El polaco Michal Kwiatkowski se ha proclamado campeón del mundo en la prueba en ruta del Mundial de Ponferrada. Todo ello tras una carrera emocionante, en su segunda mitad, con muchos demarrajes y estrategias que depararon unas últimas vueltas de infarto. Al final, un solitario ataque del polaco puso en jaque a los grandes favoritos que no pudieron alcanzarle en los últimos kilómetros. En el sprint por las medallas, Gerrans fue segundo y Valverde, tercero, en una apretadísima llegada.

Bendita generación de los 90

Un arcoiris de una nueva generación encabezada por los Nairo Quintana, Fabio Aru, Peter Sagan o el propio Kwiatkowski. Un cambio generacional marcado en una carrera concreta, una carrera de fondo, de estrategia, de resisitencia. Allí donde los años suelen contar en positivo, donde la experiencia cobra una importancia inmensa y allí donde se ha fraguado el cambio definitivo. Kwiatkowski ha batido a dos grandes ciclistas que superan la treintena. Les ha adelantado por la derecha y no ha mirado atrás. Un arcoiris que marca el cambio y el éxito de la cosecha de los 90, espléndida y provechosa como pocas y que prevé grandes éxitos para el ciclismo mundial.

La prueba de fondo élite masculino del Mundial de Ciclismo de Ponferrada ponía el broche final a siete días de emoción, de tensión y de ciclismo. Catorce vueltas al circuito que partía y finalizaba en la capital del Bierzo, con 18 kilómetros de recorrido y dos altos: Confederación y Mirador. En total, 255 kilómetros para decidir quién es el campeón del mundo.

Escapada sin nivel y primer percance para Cancellara

La carrera se iniciaba con una gran lucha por la escapada. Un inicio marcado por el problema mecánico de uno de los favoritos, Fabian Cancellara, que se quedaba cortado a las primeras de cambio. Luego, con la ayuda de Danilo Wyss, volvería al grupo pero con un calentón curioso nada más empezar. La escapada se fraguó en la primera vuelta. En un principio saltaron hombres de calidad como Julián Arredondo (COL) o Kanstantin Siutsou (BIE) pero el pelotón, sabedor de que eran buenos fondistas y escaladores, no permitió ese corte. Pero enseguida saltarían aquellos que iban a ser protagonistas de la primera escapada del día. Zydrunas Savickas (LIT), Matija Kvasina (CRO), Carlos Julián Quintero (COL) y Oleksandr Polivoda (UCR). Este cuarteto asentó la renta con un minuto en el primer paso por meta. Poco a poco, la diferencia fue aumentando con el benplácito del grupo que dejaba hacer en los primeros compases.

Michal Golas (POL) y Georgios Bouglas (GRE) intentaban llegar hasta el grupo de cabeza pero finalmente, el polaco desistió en su intento y Bouglas fue alcanzado escasas vueltas después. Ahí, la escapada ya estaba muy lejos a casi ocho minutos.

Nibali, caída y merma física

El segundo percance de la carrera, que afectaba a alguno de los hombres importantes, fue en forma de caída. Tras pasar por meta, allá por el inicio de la cuarta vuelta, una caída afectaba a la parte derecha del pelotón. Nibali fue uno de los afectados, quien llegaba con molestias en su rodilla. Se cortó aunque pudo volver al grupo pero no se ha podido mostrar como candidato a la victoria y no ha estado en la pelea en ningún momento. En esa misma vuelta, Polonia empezaba a tirar, pensando, como se vio al final, en la victoria. Un ritmo ligero para ir reduciendo la renta máxima de la fuga que alcanzó los catorce minutos.

Polonia e Italia marcan la pauta

Polonia dominó la parte delantera del grupo durante tres vueltas hasta que Italia se puso manos a la obra. El ritmo de Italia y Polonia dominó el grueso de la carrera con algún que otro parón. Al final, en la vuelta once, la renta de la escapada bajaba hasta los dos minutos, gracias al trabajo de los Caruso y De Marchi. Los transalpinos, sin la baza de Nibali, buscaron dinamitar la carrera desde muy lejos.

Empieza el baile

La lluvia, que había acompañado a los corredores al inicio de la prueba, volvía a aparecer para ya no marcharse. El agua animó a los hombres importantes. La fuga agonizaba y Quintero intentaba marcharse en solitario, buscando mayor protagonismo. Y fue ahí, en la vuelta número once, cuando los cuchillos se afilaron. En el primer repecho de Confederación, Aru y Visconti (ITA) ponían una marcha más y se iban hacia adelante. Se llevaban consigo a Chris Anker Sorensen (DIN), Michael Albasini (SUI) y Tim Wellens (BEL), quienes cogían a algunos de los escapados. Un corte, donde aparecía Jesús Herrada, primer español protagonista en carrera. Se formó otro corte en cabeza, diferente al anterior. El propio Visconti, unido a Sorensen, Quintero y Kennaugh (GBR) se marchaba hacia adelante poniendo tierra de por medio con respecto a un grupo donde estaban Herrada, Purito o Roche.

