El proyecto ciclista de Fernando Alonso no verá la luz en 2015. Los plazos para presentar los avales de la nueva formación a la Unión Ciclista Internacional para ser equipo de primera categoría (World Tour) ya han expirado. Existía una mínima posibilidad de una inscripción a última hora, hasta el 20 de octubre, pero un comunicado de la UCI difundido ayer por El País ha aclarado todas las dudas y el extraño mutismo sobre el proyecto en coma del piloto asturiano.

La posibilidad de ver un nuevo conjunto compitiendo en el profesionalismo, bien como World Tour o como Profesional Continental, se aplaza hasta 2016. La falta de una inversión económica fiable y duradera en el largo plazo parece haber paralizado unos planes que contemplaban la creación de un potente bloque, compuesto por estrellas del pelotón internacional.

La desilusión de la afición ha sido doble, sobre todo porque en agosto Alonso y los suyos pagaron el canon exigido de 16.000 euros a la UCI, necesario para solicitar una licencia de competición, y el 30 de septiembre se anunció la entrada de una empresa emiratí de inversiones, Novo Group, para buscar patrocinadores y sostener el proyecto en el largo plazo. Pero hasta ahí. Ninguna información sobre sponsor principal ni sobre corredores ni avales ni empleados ni material. Se desconocía cualquier detalle mínimamente importante en la conformación de un equipo profesional. Y una vez pasado el paso para solicitar licencia, continúa el silencio por parte de los promotores. 

La poca información publicada sobre el proyecto generó dudas que ahora son certezas

Brian Cookson, presidente de la UCI, confirmó el pasado sábado, un día antes del Giro de Lombardía, la no inscripción del proyecto de Alonso para optar a una licencia World Tour y el proyecto perdió toda su fuerza y credibilidad. Los rumores sobre posibles fichajes, entre los que se encontraban Peter Sagan, Tony Martin, Rui Costa, Samuel Sánchez o incluso Alberto Contador, este último de manera más tímida y difusa, han quedado relegados, una vez transcurría la temporada y se abría el mercado de fichajes, a ostracismo más absoluto. Una señal más de la poca concreción del proyecto y una política comunicativa insuficiente.

El proyecto inacabado y difuso del piloto ha dejado numerosos interrogantes en el aire. El primero y más representativo es el futuro del jefe al volante. Paolo Bettini, teórico director deportivo, ilusionado desde el comienzo con la ambiciosa hoja de ruta del proyecto, busca ahora acomodo como preparador en otra estructura, posiblemente Bardiani.

La contratación de una empresa de inversiones emiratí, en las últimas semanas, sugiere una retoma del plan de cara a 2016

El segundo es qué sucederá una vez contratado Novo Group como gestor del proyecto. ¿Es el comienzo de algo concreto de cara a 2016? En el difuso comunicado de prensa hecho público el pasado 30 de septiembre, un día antes de cumplirse los plazos de inscripción en la UCI, Alonso insistía en su deseo de sacar adelante el proyecto. “Veo una ventana de oportunidades, que hay que abrir de par en par”, declaró. Luis García Abad, representante del piloto y director del proyecto, compraba también esa oportunidad de negocio dentro del ciclismo, basaba en la innovación a largo plazo. “Queremos dirigir nuestros recursos a situaciones en las que podamos añadir un valor añadido”, afirmaba el madrileño.

Las reglas UCI, freno a las expectativas

La idea principal de Alonso, estriba, por tanto, en convertirse en una escuadra de referencia, con métodos avanzados, importados muchos de ellos desde su deporte, la Fórmula 1. Pero la reglamentación UCI, caballo de batalla en la gestación de este plan, va a demorar dos años su creación. La idea visionaria de Alonso y su entorno parece haber chocado con la férrea política de la organización, que controla, en última instancia, todos los aspectos de la competición profesional. "Cumplir sus plazos no es fácil, así como las obligaciones y limitaciones. Lo suyo sería comenzar poco a poco de manera humilde", llegó a afirmar el piloto hace un mes en declaraciones recogidas por Biciciclismo

Para Cookson y los suyos, como también expresara en más de una ocasión el presidente saliente, Pat McQuaid, el trasvase de modelo competitivo y económico de otros deportes al ciclismo no es necesario ni viable en estos momentos. Al menos no es una prioridad. No en vano, el proceso de reforma del sistema actual, impulsado por uno de sus órganos dependientes, el Consejo de Ciclismo Profesional, comenzará en 2015 su fase de implantación, dentro del cual entra una nueva estrategia comercial y publicitaria.

La idea del Consejo es lograr el mayor consenso posible junto con los equipos y las carreras para su implantación en 2017. Pero para proponer hay que estar dentro. Alonso y su equipo, con los que la UCI se ha reunido en ocasiones puntuales, siguen siendo un elemento externo fuera del omnipotente entorno de Aigle, que ha conseguido relajar las ambiciosas pretensiones del ovetense.

Las cortapisas de la UCI, el complicado sistema de competición, el indefinido proyecto y la incertidumbre sobre su futuro en la Fórmula 1, han frenado, bajo una incómoda bandera roja, la particular carrera de Alonso hacia su gran meta: ser protagonista principal en otro de sus amados deportes.