La sexta etapa del Tour de Francia 2014 se preveía tranquila, sin muchos sobresaltos, después de la dureza de la jornada de ayer con el final en Arenberg y el paso por tramos de pavé de la París-Roubaix. Estas previsiones fallaron totalmente ya que el viento lateral, unido a la lluvia, endureció la carrera y favoreció la creación de abanicos, algo que perjudicó a favoritos como Rolland o Pinot, que perdieron 59 segundos, o a sprinters como Kittel o Démare, que no pudieron pelear por el triunfo. Con todo esto, la victoria fue a parar a otro alemán, André Greipel, que ha campeonado en la primera llegada masiva en la que logra colocarse adelante.

La fuga del día la compusieron cuatro hombre, entre los que destacó por su ímpetu Luis Ángel Maté (Cofidis). El marbellí acabaría recibiendo el premio de la combatividad al final de la jornada. Junto al andaluz, buscaron la aventura Jerome Pineau (IAM Cycling), Tom Leezer (Belkin) y Arnaud Gerard (Bretagne). Este grupo logró una ventaja máxima de poco más de tres minutos, pero plantaron cara a un pelotón más pendiente de crear abanicos que de la persecución.

La meteorología fue un factor desestabilizador, tanto que provocó numerosas caídas. Hubo multitud de afectados como Dani Navarro (Cofidis), Thibaut Pinot, Arnaud Démare (FDJ), Jesús Herrada (Movistar) o Johan Vansummeren (Garmin). Pero, pese a todo, estos no fueron los peor parados. Xabier Zandio (Sky) y Egor Silin (Katusha), que se retiraron cuando faltaban unos 60 kilómetros para meta, y más tarde Jesús Hernández (Tinkoff), el lugarteniente de Contador, que sufrió un golpe que le dejó conmocionado y el equipo médico del equipo ruso optó por la retirada del madrileño.

Esta climatología, por lo que los equipos de los favoritos estuvieron muy atentos para evitar la formación de los mismos o para comandarlos ellos. Omega Pharma, Tinkoff y Giant fueron los más activos en la cabeza del pelotón hasta que Astaná retomó el control y la calma volvió a reinar en el pelotón hasta el tramo final.

Los escapados de la etapa de hoy. Foto: Le Tour

La diferencia de los escapados a falta de 30 kilómetros se mantenía estable en el minuto a la par que hacía acto de presencia un fuerte viento de costado. Esto ocasionó nerviosismo y un incremento del ritmo en el pelotón que aceleró la neutralización de la fuga. A falta de 20 kilómetros, Leezer y Gerard eran engullidos por el pelotón, pero Maté y Pineau se resistían a que su aventura acabase ahí. Este dúo continuó guerreando y el malagueño, picado con el francés del IAM, lanzó un demarraje que le permitió quedarse solo y enfrentarse al pelotón hasta que a falta de 12 kilómetros fue neutralizado.

Mientras, por detrás ya se habían producido cortes. El ritmo duro impuesto por Omega Pharma había causado estragos y gente importante para el sprint como Demaré o el mismísimo Kittel habían quedado rezagados, pero también favoritos a la general como Pinot y Rolland. 'Purito' Rodríguez, en su afán por no querer disputar la general y reservarse para algún triunfo de etapa, también se quedó en estos grupos traseros.

Todo estaba encaminado hacia el sprint, pero en el pelotón había revolucionarios que buscaban otra solución a esta etapa. En concreto se rebeló Michal Kwiatkowski (Omega Pharma), que atacó a falta de un kilómetro en busca de la gloria en Reims. Su intento duró unos 500 metros, lo que tardaron los lanzadores en alcanzarle para dejar vía libre a sus sprinters. Aquí no hubo rival para André Greipel que, con un Kristoff que arrancó pronto y un Sagan encerrado, logró su primer triunfo en esta edición de la carrera francesa.

Desde que el alemán cruzó la línea de meta, el cronómetro comenzó a funcionar en detrimento de Pinot y Rolland, que llegaron con un retraso de 59 segundos respecto al resto de favoritos. Nibali defendió sin problemas su maillot amarillo, que vestirá, al menos, durante otra jornada más camino de los Alpes, donde se espera otra entrega más de lucha en este apasionante Tour que se está disputando.

Etapa 7: Epernay-Nancy (234,5 kilómetros)

La de mañana es una jornada de acercamiento a los Alpes que, aparentemente, no debería producir demasiados sobresaltos. El terreno es ciertamente quebrado, pero nada especialmente complejo hasta el tramo final, ya que en los últimos 20 kilómetros se suben dos puertos de cuarta categoría, el último de ellos a menos de cinco kilómetros para llegar a Nancy. Es una buena ocasión para corredores rápidos que aguanten bien las subidas, como Sagan o Cancellara, aunque los sprinters podrían aguantar estos envites en forma de cota. También es una buena ocasión para las fugas y, por qué no, para valientes que traten de emular a Nibali en Sheffield.

Clasificaciones

El triunfo de Greipel, en imágenes