimo_km

Pont-Thibaut destroza la carrera

El primer tramo de pavé no marcó la carrera, al contrario que el segundo tramo, Pont-Thinaut. Este último, caracterizado por sus curvas de noventa grados y su mal adoquín, se encontraba totalmente embarrado y lastró a corredores como Valverde y Contador, marcados por el miedo y la prudencia. Al final de este se Nibali salía reforzado y ya le sacaba más de cuarenta segundos a Contador y casi un minuto a Valverde, que aún estaba detrás.

Alberto, muy prudente y con tranquilidad en Pont Thibaut. @cs_drake

Astana y Lotto en el grupo de delante y Tinkoff-Saxo, al que luego se unió BMC, protagonizaron el duelo de los siguientes kilómetros. La ausencia de Mons-en-Pèvele hizo que la ventaja de Nibali respecto a Contador aumentase, llegando hasta el minuto a falta de cuarenta kilómetros del final. Y cuando los corredores entraron en el siguiente tramo de adoquín, se producía la caída de Lars Bak al inicio del mismo y de Van den Broeck (Lotto) y Talansky (Garmin) más tarde.

Con la carrera totalmente rota, Boom y Vanmarcke intentaron irse a por la exhibición y atacaron, pero su ataque no quedó en nada cuando los gregarios del Astana (más Westra, que se había dejado caer de la fuga) se pusieron serios delante del grupo de cabeza, logrando alcanzar a los dos holandeses y incrementando aún más la ya gran ventaja sobre el gran grupo donde iban Contador, Valverde o Porte, entre otros.

Vanmarcke sufría un pinchazo en Tilloy y abandonaba sus opciones de victoria, mientras no sin sufrir, Nibali continuaba en el grupo de cabeza y aguantaba las aceleraciones de Lars Boom, que tensaban el grupo cabecero. Después de la reagrupación al salir del tramo, Nibali estaba acompañado por Fuglsang, Westra, Sagan, Boom, Kwiatkowski, Renshaw, Trentin, Cancellara, Lemoine, Hayman y Keukeleire.

Hornaing, el escollo final

Con el grupo del líder ya dentro de Hornaing, de 3.700 metros, se produjo uno de los sucesos más sorprendentes de toda la etapa. Westra aceleraba y deejaba por delante a Boom Nibali y Fuglsang, y descolgados a corredores como Cancellara, Sagan, Keukeleire o Kwiatkowski.

Ya fuera del tramo y con los dos corredores del Astana tirando para maximizar su ventaja con los demás favoritos, se encontraron con el ataque de Lars Boom (Belkin) a falta de cuatro kilómetros del final. Dándolo todo para ganar la etapa, el holandés, labrado en el ciclocross invernal belga durante su juventud, se fue rápidamente de los dos corredores del Astana.

Gran rodador y con buenas piernas al final de esta dantesca etapa, el holandés sólo tuvo que dejar pasar los kilómetros y se plantó en la meta sin nadie que pelease su merecido triunfo. Alzó los brazos y celebró que había ganado una jornada para el recuerdo, y donde se había producido una gran brecha en la clasificación general entre Nibali y el resto de los favoritos.

Clasificación final

Así hemos vivido la 5ª etapa en VAVEL.