En el descenso de Mirador, se formó un grupo aún más grande. Kennaugh, Sorensen y Visconti se mantenían y veían como Tony Martin (ALE), Sep Vanmarcke (BEL), Christopher Juul Jensen (DIN), Boasson-Hagen (NOR), Dani Navarro (ESP), Simon Gesckhe (ALE), Yuri Trofimov (RUS) y Giampaolo Caruso (ITA) aumentaban el grupo de cabeza. Tony Martin, ávido de éxito por el fracaso en la crono individual, se lanzó en solitario, aumentando su renta con el grupo perseguidor hasta llegar al medio minuto. A todo esto, el pelotón perdía medio minuto con el corte de Visconti, Navarro y compañía y los favoritos se vigilaban. Un pelotón reducido que veía como Chris Froome (GBR) abandonaba. Poco a poco, y ya en la antepenúltima vuelta, las fuerzas de Martin se redujeron y empezó a perder fuerza en su crono particular. Cazaron al alemán en la cima del Mirador al mismo tiempo que Francia adquiría protagonismo en el grupo. Barguill y Bardet ponían un fuerte ritmo que les permitía incluso irse en solitario. Por delante, un activo Albasini lideraba el grupo a 42´´ del paquete principal.

Penúltima vuelta. Nervios y tensión en el grupo e Italia que quería romper aún más la carrera. Visconti saltaba en el repecho del Castillo de los Templarios. Se marchaba tímidamente aunque su éxito estaba cerca de ennegrecerse. Y es que el pelotón se echaba encima En Confederación, el grupo principal neutralizó a los fugados, salvo el propio Visconti, que seguía por delante con Kennaugh. Treinta kilómetros para meta y en el pelotón no paraban de "darse palos". Primero Albasini, protagonista hoy incluso por delante de Cancellara. Luego Bardet aunque finalmente fue un entonado De Marchi quien provocaba el corte bueno.

Carrera totalmente rota

El italiano, tras una temporada espectacular, se marchaba con Gautier (FRA) y Valgren (DIN). Herrada, Castroviejo e Izagirre (ESP) estuvieron atentos y provocaron un grupo perseguidor. El ciclsita vasco intenaba alcanzar a los de cabeza junto con Albasini, pero al final no lograron contactar. Quien sí lograba conectar con el trío de delante era Kiryenka, luego de varios kilómetros rodando en solitario. Al paso por meta, encarando la última vuelta, el bielorruso contactaba con el grupo que lideraba De Marchi, quien avisaba a sus compañeros de que llegaba un perro viejo.

La carrera estaba rota. Hasta cuatro grupos peleaban por la cabeza. Primero el cuarteto de cabeza, seguido de cerca por un grupo con Chaves (COL), Vanmarcke (BEL), Albasini (SUI) o Castroviejo (ESP). Por detrás, otros corte con Dani Moreno (ESP) o Warren Barguil (FRA) a 45´´ y con el pelotón a casi un minuto. Quedaba la última vuelta. Apasionante. El final era típicamente mundialista pero se impuso el control en la subida a Confederación.

Kwiatkowski fragua su ataque

Polonia volvía a la cabeza del grupo principal con Kwiatkowski, bien guiado por Paterski. Por delante, solo Kiryenka y Valgren relevaban y la escapada perdía comba. Al final, el pelotón cogía al grupo intermedio gracias, en gran parte, a un impresionante Castroviejo, que hacía un gran trabajo al frente del grupo. Castroviejo cedía y cogía el mando Izagirre. El equipo español fraguaba su estrategia. Bélgica también aparecía delante con Italia a rueda, muy atenta con cuatro hombres.

En el descenso, Paterski y Kwiatkowski se marchaban en solitario, cogiendo una decena de segundos con el pelotón. Kwiatkowski descendía con habilidad y cazaba a Valgren y De Marchi, supervivientes de uno de los numerosos cortes producidos en carrera. A nadie parecía inquietar el ataque de este joven polaco pero tendría mucho que decir, todo en concreto.

Nadie se acerca a Kwiatkowski

Llegaba Mirador, una subida corta pero con mucha pendiente y Purito demarraba. Gilbert (BEL) y Gerrans (AUS) salían a su rueda y Valverde (ESP) contraatacaba aprovechando la salida de su compatriota. Parecía que ese grupo, con Valverde a la cabeza, iba a alcanzar a Kwiatkowski pero el polaco descendió como los ángeles para llanear con quince segundos de renta. En el grupo de favoritos, los más fuertes bajando se fueron. Gilbert, Gerrans, Breschel (DIN), Valverde, Gallopin (FRA) y Van Avermaet colaboraban en busca del polaco. Gilbert se empeñó en el último kilómetro en intentar alcanzar el oro, pero no fue posible.

Kwiatkowski disfrutaba de las mieles del triunfo. Sereno en los últimos metros, una serenidad debida a la juventud, a la incredulidad, a la historia. por detrás, los favoritos buscaban las medallas. En un apretadísimo sprint, Gerrans se llevaba la plata y Valverde el bronce, por unos pocos centímetros.

Al final, arcoiris para Kwiatkowski. Un ciclista emocionado e incrédulo ante lo que había conseguido. Se convierte así en el segundo ciclista más joven en imponerse en la ruta, superado por el cántabro Óscar Freire, que conseguía su primer oro en Verona 1999, con 23 años. El polaco, con 24, encabeza por tanto esta nueva generación. Una generación de vueltómanos y escaladores como Quintana o Aru, una generación de velocistas y clasicómanos como Sagan y el propio Kwiatkowski. Una generación de contrarrelojistas como Dumoulin. Pero en definitiva, una generación de campeones.

Clasificación de la prueba de fondo élite masculina

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Sobre el autor
Adrián González Blanco
Comunicación audiovisual. Coordinador y redactor de la sección del Racing, Rallys y Ciclismo y redactor en Betis VAVEL.