La Vuelta a España 2014 no hará su habitual paso por los Pirineos. Desde su descubrimiento en los años 60, la carrera española ha sido fiel a las montañas del norte de España. De las 68 ediciones disputadas hasta la fecha en 32 de ellas, los Pirineos han hecho acto de presencia. En la última década, la carrera ha pasado por los duros puertos de los Pirineos en siete ocasiones. La innovación y la búsqueda de nuevas cotas dejará en un segundo plano a los Pirineos en 2014. Los grandes escaladores del panorama nacional e internacional han conseguido victorias de etapa en las cumbres españolas, francesas y andorranas de los Pirineos.

Los inicios

La primera edición de la Vuelta a España se daba en el verano de 1935. Después de unos parones por la Guerra Civil española, la carrera volvería para no volver a parar en 1955. No fue hasta los años 60 cuando la organización opto por introducir en el perfil los Pirineos como etapas montañosas. La primera participación fue en 1964. A partir de ese momento, la coordillera del norte de España no ha dejado de estar presente en la carrera.

Desde finales de los años 80 (1987 concretamente), los Pirineos han sido indispensables para la organización. Hasta 1987, la aparición de dichas montañas había sido a cuenta gotas, pero desde este año, los Pirineos ganaron protagonismo en la carrera. En la actualidad, el paso por los Pirineos es casi obligado.

Grandes etapas

En 2012, Joaquim Rodríguez, Alejandro Valverde, Alberto Contador y Chris Froome afrontaban las etapas de los Pirineos muy apretados en la clasificación general. En uno de las Vueltas más apretadas, el pinteño atacaba a falta de un kilómetro dejando a sus tres rivales. El hueco se abría y parecía que sería suficiente para el triunfo, pero un último arreón de Joaquim, que llevaba a rueda a Valverde, le sirvió en bandeja la etapa al murciano del Movistar Team, que adelantaba a Contador a menos de 20 metros de la línea de meta. Uno de los máximos favoritos, el británico Froome cedía 14".

En 2001, el 'Chava' Jiménez vencía en las dos etapas que pasaban por los Pirineos. En la primera con final en la Estación de Esquí de Pal y la segunda en una contrarreloj individual con llegada a la Estación de Esquí de Ordino. Dicha hazaña también la protagonizó en 1995. El corredor Ibanesto.com mostraba sus credenciales de escalador con tres triunfos en dichas ediciones de la Vuelta.

En 1992, Luz Ardiden acogía la 9ª etapa de la ronda española. El mal tiempo (niebla y frío) complicaban más la situación para todos los ciclistas, que tenían una jornada muy dura con cinco puertos encadenados. La jornada arrancaba con el Col du Portillon para seguir con el Peyruorde y Aspin (los tres de primera categoría). Por último, los dos colosos para acabar el día: Tourmalet y Luz Ardiden (ambos de categoría especial). Laudelino Cubino se hacía con el triunfo en solitario. A 19 segundos llegaba el que sería el vencedor de aquella edición de la prueba española, Tony Rominger. Por detrás, llegarían Pedro Delgado y Jesús Montoya, que mantendría el maillot de líder una jornada más.

Otros corredores que han puesto su nombre en las cimas de los Pirineos han sido: Alejandro Valverde, Igor Antón, David Moncutié, Denis Menchov, Francisco Mancebo, Roberto Laiseka, Joaquim Rodríguez, Igor González de Galdeano, Alex Zulle, Laurent Jalabert, Tony Rominger, Laudelino Cubino, Perico Delgado, Fabio Parra, Mariano Lejarreta, José Luis Laguía, Bernard Hinault y José Manuel Fuente.

Andorra y Francia

En los últimos años, la llegada de los Pirineos significaba el paso por Andorra. El último puerto en aparecer en la prueba española fue la Collada de la Gallina. La exhibición de 2012 (año de su debut) entre Valverde, Purito, Contador y Froome hizo que la organización repitiese experiencia en 2013, dónde Daniele Ratto se impuso. La primera aparición de Andorra en la Vuelta Ciclista a España tuvo lugar en la edición de 1965, dónde el español Esteban Martín se hizo con la victoria de etapa.

