Estévez, rey de las tinieblas

La cuarta etapa de la Vuelta a León no ha hecho más que aumentar la incertidumbre sobre quien sucederá en el palmarés a Jordi Simón. Imanol Estévez (Zirauna) se impuso en la dura subida a Riopinos en la que Bagués (Gipuzkoa), con mucho sufrimiento, mantuvo sobre sus hombros el maillot de líder.

La etapa comenzó con multitud de ataques en el camino más o menos apacible hasta el Alto de Sotillos, previo a la subida final. Un grupo numeroso de escapados logró una diferencia de hasta tres minutos con el beneplácito en un primer momento del Gipuzkoa, que poco después decidió ponerse manos a la obra y echó abajo la escapada en Cistierna.

Con esta situación, comenzaba de nuevo la etapa. La dureza aumentaba, pese a no haber escapada, ya que los distintos equipos con líderes sólidos mantenían una tremenda pelea por comandar el pelotón. Entre tanto, Miguel Ángel Benito (Caja Rural) decidía abandonar por unos problemas estomacales.

Zugor-Arte en Transfer quería ser profeta en su tierra, y por ello fueron los que más se dejaron ver. Nanclares ya se había colado en alguna fuga, pero fue Roberto Méndez quien rompió la relativa calma del pelotón con un ataque que más tarde no pudo mantener cuando los más fuertes de la prueba decidieron asestar sus golpes.

Con todo esto, los favoritos llegaban juntos a la subida a Riopinos con un invitado especial, la niebla, que daría ese toque de épica a una victoria que sería muy sufrida para quien la lograse. Bizkarra (Gomur) se veía con buenas piernas y atacaba constantemente ante las respuestas de Bagues. Aguantaban otros, pero la responsabilidad caía en el líder, que gastó mucha energía en su duelo con Bizkarra, algo que aprovechó Imanol Estévez (Zirauna). En los kilómetros finales de la ascensión Estévez demarró y nadie pudo seguirle, así que logró alzar los brazos en la meta de Riopinos y luego caer desfallecido. Le siguió Ramírez (Lizarte) y posteriormente un grupo en el que ya aparecía Bagues.

Clasificación de la etapa

Clasificación general