Jonas Bokeloh se proclamó campeón del mundo júnior en Ponferrada logrando, de esta manera, un dominio total y absoluto de su selección, la alemana, en esta categoría, con dos oros. El teutón se impuso en el sprint, integrado en un grupo de 32 hombres en el que nadie pudo con Bokeloh.

El alemán estaba seguro de que la volata decidiría el arcoíris: "Me ha parecido obvio en la última vuelta que se iba a llegar al sprint. La diferencia con los escapados no era grande y eso parecía que aseguraba el sprint final", explicó.

Bokeloh confesó que no tenía todas consigo en la última vuelta, pero aun así se llevó el gato al agua: "Al principio, tenía un poco de miedo a no poder superar las subidas, pero al final notaba que tenía buenas piernas. Me ha costado, pero he aguantado",  reconoció.

Aun así, y pese a la potencia mostrada en la recta de meta, el objetivo del germano no era la victoria: "Mis expectativas se centraban en hacer un puesto en el top 10 y ésta ha sido una sorpresa muy bonita", aseguró.

A día de hoy, el flamante campeón del mundo no tiene equipo para dar el salto a sub 23: "Estaba buscando equipo para el año que viene y espero que esta medalla valga para encontrar un mejor equipo", reveló.