La lucha por ser más rápido que el propio tiempo sigue su curso. Hoy, en el velódromo del World Cycling Center de la UCI, en Aigle (Suiza), un austriaco, bastante desconocido para el gran público, entra en la historia de este deporte al establecer un nuevo Récord de la Hora. Matthias Brändle, 24 años, seis temporadas como profesional y con tres victorias en su palmarés, ha logrado batir, un mes y doce días después, la marca impuesta por Jens Voigt, estableciendo un estándar de 51,850 km., 735 metros más que su antecesor (51,115).

Así pues, Brändle se convierte en el 29º hombre en superar todos los récords existentes, bajo las normas UCI y desde 1893. Para llevar a cabo su desafío, el rodador montó una bicicleta de contrarreloj convencional, las únicas que permite el reglamento para este tipo de competición. El escenario era una pista corta de 200 metros de longitud, por 6,65 m. de ancho. A las 19 horas el cronómetro echó a andar y Brändle no especuló desde la salida.

Con un fuerte ritmo, en los primeros diez minutos Brändle ya aventajaba a Voigt, extrayendo diferencias que oscilaban entre los cinco y diez segundos. La táctica era clara y hacía recordar a la de su propio mánager cuando era corredor, el suizo Tony Rominger. No dejar nada para el final. Empezar ganando. Brändle interiorizó completamente esta máxima para obtener rentas desde el principio y no tener prisas en los últimos 20 minutos, donde debería mantener, economizando al máximo las fuerzas.

Brändle comenzó fuerte la prueba, buscando un colchón con el que jugar en la parte final

Con una técnica muy depurada sobre la 'cabra', Brändle siguió aumentando su ventaja hasta los 5o segundos hasta el ecuador de la prueba. Pasados los 30 minutos, el austriaco rodaba a una media de 52,138 km/h, lo que presagiaba que la marca del veterano alemán, ya retirado, quedaría pulverizada. Las jóvenes piernas contra la experiencia y el fondo. Se antojaba difícil que el de IAM aguantara tanto tiempo así, mareando al entusiasta público congregado en el pequeño óvalo helvético. En él volvieron a revivir, por unos instantes, ese sabor de leyenda del ciclismo en pista, la matriz de este deporte.

Matthias comenzó a dosificar en la segunda parte del ingente desafío, tras haber obtenido un seguro colchón cercano al minuto. "Pasé un momento difícil en mitad de la prueba, pero confiaba en recuperar", relató una vez acabó. La gráfica de esfuerzo de Voigt subía a partir de los últimos 20 minutos y solo tendría que verse si las marcas comenzarían a acercarse entre sí.

El austriaco es el 29º hombre de la historia en batir el récord

La dura ley del velódromo favoreció esta vez a Brändle. La explosividad inicial dio sus frutos y su concentración y capacidad de sufrimiento fueron supremas. "Pude encontrar de nuevo el ritmo tras un bache y llevarlo hasta el final. Ahora me siento realmente bien", declaró. Su broche de oro a una larga y notable temporada, con dos victorias consecutivas en la pasada Vuelta a Gran Bretaña, quedó patentado a las 20 horas, cuando el disparo final anunció un nuevo récord, un número mágico escrito con sólidas letras en los anales del ciclismo: 51,850 km.

Finalmente Brändle bajó su media con respecto a los primeros parciales por el casancio, pero suya es la mejor marca de la historia hasta el momento. Registrada queda en el gran diploma que le entregó Brian Cookson, para quien la actualización de esta competición no da sino beneficios a este deporte. De ahora en adelante, solo queda esperar el más difícil todavía ¿Wiggins, Martin o Cancellara? Que ruede el siguiente.