Absalon reconquista el Arcoíris

Hajfell ha acabado con la hegemonía Schurter. El suizo, dominador mundial del Mountain Bike durante los últimos tres años, tiene fisuras y es batible. Pero su verdugo no es ni una figura emergente ni una estrella ocasional. Su predecesor en el cargo, Julien Absalon, de 34 años, ha vuelto en este 2014 para saborear una vez más la hegemonía del Cross Country mundial. Y hoy, jugándose un Campeonato del Mundo, ha culminado esa vuelta a los orígenes, pintados con las académicas pedaladas del biker galo.

Las tres duras subidas del exigente y técnico circuito de 3,5 km. en Hajfell (Noruega) han sido claves en su reconquista del Arcoíris. Absalon tomó la salida sin prisas, consciente de que la batalla sería larga y dura. Táctica contraria a la de su archienemigo suizo. Nino Schurter puso a pleno rendimiento su Scott doble desde el minuto uno del partido, fiel a su estilo. Asfixiando, tensando las piernas de los oponentes desde el comienzo. Sin respiro. El siempre espectácular y efectista helvético marcó la pauta en las dos primeras vueltas de las siete que había que completar, con Absalon reservando en retaguardia.

La ley impuesta por Schurter dejó de lado a hombres como Kulhavy, Flückiger o los españoles Hermida y Mantecón desde los primeros compases de la prueba. Sólo tres dorsales, los de Fumic, Fontana y Absalon, por este orden, luchaban por seguir la estela de la perfecta maquinaria suiza. Rodando en simbiosis con el idílico paraje noruego, Schurter logró extraer medio minuto a sus perseguidores a la altura de la vuelta tres, pero Absalon comenzó a soltar lastre e puso en marcha su apuesta.

Pronto se definió una selección con Schurter, Fumic, Fontana y Absalon en cabeza de carrera

Confiando en su fondo y habilidad en las explosivas cuestas del trazado, Absalon descolgó a las Cannondale de Fumic y Fontana, uniéndose a Schurter a tres vueltas de la conclusión. Sufrió por momentos al lado del suizo, sobre todo en los sectores rocosos, donde Schurter vuela. Pero el motor del vigente Arcoíris comenzó a fallar y la carrera vivió un epílogo protagonizado, completamente, por Absalon.

El francés exhibió su potencia escaladora en cada pendiente, en cada curva, punzando a cada paso el agotado cuerpo de Schurter, que no tuvo margen para reaccionar. Las diferencias aumentaron, a la par que Absalon liberaba toda su fuerza escondida. La prueba entró en su última vuelta con los metales decididos.

No obstante, aún quedaba tiempo para ver sorpresas. Por un lado, los problemas de Fontana en los sectores más técnicos, que propició la llegada del alemán Milatz a su altura. El italiano, que siempre se inspira para este tipo de pruebas, logró subsanar sus errores y obtuvo una brillante tercera plaza, que maquilla una temporada bastante discreta.

Schurter sufrió una fuerte caída en la última vuelta, que hizo peligrar por momentos su segunda plaza

Delante del transalpino, Schurter, desquiciado y desconcertado, se caía en una bajada, a pocos metros de meta. El suizo, aun haciéndose daño, logró salvar una segunda plaza que no le dice nada.

El único que pudo disfrutar de su trabajado triunfo fue Absalon. Temple, trabajo e inteligencia. Las bases que resumen una temporada perfecta, con doblete en Copa del Mundo y su quinto Mundial, que sucede al de 2007. Una reconquista que cuestiona seriamente el reinado Schurter y obliga a la reflexión al de Scott-ODLO.

Por su parte, los españoles, a pesar de quedarse lejos de las medallas, cerraron una notable actuación en Noruega. Sergio Mantecón, yendo de menos a más, logró acabar sexto, acechando el quinto puesto de Fumic. José Antonio Hermida, excampeón del Mundo en 2010, consiguió un aceptable noveno puesto, basado en una regular carrera.

Pendrel domina con susto

En féminas, el Arcoíris fue a parar a Canadá. Catharine Pendrel se destacó en las primeras vueltas e impuso su ley en el duro trazado escandinavo. La rusa Kalentieva y la polaca Wloszczowska protagonizaron la persecución, aunque sólo la primera pudo seguir la lejana estela de la canadiense. Wloszczowska acusó el esfuerzo inicial en la segunda parte de la prueba, en favor de Lea Davison. La norteamericana cuajó una soberbia actuación y se bañó en bronce, un resultado muy por encima de sus expectativas.

Sólo un inoportuno pinchazo de Pendrel en la última vuelta otorgó la pizca de emoción a una carrera decidida en sus primeras vueltas. La rápida actuación de los mecánicos canadienses en el box fue crucial para vestirse con la elástica multicolor por segunda vez en su carrera deportiva, después de su triunfo en 2011.