Marcel Kittel (Giant) logró su particular póker de victorias en el Tour de Francia con el triunfo más prestigioso, el de los Campos Elíseos. De esta manera, el alemán logra por segundo año consecutivo una gesta difícil de repetir: ganar el primer y último día de Tour.

El sprint para Kittel no fue fácil ya que, en plena lucha por coger la mejor posición, perdió de vista a Tom Veelers, su lanzador: "Creía que ya no estaba, no le veía, pero cuando vi que llegaba y se ponía a mi altura me dije: somos imbatibles", declaró el alemán, que tuvo que esforzarse al máximo para superar a un combativo Kristoff que realizó unos metros finales memorables: "Me pasó porque venía con más velocidad. Así que me vi detrás y aceleré, aceleré... hasta el momento en el que él ya no podía acelerar más. Lo cierto es que no estaba seguro de que fuera a ser suficiente para ganarle", confesó el sprinter teutón.

De esta manera, Kittel logra empezar y terminar el Tour ganando, como en la pasada edición: "Eso significa que somos capaces de ganar una cantidad importante de etapas, que se puede contar conmigo cuando llega un sprint. Se pueden cometer errores, como en Reims, pero en líneas generales hemos hecho un muy buen trabajo en este Tour", reconoció.

Sobre su futuro, el germano afirmó que no quiere "pensar ahora" en lo que vendrá, ya que desea "disfrutar del momento". "Mis objetivos no cambiarán de ahora en adelante, especialmente en el Tour. Vendré de nuevo a ganar etapas aunque no soy un hombre de récords. Ya he dicho en el pasado y lo repito que el maillot verde puede convertirse en una opción de futuro", declaró.

Por último, Kittel quiso hacer una mención al gran momento que vive el ciclismo alemán, con siete triunfos de etapa en este Tour (cuatro suyos, dos de Tony Martin y uno de Greipel), pero no quiso olvidar "los dos segundos puestos de Degenkolb y que en la mitad de las etapas ha habido un alemán entre los tres primeros". "Esto demuestra que el ciclismo alemán es top en el ciclismo mundial. Es impresionante", concluyó.