La dureza de este Tour de Francia no está siendo palpable en la montaña, ni en los grandes desniveles. Está siendo palpable en cada metro llano, de repecho, de adoquín pero con lluvia. Esa lluvia, además de la tensión de los primeros días, ha propiciado muchas caídas, numerosas desde que se diera la salida en Leeds. La cara más triste del ciclismo, la cara más dura, la cara más fea. Esa en la que el deporte se extiendo al sufrimiento. Esa cara que han sufrido muchos ciclistas en estos primeros nueve días de competición y esa cara que no escapa a nadie: sprinters punteros, grandes favoritos, rodadores... Todos la han probado. Y sino que se lo digan a Cavendish, a Andy Schleck, a Atapuma, a Jesús Hernández y, más si cabe para el desarrollo de la carrera, para Chris Froome y Alberto Contador.

Los dos grandes, fuera de carrera

El británico tuvo que dejar la carrera tras dos caídas sufridas en la quinta etapa, en la etapa del pavé, tan dura y a la vez tan épica. Aquella en la que Contador perdió tiempo pero salvó los muebles en ese durísimo día. Pero al final, tanto sufrimiento y tantas ganas se han quedado en nada tras el abandono del madrileño en la décima etapa. Una caída le fisuraba la tibia. El español quiso continuar, lo intentó con todas sus fuerzas, pero no fue posible. Tras una veintena de kilómetros rodando con molestias, intentando recortar tiempo al grupo del líder, Alberto Contador se despedía de su último compañero y se bajaba de la bicicleta. Llorando, desolado, había perdido una gran oportunidad. Una oportunidad que llevaba tres años buscando y que tan bien había preparado pero que abandonaba en medio de la lluvia, no solo de la física, sino de una lluvia de decepción que recorría su cuerpo.

Pero ya no hay vuelta atrás. Contador tendrá más oportunidades de seguir haciéndose grande, de seguir alargando su palmarés. Pero ahora, lo que nos queda es un escenario totalmente distinto al que nos encontrábamos antes de la salida en Leeds. Los más ventajistas pueden decir que es lógico, que la carrera está avanzada, las clasificaciones ya están encaminadas y que se ha recorrido casi la mitad de la competición. Pero nosotros nos referimos a algo mucho más de fondo, a ese cambio que nadie podía esperar hace quince días cuando todo el mundo se empeñaba en pensar que este Tour de Francia sería un monólogo del duelo entre Froome y Contador. Pero la mayoría estaba equivocada.

Y es que ha sido Vincenzo Nibali el que ha llevado el dominio de la carrera estos días. El único de los grandes favoritos, aunque partía en un segundo plano, que ha podido ganar y controlar la carrera a su antojo. Tanto, que el domingo su equipo se permitió el lujo de perder el amarillo para recuperarlo el domingo, a lo grande, con una victoria del "Tiburón".

Los outsiders, a la ofensiva

Pero más allá del liderato consolidado de Nibali, el verdadero vuelco a la carrera es la posición de muchos hombres que partían como outsiders, con opciones de podio pero no muy claras; con opciones de brillar pero no más allá del top 5. Estamos hablando de hombres como Valverde, Rui Costa, Mollema, Van den Broeck, Pinot, Van Garderen, Bardet o Richie Porte.

Algunos partían con más opciones, con opciones incluso de entrar en la lucha entre Contador y Froome y de andar a la altura de Nibali. Pero se ha demostrado que están un paso por debajo. Pero ahora se les abre un nuevo paradigma. Una nueva perspectiva desde la que mirar y por donde aparecer. Un túnel en el que antes solo veían oscuridad y ahora ya ven la luz. El túnel del protagonismo y la oportunidad. La oportunidad de tener ambición e intentar asaltar los objetivos más grandes: el podio o incluso disputar la victoria a Nibali. Tarea ardúa esta pero no por ello deben de dejar de intentarlo.

