Hace ya treinta ocho años, nacía en un pueblo de Cantabria, más concretamente en Torrelavega, un joven que se acabaría convirtiendo en uno de los ciclistas más grandes de todos los tiempos. Esta afirmación no es aleatoria sino que, con los números en la mano, los aficionados se dan cuenta de todo lo que ha realizado a lo largo de su carrera.

Óscar Freire, números de campeón

Su carrera ciclista comenzaba en el año 1998 de la mano del equipo Vitalicio Seguros, en el que estaría tres temporadas antes de dar un salto cualitativo al Mapei-Quick Step donde, tal y como ocurría en su primer equipo, tan solo estuvo tres temporadas. Después de comenzar a despuntar con el conjunto italiano, estuvo nueve temporadas en el Rabobank, desde 2003 hasta 2011, para terminar retirándose en el Katusha, en el año 2012.

1998, el comienzo de un sueño

En su primera temporada como ciclista profesional, Freire dejó buenas actuaciones, como su victoria de etapa en la Vuelta a Castilla y León, además de terminar en segunda posición en dos etapas de la Vuelta a Asturias, lo cual le llevó a ser convocado para Mundial de Valkenburg, donde consiguió la decimoséptima plaza.

En 1999, a pesar de comenzar el año de mala manera sin conseguir triunfos y con escasos días de competición, el seleccionador español, Francisco Antequera, demostró fe ciega en el corredor introduciéndole en la lista de seleccionados para el Mundial de Verona donde posteriormente se acabaría imponiendo, acallando así las críticas surgidas desde todos los puntos de España y Europa.

Tras imponerse en el Mundial de Verona, en el año 2000 el cántabro recibió el interés de un conjunto potente, el Mapei-Quick Step, equipo que, en aquellos momentos, era el máximo dominador del panorama ciclista internacional. Freire llegó a la escuadra italiana por tres temporadas, con el contrato con el que siempre había soñado.

Con el Arcoíris sobre sus hombros, el cántabro consiguió la victoria en diferentes etapas del Challenge de Mallorca, Vuelta a la Comunidad Valenciana y Tirreno Adriático, además de lograr la tercera posición en una gran carrera como es la Milán-San Remo. Posteriormente, terminó noveno en la Amstel Gold Race y quinto en la Clásica San Sebastián.

Al final del año, en su primera participación en la Vuelta a España, consiguió dos victorias de etapa, estrenando así su palmarés en las grandes vueltas. Freire perdería el maillot de campeón del mundo debido a una confusión con el número de vueltas que se habían llevado a cabo, por lo que terminó en decimoséptimo lugar.

2001, doblete mundialista

Después de haberse impuesto en 1999 como campeón del mundo, Freire conquistaba su segundo título en Lisboa tras imponerse a Paolo Bettini y Andrej Hauptman, sobreponiéndose a tan solo quince días de competición donde solo consiguió una etapa en la Vuelta a Burgos.

Posteriormente, llegaría a encadenar grandes resultados en 2002 ya que finalizó tercero en la Tirreno-Adriático, y quinto tanto en la Milán-San Remo al igual que en la Amstel Gold Race. Además de eso, comparecía por primera vez en el Tour de Francia donde se estrenó por la puerta grande después de ganar la segunda etapa imponiéndose nada menos que a Robbie McEwen y Erik Zabel.

En 2003 Mapei desaparecía por lo que Freire fichaba por uno de los equipos más potentes del momento como era el conjunto neerlandés Rabobank. Comenzó de manera fuerte ya que triunfó en dos etapas de la Vuelta a Andalucía, una en la Tirreno-Adriático, además de ser segundo en la Flecha Bravanzona y ganador en la quinta etapa de la Volta a Catalunya.

Con muchas victorias a cuestas, Freire acudía a los Juegos Olímpicos de Pekín junto a Alberto Contador, Samuel Sánchez, Carlos Sastre y Alejandro Valverde, siendo este último con el que tuvo una gran bronca en plena carrera por la cual ninguno de los dos fue capaz de estar en la terna final. El también español, Samuel Sánchez fue el ganador.

Combinado nacional para los Juegos Olímpicos de 2008 (Foto: El Pais)

Al finalizar la prueba fue el italiano Paolo Bettini el encargado de destapar la bronca entre Freire y Valverde. El cántabro hablaba alto y claro ante los medios. “Estoy molesto con lo sucedido en este Mundial en el que teníamos muchas esperanzas. Hemos corrido mal y los resultados lo demuestran. Personalmente, no pienso que haya sido porque Bettini no estuviera fuerte. Porque lo estaba. Pero yo también y hemos desaprovechado esta oportunidad”, comentó enfurecido.

2004, el triplete soñado

La temporada 2004 fue de ensueño para el cántabro. Freire ganó, entre otras carreras, la prestigiosa Milán San Remo. Levantó los brazos en la sexta etapa de la Vuelta a España y se presentó al Mundial de Verona como gran favorito. La aureola de gran candidato no le afectó y Freire se llevó su tercer Mundial con una gran exhibición de la selección española. Freire se impuso a Bettini y a Paolini en Verona.

Una carrera de ensueño

Para terminar, Freire colgaba la bicicleta en el año 2012 después de enrolarse en las filas del Katusha Team ruso dejando atrás una etapa de ensueño en el Rabobank. En el año del adiós, el cántabro lograba imponerse en una etapa del Tour Down Under además de otra en la Vuelta a Andalucía. Una caída le privó de estar en los Juegos Olímpicos de Londres, pero posteriormente terminó décimo en el Mundial de Valkenburg, siendo ese su último día como ciclista profesional.

Sin Freire, ¿quién asumirá la responsabilidad?

El pasado año, el Mundial ya no tenía entre sus participantes al cántabro Óscar Freire, lo que abría la lista de aspirantes y sobre todo de candidatos españoles a auparse con la victoria final. La carrera fue mucho más que perfecta en todo momento hasta que en los kilómetros finales tanto Alejandro Valverde como Purito Rodríguez no supieron leer la carrera viéndose relegados a la segunda plaza por parte del catalán y la tercera para el murciano, recayendo el oro en manos del portugués Rui Costa.

Todo apunta a que España no encontrará sucesor al gran Óscar Freire, al menos a corto plazo. Y es que igualar su leyenda sería todo un sueño.