Parece que en este Tour de Francia no habrá ni un día para el descanso. Parecía la jornada indicada por el pelotón para intentar guardar alguna fuerza tras los grandes esfuerzos de la tensa primera semana. Pero no fue así y con la llegada de la lluvia, a falta de unos 50 kilómetros, parecía llegar la tempestad en medio del pelotón. Al final, Contador, Nibali, Porte, Valverde, Van Garderen...se la jugaron en la última cota, donde el madrileño salía vencedor de su particular lucha, no con mucha ventaja, pero sí con un margen moral de superiordad en un puerto muy corto. Por delante, ajeno a todo esto, Kadri se erigía protagonista de una buena fuga y lograba una gran victoria de etapa.

Etapa con trampa final

En una etapa con trampa final. No solo por esa lluvia de la que hablamos, impredecible en muchos casos, sino por los tres puertos finales, especialmente los dos últimos, que eran auténticas paredes, cortas pero muy intensas. Una jornada de 161 kilómetros con dos altos de segunda y el final en el alto de La Mauselaine (3ª).

Una cotizada fuga

La etapa arrancaba con mucho movimiento. Una jornada con muchas opciones para la fuga provocó numerosos movimientos. Al final, con unos treinta kilómetros recorridos, saltaban Niki Terpstra (OPQ) y Sylvain Chavanel (IAM), dos rudos corredores con calidad para imponerse en este final. Posteriormente saltaban Simon Yates (OGE), que ya había avisado de que estaba animado para atacar, Biel Kadri (ALM) y Adrien Petit (COF).

Poco a poco, este grupo de cinco fue haciendo hueco en los 90 kilómetros más tranquilos de todo lo que llevamos de Tour de Francia. El pelotón dejó hacer sin problemas y este grupo de cabeza consiguió superar incluso los diez minutos de renta, algo no visto en lo que llevamos de carrera. Parecía que todo iba encaminado a decidirse entre los de cabeza, aunque quedaba mucho y el mayor de los imprevistos estaba a punto de aparecer.

Ruptura del relax

En torno al kilómetro 111, al paso por Eloyes, la lluvia hizo acto de aparición sobre la escapada y, diez minutos después, el pelotón ya corría entre la humedad y los charcos, en medio de la tormenta que precedió a la calma reinante. Los equipos no quería relajación, querían estar atentos ante cualquier imprevisto en el nuevo escenario de carrera y la renta de los de delante comenzó a reducirse.

Chavanel se muestra, Kadri se erige protagonista

Llegaban los puertos y en la escapada el siempre animador e incansable Chavanel se iba en el primer resquicio, en la primera rampa del primer puerto, el Col de la Coix des Moinats (2ª). Tras el de IAM saltaban Kadri y Yates pero solo el de AG2R aguantaba el ritmo y conseguía, tras unos metros, enlazar con su compatriota. Por detrás quedaba el grupo perseguidor con Yates, Petit y Terpstra perdiendo cada vez más tiempo. Chavanel había visto la relajación en su grupo, al pelotón recortando cada vez más tiempo y sus opciones de victoria reducidas. Fue entonces cuando decidió lanzarse en solitario, con la posterior compañía de Kadri.

Y es que en el pelotón el ritmo se había acelerado tras el inicio de la lluvia. La preocupación y la tensión iban en aumento y nadie quería quedar en la parte trasera del pelotón, más cerca de las caídas y más lejos de la tranquilidad. Equipos como Katusha, Movistar, Tinkoff, BMC o Garmin estuvieron en cabeza tras el inicio del mal tiempo pero fue el conjunto de Alberto Contador el que encabezaba el grupo al inicio de la Croix des Moinats.

Proseguían los kilómetros de puerto, el más largo de la jornada, y Yates volvió a animarse. Cuando atacó Chavanel vio que no era su mejor momento y prefirió quedarse tirando de una veteranía increíble para este joven ciclista. Pero poco a poco, una vez hubo pasado el inicio del puerto, dejó atrás a los otros dos escapados para intentar encaramarse a la chepa de Kadri y Chavanel. El de AG2R quería poner un ritmo fuerte para evitar que Yates llegara, le temía, sabía de su calidad, de su desparpajo y sabía que podía ser un duro competidor en los puertos restantes, mucho más explosivos. Tanto fue el cántaro a fuente, que al final Kadri acabó dejando atrás a Chavanel que sucumbía ante un escalador con mejores cualidades para la montaña que él.

La responsabilidad para Tinkoff

Tinkoff comandaba por detrás mientras Joaquim Rodríguez se quedaba, esta no era su guerra por el momento. Por delante, Kadri fue abriendo hueco con Chavanel y Yates, que poco a poco se acercaba al de IAM. Kadri iba a por la pancarta de la montaña, la que le iba a hacer ponerse líder de dicha clasificación. Coronaba con 45 segundos con Chavanel y se lanzaba en el descenso con mucha confianza. Por detrás, Majka ponía un buen ritmo consiguiendo descolgar a hombres importantes como Kwiatkowski o Zubeldia. El bloque del conjunto ruso estaba trabajando bien y llevaba con un buen ritmo al grupo principal.

Fuente: RTVE.

Pasaban los kilómetros y Kadri iba consolidando su renta cuando se llegaba a ese repecho, precedido de esa curva de izquierdas cerrada que daba inicio al Col de Grosse Pierre (2ª). Una cota de 3 kilómetros con una media del 7,5%, muy dura. Pasaba las rampas más duras con casi minuto y medio sobre Chavanel, todo lo tenía de cara.

