Inédito, pero seguramente no sea la última vez que las rampas mineras de La Camperona acojan la Vuelta. Este corto pero sufrido puerto ha hecho las delicias de los aficionados, pero ha obligado a los ciclistas a exprimirse al máximo. Con un cuentagotas entraban en meta después de tener que ascender auténticas paredes en las que Ryder Hesjedal (Garmin) se vistió de spiderman para superarlas y culminar una larga fuga. Por detrás, en la pelea de los favoritos Froome (Sky) resurgió cuando muchos le veían fuera de la lucha por la general y Purito (Katusha) se dejó ver. Estos dos fueron los mayores beneficiados en la batalla por el maillot rojo, que tuvo a Valverde (Movistar) y, sobre todo, a Rigoberto Urán (Omega Pharma), como grandes damnificados.

La carrera arrancó desde Santander con mucha velocidad, tanta que parecía que el pelotón tenía prisa por cruzarse con los dos nuevos invitados de la Vuelta, el Puerto de San Glorio y La Camperona, ya que ambos "debutaban" en el recorrido de la ronda española. El pelotón, muy poco permisivo, evitó la formación de la escapada en los primeros kilómetros.

La fuga se formó con el paso de los kilómetros y fue muy numerosa. La confeccionaron Frohlinger (Giant), Kolobnev (Katusha), De Clercq, Hansen (Lotto), Erviti (Moivstar), Meintjes, Van Rensburg, Venter (MTN-Qhubeka), Boonen, Verona (Omega Pharma), Rowe (Sky), Paulinho, Zaugg (Tinkoff), Felline (Trek), Wagner (Belkin), Niemiec (Lampre), Arroyo, Luis León (Caja Rural), Hesjedal (Garmin), Levarlet, Sicard y Martínez (Europcar) con poco más de ocho minutos de ventaja máxima al pelotón.

Luis León Sánchez y David Arroyo lo intentaron en solitario pero su fueron pronto alcanzados por sus compañeros de escapada. Este grupo se redujo a 14 hombres con el paso del tiempo, en el que aguantaron los españoles Erviti, Verona, Arroyo y Luis León.

El empuje inicial de Omega Pharma permitió que la ventaja de la fuga descendiera hasta los cuatro minutos, pero una vez que el equipo belga dejó la cabeza del pelotón, esta distancia se disparó por encima de los seis minutos, con lo que las posibilidades de la fuga crecían exponencialmente.

La fuga hacía camino gracias a la implicación de Yannick Martínez, que trataba de dejar el camino allanado todo lo posible para su compañero Romain Sicard. Mientras, por detrás, Tinkoff no se ponía excesivamente nervioso con el buen paso de la fuga, ya que eso evitaría la pelea por bonificaciones en meta, algo que sin duda favorecía a su líder, Alberto Contador.

Con este panorama se llegó a las rampas más suaves de La Camperona, las iniciales, en las que algunos ya cedieron por delante, como Martínez, Luisle o Verona. Una vez metidos en los tres últimos kilómetros se demostró quiénes eran los más fuertes y Sicard, Hesjedal y Meintjes se quedaron solos en cabeza, pero Erviti, Kolobnev y Zaugg se mantenían cerca de ellos.

Mientras, por detrás, Sky ponía un ritmo infernal. Froome iba bien y mandó a sus compañeros tirar para él. Kennaugh y Cataldo impusieron una marcheta muy dura para todos que fue minando las fuerzas de los corredores. En la cabeza de la carrera lo probó Hesjedal, que se llevó consigo a Zaugg y Kolobnev. El suizo del Tinkoff se veía con buenas piernas y decidió prolongar el ataque del canadiense para quedarse solo. No le valió de mucho, ya que adentrado en el último kilómetro el ciclista de Garmin le adelantó y llegó en solitario a meta, seguido del helvético y Erviti, que acabó en tercera posición.

En la pelea de los favoritos el primero en abrir las hostilidades fue Valverde, que se llevó consigo a Contador y a Purito. El murciano lanzó su órdago a falta de dos kilómetros, pero le faltó gasolina para el resto de la ascensión. Poco después demarró Contador, al que lograron alcanzar Purito y Aru después de echarle sangre fría y quedarse sentados en el momento de la primera aceleración del pinteño.

Más sangre fría le estaba echando Froome que subió a ritmo y alcanzaba a Valverde mientras sucedía todo esto. El británico siguió evolucionando y recortando metros hasta llegar al grupo del Contador. Entonces, el de Sky vio al madrileño sufrir y se lanzó en busca de recortar tiempo en la general. Lo probó varias veces, incansable, hasta que sus compañeros de grupo no tuvieron más remedio que ceder. Froome alcanzó unos metros y en los metros finales, como era de esperar, Joaquim Rodríguez aceleró para distanciar al madrileño.

Froome fue el primer favorito en llegar a meta, con un escaso segundo de ventaja sobre Rodríguez, que a su vez distanció a Contador y Aru en seis y ocho segundos, respectivamente. Más tarde llegó otro de los grandes favoritos, Alejandro Valverde, a veinte segundos del sardo y aún con más tiempo perdido apareció Urán, que perdió más de un minuto respecto a Froome.

Las expectativas puestas sobre esta inédita ascensión eran grandes y La Camperona cumplió con creces. Las cunetas a rebosar, rampas imposibles y el espíritu batallador de los ciclistas lograron hacer de esta decimocuarta etapa de la Vuelta un espectáculo en el que Hesjedal fue el triunfador y en el que Froome y Purito Rodríguez fueron los grandes beneficiados de la general.

Etapa 15. Oviedo-Lagos de Covadonga (152km)

Uno de los puertos más míticos de la geografía española no podía faltar en el recorrido de la actual Vuelta. Lagos de Covadonga volverá a ser testigo de historias épicas y del sufrimiento de los ciclistas que buscarán la gloria en su cima. El recorrido es corto, pero tiene la dificultad montañosa del Puerto del Torno, de segunda categoría a 35 kilómetros para meta. Una vez llegados a Cangas de Onís, el pelotón se dispondrá a ascender el coloso de Lagos, de 12 kilómetros de longitud y más 7% de desnivel medio. Todo un lujo para el espectador ciclista, todo un calvario para los corredores.

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