La escasez de crono y el exceso de finales en alto en su edición de 2015 pueden tener como consecuencia más inmediata, y perjudicial, que el Tour vuelva a perder el duelo ciclista más relevante en la actualidad, el que enfrenta a Chris Froome y a Alberto Contador. El primero, vencedor en 2013, anunció hace dos días, tras la presentación del nuevo trazado de la Boucle, no estar satisfecho con el modelo competitivo de ASO, cargado de montaña, kilometraje escaso y marginación de la contrarreloj, ya sea individual o por equipos. Ante este cambio de perspectiva de la carrera francesa, el líder de Sky y su entorno plantean un calendario alternativo, con el Giro de Italia como piedra angular.

De confirmarse estos planes, Froome volvería a la ronda transalpina tras cinco años de ausencia y coincidiría asimismo con su archienemigo actual, un Contador que ya le derrotó en la pasada Vuelta a España. El Tour se vería, por segundo año consecutivo, huérfano del enfrentamiento entre las dos mayores figuras vueltómanas. El Giro, con su aceptable dosis de crono, 76,8 km. entre CRE (17,6) y CRI (59,2) y su menor carga montañosa, hace las delicias de las piernas del británico, que tras el Giro intentaría el doblete en la Vuelta.

“Va a ser una carrera muy agresiva y exigente, con poco énfasis en la crono. Creo, por tanto, que me viene mejor el recorrido del Giro”, declaró el de Sky. “El participar en la ronda italiana me permitiría descansar después para preparar la Vuelta, lo que serían dos rondas como objetivo, algo que me atrae y nunca he hecho”, recalcó. A pesar de sus intenciones, Froome está lejos de confirmarlo y tomará una decisión en las próximas semanas, de acuerdo con el equipo.

De cumplirse las intenciones de Froome, el Tour se quedaría huérfano del gran duelo por segundo año consecutivo 

Es su escuadra con la que entra en mayor contradicción. Para Brailsford y los suyos el no ir con todo a julio chocaría con la política del equipo. Tras un año en blanco, permitirse ir al Tour como un objetivo secundario le haría perder relevancia, sobre todo publicitaria, en el Reino Unido, donde la carrera francesa es la más seguida. Llegar a Utrecht, salida oficial de la edición 2015, con König, Nieve o Porte no sería suficiente para plantar cara a los Contador, Quintana o Nibali.

Pero Froome, en su calidad de 'capo' supremo, posee los suficientes galones para estar por encima de estos temas externos e imponer sus condiciones. En un trazado que fomenta, de manera contundente, la apertura de posibilidades ante la repetición del mismo escenario, Froome pierde enteros. El recorrido de este nuevo Tour atenta contra sus intereses y el británico no puede arriesgarse a otra temporada sin grandes triunfos. La presión por ganar le ha llevado a plantearse esta nuevo desafío, tan válido y prestigioso como cualquier otro.

El Giro podría conseguir su mayor logro el año próximo: juntar a las dos mejores figuras foráneas en su carrera

De esta manera, se espera un intenso comienzo de campaña, con las dos grandes figuras preparándose para estar al cien por cien en mayo. Mauro Vegni y los suyos han iniciado esta nueva etapa de la Corsa Rosa logrando atraer, por el momento, a los dos grandes jefes de filas del momento, algo que no sucedía desde los años noventa. El modelo alternativo del Giro ha comenzado a dar sus frutos. El equilibrio entre disciplinas y perfiles, además de la inclusión de cimas célebres como Madonna di Campiglio, Mortirolo, Aprica, Finestre o Sestriere, muchas de ellas sin ser finales en alto, ha calado entre el pelotón, aumentando de manera inusitada la expectación sobre la carrera rosa.

En un contexto de propósito de enmienda y cambios en su equipo, Froome pretende probar cosas nuevas en 2015 y este gran replanteamiento de intenciones afecta seriamente al propio Tour de Francia, que perdería un gran contendiente extranjero. Sólo queda saber qué ofrecerá la Vuelta, pero se puede adelantar que los grandes duelos vueltómanos empezarán antes de los previsto en 2015, alejados del gran circo francés.

Giro-Tour, el sueño de Contador

En la otra cara de la moneda está Alberto Contador, cuyo máximo objetivo será el Tour, cuyo trazado alaba. No obstante, y al igual que su antagonista, ha llegado a una tesitura en la que no puede jugarse todo a la carta de la ronda gala. Por eso ya ha dejado caer, en las últimas semanas, su deseo de intentar nuevamente el doblete Giro-Tour, tal y como hiciera en 2011. "Me gusta el recorrido del Giro. Se adapta muy bien a mi manera de competir, aunque tengo que reconocer que le viene muy bien a Froome, sobre todo por la crono", admitió el madrileño tras la presentación de Milán, el pasado día 6. 

Su nuevo reto, secundando la idea de Oleg Tinkov de competir en las tres grandes, es alzarse en un mismo año con los dos maillots más preciados del calendario, el rosa y el amarillo. "Desde el primer día me prepararé para este desafío. Sé que es algo realmente difícil, pero quiero intentarlo", añadía. 

La ingente cantidad de refuerzos llegados a su equipo para el nuevo curso (Sagan, Kiserlovski, Basso o Bodnar), favorecen el camino hacia este glorioso éxito. Ahora Contador, por primera vez en su carrera deportiva, tiene un equipo a la altura del de sus rivales. Perder el tren de este Giro sería imperdonable en este estado de gracia de él y su conjunto. Se prevé, por tanto, un otoño e invierno de mucho trabajo, con los cambios de objetivos como trasfondo. 

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Javier Ruiz
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