En el pelotón, los favoritos se iban quedando solos, pues las rampas eran muy duras. Contador, tras sus compañeros, con Nibali, Porte o Pinot a rueda. Cedía Majka a mitad de puerto, con el trabajo bien hecho, habiendo reducido el grupo principal, dejándole la tostada a Roche. Mollema, Rolland, Horner, Gallopin...sufrían a cola de grupo y es que las rampas, como decimos, eran durísimas.

Kadri sobrepasaba la pancarta de la montaña sabedor que tenía muchas opciones de levantar los brazos en La Mauselaine. Era él o el pelotón ya que no parecía que ni Chavanel ni Yates podrían llegar hasta él. Por esa misma pancarta, entraban descolgados del pelotón hombres como Fuglsang, Rolland o Mollema Las cartas estaban sobre la mesa. El ritmo de Tinkoff estaba desgastando el grupo haciendo sufrir a grandes escaladores.

En el descenso, la carretera se abría aunque seguía estando mojada. Con Chavanel a más de minuto y medio y con Yates a 2:30, afrontaba Kadri una zona pestosa de repechos con mucha lluvia, de esas en las que se sufre casi sin querer. En tres kilómetros llegaba La Madelaine y todos velaban armas en medio de la niebla.

Descenso con incidentes

Rogers comandaba el grupo principal, el de favoritos, en el descenso. Por detrás se reintegraban algunos de los descolgados, no sin sustos: Kangert estaba a punto de irse al suelo si no es por toparse con hierba ya que tuvo que derrapar en una curva muy cerrada. Pocos minutos después, Talansky se iba al suelo en una curva perdiendo contacto y unos segundos preciosos.

Mientras esto ocurría, Kadri afrontaba ya las primeras rampas de La Madelaine que arrancaba con rampas más suaves. Gracioso hablar de esto cuando las rampas eran del 9,9%. Poco a poco, animado por una victoria que tenía al alcance de la mano, Kadri seguía con un buen ritmo, animado por el público francés, su público.

Contador agita la carrera

Entre los favoritos, el inicio de puerto era espectacular. Roche lanzaba la carrera con Contador a su rueda. Rui Costa reventaba mientras que Nibali y Valverde no querían perder ni un metro. El murciano mandaba a Intxausti a la cabeza de carrera, para poner su ritmo tras el arreón de Roche. Cazaban a Yates pero la tensión era palpable. Otro de los que cedía era Van den Broeck.

En el grupo, muy reducido en estas duras rampas, todos se miraban hasta que Contador saltaba, con un ataque sostenido, ágil, largo. Nibali salía bien a su rueda mientras que el resto sufría algo más. Valverde se cortaba haciendo perder unos metros a Porte, el único que parecía ir en la onda de los dos de delante que no se separaban: Nibali era la "sombra" de Contador.

Kadri vence, Contador se convence

Por delante, ajeno a todos estos movimientos, Kadri entraba glorioso, con el rostro muy sonriente y contentísimo por esta gran victoria, celebrando una victoria cantada desde hacía bastantes kilómetros. Gran etapa del de AG2R.

Contador y Nibali se iban, se iban en solitario en lo que puede ser el gran duelo de la carrera. Porte se mantenía a unos metros mientras que Valverde, Van Garderen y Pinot, en menor medida, estaban más lejos. Al final, Nibali cedía en los últimos diez metros con Contador, perdiendo tres segundos que no son nada ahora pero que pueden ser mucho en unas semanas. Y sobre todo, esa sensación de debilidad al final de la etapa.

Poco a poco iban entrando esos ciclistas que han sufrido, no solo en la ascensión final, sino en toda la etapa. Porte, a siete segundos de Contador, Pinot y Peraud, a once, Valverde, a 19, Van Garderen, a 23, Bardet, 31... Todos habían sucumbido al podería de los dos grandes favoritos a hacerse con el amarillo en una jornada nuevamente dura en sus últimos 50 kilómetros. Mollema, Rolland, Van den Broeck o Fuglsang entraron cortados y perdiendo mucho tiempo.

Así pues, la victoria fue para Kadri mientras que Contador exhibió una marcha más que sus rivales, quizás incluso que Nibali. En la general había cambios ya que se caían Fuglsang o Kwiatkowski del top-10 mientras que Contador ascendía hasta la sexta plaza.

Y mañana...

Mañana seguirá la pelea aunque con una etapa con final en llano. Serán 170 kilómetros entre Gerardmer y Mulhouse, en pleno corazón de los Vosgos. Una etapa llena de puertos, hasta seis pero muy lejos de meta. De salida uno de segunda, dos de tercera y otro de segunda, para afrontar, en los últimos 60 kilómetros, la doble ascensión a Le Markstein (1ª) y el Grand Ballon (3ª), la montaña más alta de la cordillera. Al final, descenso largo hasta los últimos veinte kilómetros totalmente llanos. No parece que vaya a haber pelea entre los favoritos pero hay terreno para intentar algo desde lejos. La última bajada, muy larga, puede hacer grandes diferencias.

Clasificaciones tras la octava etapa

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Más información en la Guía VAVEL del Tour de Francia

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Sobre el autor
Adrián González Blanco
Comunicación audiovisual. Coordinador y redactor de la sección del Racing, Rallys y Ciclismo y redactor en Betis VAVEL.