El lunes acababa una primera semana de Tour intensa y variada con sprints, media montaña e incluso pavés. Ayer, los corredores disfrutaban de una merecida jornada de descanso para liberar el estrés acumulado, mientras que los equipos aprovechaban para anunciar renovaciones, como la de Simon Gerrans en Orica. El abandono de Contador fue el suceso más significativo del tríptico en los Vosgos, que se unía al otro gran favorito de esta edición, Chris Froome, como las bajas más determinantes de la carrera.

Nibali salió aún más reforzado de la décima jornada, tras atacar en la última subida y ganar la etapa. Además aumentó su ventaja tras soltar al resto de favoritos. Porte y Valverde se postulaban como los candidatos al podio, a la vez que los outsiders se repartían en dos grupos. Por un lado quedaban los que perdían sus oportunidades como Rolland o Kwiatkowski y, por otro, los que se mantenían en la pelea, como Bardet, Pinot, Van Garderen o Peraud.

La lucha se aventura más interesante por acompañar a Nibali en el podio final, que por arrebatarle la primera posición. Aun así, son varios los que conservan opciones y no van a ponérselo fácil al tiburón de Mesina. Así está la general al comienzo de la segunda semana:

Transición quebrada entre Vosgos y Alpes

La etapa que dará inicio a la segunda semana tendrá un perfil 'rompepiernas'. Jorandas que hacen sufrir los músculos del corredor, lo que dificulta la recuperación. Los repechos irán aumentando en dificultad a lo largo de la etapa. A unos primeros 50 kilómetros prácticamente llanos, les sucederán otros 65 en los que el terreno será ligeramente más hostil. Tras un rápido descenso de quince kilómetros comenzará el decisivo tramo final. En él se sucederán las cotas de: Rogna (3ª), Choux (3ª), Désertin (4ª) y Échallon (3ª). Tras otra pequeña subida no puntuable, quedará un descenso de once kilómetros hasta meta.

¿Llegará la fuga?

En este terreno, es difícil acertar sobre si los escapados llegarán o no con éxito a meta. Ello dependerá principalmente de la intensidad con la que el pelotón ruede durante la primera mitad de la etapa y de la renta con la que los fugados lleguen a las últimas cotas. El interés será saber si en esa avanzadilla se podrá colar algún actor oculto, generando situaciones de 'fuga bidón'. En todo caso, los nervios se apoderarán del pelotón desde los kilómetros previos a las cotas, en los que los equipos lucharán por llevar delante a sus líderes para evitar problemas. Si la fuga no llevara suficiente ventaja, el pelotón la atraparía sin siquiera pensar en ello.

En caso de que la escapada no fructificase, un ataque tardío de corredores poco importantes para la general, del perfil de Voeckler o Chavanel podría tener éxito. También podría ser un día para perfiles como el de Kwiatkowski. En el caso de que nadie atacara, es un terreno en el que corredores rápidos como Van Avermaet, Peter Sagan o Michael Albasini pueden filtrarse en un grupo reducido y vencer al sprint.

Candidatos

- Sylvain Chavanel (IAM)

- Michal Kwiatkowski (Omega)

- Greg Van Avermaet (BMC)

- Peter Sagan (Cannondale)

- Michael Albasini (Orica)

Besançon, ciudad del tiempo; Oyonnax, del plástico

La etapa tomará salida en la ciudad de Besançon, una de las más antiguas e importantes del este francés. En Besançon, nanotecnología, biomedicina y relojería copan la industria de una ciudad en la que hay empresas que son líderes mundiales en sus sectores. Así lo es por ejemplo Sophysa, empresa líder en implantes neurológicos. Con el Tour de Francia, la ciudad tiene estrechos vínculos. Besançon ha sido 17 veces salida y en 18 ocasiones meta de etapa. Para la historia queda su primera aparición en el Tour. Fue en la edición de 1905 en una etapa en la que se ascendería el Ballon de Alsacia, segundo puerto en figurar en el Tour. René Pottier fue el primero en coronarlo, aunque Hippolyte Aucouturier lo adelantaría camino de Besançon y sería el vencedor del parcial.

Quizás sea por su tradición relojera por lo que Besançon ha sido sede de tres importantes contrarrelojes en el Tour. Así lo fue en 2012, 2004 y 1963. En la primera, Wiggins y Froome conquistarían el doblete para Sky por delante de Cancellara. En la segunda, sería Armstrong el que batiría a Ullrich y Kloden. En 1963 fue Anquetil el que aplastó a Bracke y Bahamontes, su principal rival en aquel Tour. El último ganador allí en una etapa en línea fue Serguei Ivanov, en la edición de 2009.

Oyonnax sin embargo es todo lo contrario: una pequeña ciudad al norte de Lyon cuya economía se sustenta en la industria del plástico. Además, se estrena como 'ciudad Tour'. Sus antecedentes ciclistas se reducen a tres finales de etapa en el Tour de L'Avenir de 2000, el Criterium du Dauphiné 2013 y el Tour de L'Ain de ese mismo año, con victorias para David Moncoutie, Elia Viviani y Grega Bole, respectivamente.

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Sobre el autor
Antonio Ramón Prieto Navarro
1992. Derecho y Ade en la Universidad Pablo de Olavide. First Certificate in English by Cambridge.