Es el momento, la ocasión para saltar, para atacar, para pasar a la ofensiva. Queda mucho terreno, mucha montaña y muchos lugares donde hacer daño al líder y jugársela de tú a tú contra el resto de rivales. De los grandes favoritos, de los vueltómanos que están liderando el panorama internacional de los últimos años, solo queda Nibali y es por ello que los outsiders pasan ahora a ser favoritos, o al menos grandes opositores al título.

Richie Porte y Alejandro Valverde, los candidatos

Serán el australiano y el español los ciclistas encargados de disputarle el título a Vincenzo Nibali. Han demostrado tener calidad de sobra para las grandes vueltas y están cuajando un inicio muy regular. El primero se erige como sucesor de Chris Froome al mando de Sky. En el equipo británico parecen estar destinados al relevo en cada Tour de Francia. En la pasada edición fue Froome quien cogió el relevo de Wiggins, vencedor de la anterior edición, y ahora, es Porte quien coge el relevo de Froome, aunque por razones distintas. Habrá que ver si la tradición continua y el Sky vuelve a imponerse en París.

Por otro lado, la figura de Alejandro Valverde emerge al fin lejos de la mala suerte y las malas elecciones que suelen acompañarse. Sin hacer un inicio brillante, se ha equivocado menos que sus rivales y se mantiene tercero, en el podio y con opciones de ponerle la carrera dura al líder. Tendrá un bloque aún fresco aunque algo incierto, lejos del podería de Sky o Astana, aunque con grandes escaladores como Izaguirre o Intxausti y grandes rodadores como Jose Iván Gutiérrez o Rubén Plaza.

Los mejores outsiders, a la pelea por el podio

Quizás estén lejos, tanto en tiempo como en nivel, como para disputarle a Nibali la carrera. Pero, sin duda, están mostrando buenas sensaciones, o al menos mejores que los demás, dentro de esa lucha por el podio. Ciclistas jóvenes que tendrán una gran oportunidad de colarse en el cajón de París. De momento, los que mejor han arrancado son los franceses. Los jóvenes Bardet y Pinot se ubican en el top 5 tras pasar lo mejor posible las primeras etapas y cuajar buenas jornadas en la montaña. Bardet ha mostrado su carácter ofensivo en dosis, pero ha sabido mantener la calma para permanecer cuarto. Por su parte, se ha visto a un Pinot mucho más impetuoso y con más ganas que en otras ocasiones pero adoleciente de cerebro deportivo, clave para una buena general. Aun así cuajó una gran etapa en Planche des Belles Filles acabando segundo.

En un segundo plano encontramos ciclistas que han empezado con mal pie, entre pérdidas de tiempo y caídas pero que poco a poco, y con la llegada de la montaña, han ido recuperando. Uno es Tejay Van Garderen. El americano de BMC está recuperándose de un mal inicio, marcado por las caídas. Un ciclista cuyo momento está por llegar en los largos puertos de los Alpes y los Pirineos en un paisaje que le viene muy bien.

Muy cerca de Van Garderen se encuentran ciclistas como Rui Costa, Van den Broeck o Bauke Mollema. Estos tres llegaban pletóricos al Tour pero están sufriendo en esta primera semana y se verán obligados a recuperar. Calidad les sobra pero veremos a ver si les llega para contrarrestar a la juventud que tienen por delante.

De momento, hombres como Pierre Rolland es el gran perjudicado tras cuajar un inicio dubitativo, recuperarse en la jornada con final en Mulhouse y perder tiempo en la cima de Planche des Belles Filles. Otros hombres importantes con pérdidas de tiempo son Zubeldia, Konig, Trofimov o Schleck que tienen muy difícil llegar al top 10 aunque queda mucha carrera.

Kwiatkowski y gregarios como Fuglsang o Nieve se encuentran muy cerca de las diez primera posiciones.

Por tanto, ha llegado el momento. El momento de aquellos que dudaban, de aquellos que se escondían de aquellos que, de una vez por todas, deben pasar al ataque.