John Degenkolb (Giant) prolonga su particular idilio con la Vuelta a España. Después de una temporada algo aciaga de triunfos, con solo tres victorias en el Tour del Mediterráneo y la Gante-Wevelgem, el sprinter alemán logró hoy en Ronda su segundo triunfo consecutivo en la actual edición de la carrera española. Superó, con cierta polémica, a Nacer Bouhanni (FDJ), que se quejó de una posible maniobra ilegal del teutón, y a Moreno Hofland (Belkin), pero su victoria apenas estuvo en peligro durante los metros finales. Michael Matthews (Orica GreenEdge) sigue vestido de rojo, aumentando su diferencia en cinco segundos con los favoritos al triunfo final tras meterse en el corte de los sprinters, que lograron picar tiempo al resto del grupo de cabeza.

La etapa, que partía con una gran expectación desde Priego de Córdoba, vio como se formaba una fuga de dos hombres prácticamente de inicio. Los dos valientes fueron Pim Ligthart (Lotto) y Tony Martin (Omega Pharma), que llegaron a tener hasta cuatro minutos de renta. Por detrás, se encargaban de la persecución FDJ y Giant, los equipos de los dos máximos favoritos al triunfo en Ronda.

El pelotón redujo rápidamente la diferencia que había obtenido la fuga por miedo a que Tony Martin cogiese demasiada renta y fuera imposible alcanzarle. Por ello, a falta de 80 kilómetros el tres veces campeón del mundo contrarreloj se dejó caer, con solo 1:30 de ventaja con el pelotón, y Ligthart quedó solo en cabeza. El holandés siguió marcando su ritmo y aumentó la diferencia hasta los tres minutos bajo un sofocante calor que ahogaba a los ciclistas, que llegaron a soportar temperaturas de hasta 41ºC.

Pim Ligthart en su cabalgada en solitario. Foto: Sporza

Entre bidón y bidón y dejando hacer camino a Ligthart, el Sky puso algo de picante al tedioso camino hasta Ronda. Froome, lanzado por Knees, aceleró en la llegada a Campillos para obtener dos segundos de bonificación en la meta volante de la localidad andaluza. Mientras, el pelotón aumentó paulatinamente el ritmo para acercarse al escapado y no darle opciones de victoria.

El calor golpeaba duramente al pelotón y uno de los mejores remedios contra este fenómeno es el abanico. En esta ocasión, a falta de 40 kilómetros, el Tinkoff, aprovechando el fuerte viento lateral que entraba, organizó un abanico que, en vez de sofocar el calor, obligó a un calentón a más de uno. Este evento pilló por sorpresa a Garmin, que vio como sus tres hombres fuertes, Talansky, Hesjedal y Dan Martin, quedaban cortados, además de otros como Arredondo (Trek) y Betancur (AG2R).

Tinkoff, con el danés Valgren a la cabeza, organizando el abanico. Foto: Eurosport

El conjunto liderado por Alberto Contador efectuó una táctica perfecta, logrando despedazar el pelotón en múltiples unidades. Esto era lo peor que le podía pasar a Ligthart, que fue neutralizado a falta de 32 kilómetros para la meta ante el empuje de los hombres de amarillo, que tenían ganas de hacer daño a aquellos que no estuvieron muy atentos.

En las rampas del Alto de Campillo, a falta de 25 kilómetros para meta, lograron enlazar con la cabeza de carrera algunos grupos, entre los que se encontraba el de Dan Martin, que consiguió salvar el día. Pese a todo, Tinkoff siguió marcando un ritmo duro y más tarde Sky le sucedería en esta labor.

Tras coronar Campillo, el pelotón se dispuso al descenso y acercamiento a Ronda para la disputa del sprint. En este trayecto pinchó Tom Boonen (Omega Pharma), al que se le veía con fuerzas para tratar de llevarse el triunfo. En los últimos metros entró muy bien colocado el BMC para lanzar a Gilbert, pero tras él llegaban los Giant para hacer lo propio con Degenkolb. El alemán arrancó a falta de 500 metros para la meta y fue insuperable. Con su particular técnica de sprint, dando unos zapatazos tremendos a los pedales y sin apenas tambalear la bicicleta, Degenkolb venció con autoridad, superando a Bouhanni y Hofland, segundo y tercero respectivamente.

Etapa 6: Benalmádena-La Zubia (167,1 km)

Primer día marcado en rojo (y nunca mejor dicho) para los favoritos a la general. Jornada dura en la que prácticamente se está subiendo durante toda la etapa y en la que se tendrán que ascender un puerto de segunda y uno de tercera antes de la escalada final de La Zubia. Este puerto es corto, de 4 kilómetros, pero intenso, con un desnivel medio en torno al 10%, que servirá para tener la primera referencia de cómo están las piernas de los gallos de esta Vuelta

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