Después de publicar las conclusiones y las sorpresas de este Tour de Francia, le toca el turno al resumen de las decepciones, en el que las caídas, la mala suerte y el mal rendimiento de varios corredores son protagonistas:

Los prematuros abandonos

Las caídas siempre están presentes en la carrera francesa, pero tantos abandonos de tanta gente importante para la lucha de la clasificación general hacía mucho tiempo que no se veía. Algo comparado a ello se vio en 2011, donde una montonera echó a la basura las opciones de gente como Vinokourov, Van den Broeck o Wiggins.

El primero de todos en abandonar la carrera fue Chris Froome, vencedor de la pasada edición y uno de los grandes favoritos a volver a ganar la carrera francesa. Dos caídas en la etapa del pavé sumado a las del día anterior fueron suficiente para romperle ambas muñecas. Una primera baja que dejaba a Contador camino libre para luchar contra Nibali por el título de victoria.

Y en la primera jornada donde ambos iban a hacer el primer asalto, el español Alberto Contador se cayó en la bajada de Petit Ballon y dijo adiós a sus opciones de ganar su tercer Tour. Una fisura en la meseta tibial fue el motivo de su abandono, el del segundo favorito a la victoria. Ya sin los dos grandes favoritos, Nibali tenía vía libre para convertirse en el patrón de la carrera.

Los de Froome y Contador no fueron los únicos, a ellos se les había unido en la cuarta etapa el luxemburgués Andy Schleck, por culpa de su rodilla en una caída por las calles de Londres. Más tarde, Andrew Talansky se veía obligado a abandonar y no salir en la etapa de Saint - Étienne por sus problemas de espalda.

Matthias Frank, prometedor outsider del IAM Cycling, también tuvo que decir adiós al Tour, en este caso por una fractura de fémur. El suizo venía de hacer un gran Tour de Suiza, y se esperaba que estuviese a la altura de los mejores en la montaña. Precisamente, el ganador de esa Vuelta a Suiza, el portugués Rui Costa, también tuvo de dejar la carrera francesa por culpa de la aparición de un brote de neumoníá en la 16ª etapa.

Los corredores españoles

Solo dos hombre en el top 10 es el desastroso bagaje de los corredores epañoles en este Tour de Francia 2014. Podría haber sido victoria en la general (o pódium en su defecto), varias etapas en montaña y mucho más protagonismo en las escapadas, pero los fans han tenido que conformarse con ver a un español perder un pódium en la última crono (Alejandro Valverde) y a otro entrar entre los diez primeros (Haimar Zubeldia).

No ha sido el Tour de Alejandro Valverde, el sueño del pódium se iba apagando a medida que pasaban las primeras etapas. Viendo que no podía responder a las aceleraciones de Nibali y Contador, volvió a entrar en la lucha con el abandono de este último, y poco a poco, mientras Nibali iba exhibiéndose, el murciano iba desinflándose y perdiendo tiempo, que podría haber sido mucho peor si no hubiese tenido la ayuda de Gadret, Izagirre y Herrada, sus gregarios en la montaña.

A Haimar Zubeldia, por su parte, no se le ha visto prácticamente, solo en un par de ocasiones, cuando la cámara enfocaba al grupo de favoritos por la parte trasera en las etapas de montaña. Ni un ataque, ni una aceleración ni un avance a las posiciones delanteras del grupo para dejarse ver. Un top 10 bastante basado en la regularidad y a una gran recuperación en la crono de Bergerac.

Joaquim Rodríguez encontró en los Alpes algo por lo que luchar en el Tour, el maillot de la montaña, pero la lucha se le hizo larga y tuvo que ver como Rafal Majka le ganaba la partida. Dani Navarro tampoco tuvo suerte, hizo un Tour en blanco y se tuvo que retirar.

Los únicos que pueden haberse salvado de la mala actuación son Mikel Nieve (que podría haber hecho un buen Tour si no hubiese tenido que obedecer órdenes de equipo a favor de Porte), Jesus Herrada (muy presente en la montaña ayudando a su líder), David de la Cruz (presente en varias fugas hasta su caída y abandono) y Luis Ángel Maté.

Fabian Cancellara, Sylvain Chavanel y Richie Porte

Fabian Cancellara no ha hecho su mejor Tour y ha demostrado que no ha sido el de ésta primavera. Un destello en la primera etapa para intentar sorprender al pelotón se ha convertido en la mayor muestra de protagonismo del suizo. Y en la quinta etapa, se vio superado por corredores muy inferiores a él encima de las piedras, tales como Nibali o Fuglsang. Un segundo puesto en Mulhouse ha sido su mayor logro en este Tour.

Se esperaba de Sylvain Chavannel una muy mejor actuación, en una carrera donde había sido el animador francés con victorias y buenas actuaciones, pero su actuación en esta edición se puede catalogar como un suspenso. Desde que se viera ámpliamente superado por Blel Kadri en la primera etapa de montaña en los Vosgos, el francés ha aparecido en muy pocas ocasiones más. En la crono, su mejor aliada, ha mejorado sus prestaciones y ha estado en la pelea por los primeros puestos de la 20ª etapa.

Richie Porte, después del abandono de su jefe de filas, se convertía en la plan B de su equipo, buscando una buena plaza en la general. Nada más lejos de la realidad, el boom de Porte en este Tour ha sido para dejarle totalmente sin fuerzas a partir de los Alpes y hacer una malísima Grande Boucle para los intereses de su equipo, que tuvo que recurrir a Mikel Nieve y Vasil Kiryienka para dejarse ver en la montaña.

Los sprinters

La lucha por las llegadas masivas deja un par de notables decepciones. Marcel Kittel para los sprint puros y Alexander Kristoff para los sprint con miga, han sido los grandes dominadores. Con el abandono de Mark Cavendish las volatas quedaban más cerradas, puesto que Kittel se erigía como único dominador ante los demás, que poco pudieron hacer.

Aunque en Reims levantó los brazos, Andre Greipel ha realizado un Tour mediocre, desentendiéndose de los sprints en los momentos clave (como en Harrogate y Londres). Tampoco se salva Arnaud Démare, que vestido con el maillot de campeón francés en línea solo ha podido asomar la cabeza en Lille y en Saint - Étienne.

Pero quizás la mayor decepción haya sido la de Peter Sagan (aunque no es una decepción própiamente dicha, puesto que ganó el maillot verde), quién por unas cosas u otras no pudo ganar ninguna etapa. No se va de vacío, puesto que se lleva un maillot verde que empezó a fraguar en la primer etapa.