El Chava Jiménez fue uno de los corredores con mayor número de victorias en los Pirineos

Además de la Collada la Gallina otros cinco puertos han tenido presencia en la Vuelta Ciclista a España: Estación de Esquí Ordino - Arcalís, Estación Pas de la Casa, La Comella, La Rabassa y el Puerto de Envalira. Todos han servido como final de etapa en alguna ocasión para la organización de la Vuelta.

Francia tampoco se queda atrás. Aunque Bayona es la ciudad con mayor número de finales de etapa en la Vuelta, los Pirineos franceses también han aparecido en la Vuelta a España. La última etapa en suelo francés se celebró en 2013 con la subida a Peyragudes. El galo, Alexandre Geniez, se coronó victorioso en su tierra. Dicha etapa se disputó en suelo francés como homenaje de la organización de la Vuelta al Tour de Francia, que un mes antes había celebrado su 100ª edición.

Además de Peyragudes, otro de los finales más duros en Francia al que ha llegado la Vuelta a España ha sido Luz Ardiden. Puerto de categoría especial de 13,3 km, que tiene una pendiente media del 7,4%. En algunas zonas de la ascensión se llega al 10%. Ha servido como final para la Vuelta a España en dos ocasiones: 1992 y 1995.

Una afición única

Los Pirineos son patrimonio del ciclismo nacional, no sólo por las duras rampas, sino también por la afición desplazada. Ya sea en el Tour de Francia o en la Vuelta a España, las cunetas de todas las ascensiones se encuentran llenas de aficionados que aclaman a los ciclistas. En gran medida, la gente proviene del País Vasco, dónde el ciclismo es uno de los platos fuertes. La desaparición del Euskaltel Euskadi también odía propiciar la bajada de aficionados desplazados hasta las cimas más míticas de los Pirineos. No obstante y como se demostró en el Tour, la afición no falló en la prueba francesa.

Las imágenes no dejan lugar a la duda, los ciclistas en las ascensiones no ven la carretera y sólo ven masas y masas de público que se agolpa sobre la carretera. En más de una ocasión, las motos han tenido que abrir hueco para que los ciclistas no sufrieran ningún tipo de percance. El color naranja ha poblado durante años estas calzadas, que en 2014 no verán pasar al pelotón. A la afición vasca se le unen muchos holandeses que viajan hasta la frontera entre España y Francia para disfrutar de uno de los mayores espectáculos deportivos del año. La gran afluencia de público ha obligado en los últimos años a introducir vallas en los últimos tres kilómetros de cada etapa para evitar cualquier riesgo para los corredores.

Foto: Enlagrada.

Alternativas a Pirineos

El no paso por las montañas del norte de Aragón y Cataluña ha propiciado la aparición de nuevas cotas y otras más conocidas. La Vuelta volverá a subir a Sierra Nevada, una dura ascensión justo al comienzo de la carrera. Otro de los míticos lugares de la ronda española será la subida al Angliru. Es una de las ascensiones más duras que se pueden ver en todo el panorama nacional. Con rampas de más del 25%, el puerto asturiano es uno de los más espectaculares del mundo.

Además de los ya conocidos, ASO (organización del Tour y Vuelta) ha seguido innovando, como años atrás, para seguir encontrando nuevas llegadas en alto. En la presente edición de la Vuelta habrá tres finales totalmente inéditos. La Zubia será la primera toma de contacto con un final en alto. Tendrá lugar en la sexta etapa y el lugar escogido es Sierra Nevada. Las duras rampas de este puerto de primera categoría dejarán las primeras diferencias entre los favoritos. A continuación, en la 11ª etapa vendá la ascensión al Santuario de San Miguel de Aralar en Navarra. Otro puerto duro de primera categoría que tiene rampas del 13%. El último final inédito será la subida a la Camperona, que se encuentra en el Valle del Sábero. Subida corta, pero con pendientes que llegarán al 24%.

La Vuelta también ha preparado dos finales que no han sido muy utilizados, como son Ancares y la Farrapona. La etapa de Ancares será totalmente inédita, a excepción de la ascensión final, que ya se ha subido. Será la última jornada de montaña en la edición 2014. Por último, la etapa de la Farrapona será la jornada reina de la Vuelta. Jornada de 159 km con cinco puertos de primera categoría, que servirán como punto de inflexión, justo antes de afrontar la tercera y decisiva semana.