Saltó hoy mismo la noticia. Un médico belga, Chris Mertens, del que algunos ciclistas, como Jurgen Van den Broeck, han sido pacientes, irá a juicio por practicar técnicas de dopaje. Según el rotativo belga Het Nieuwsblad, La fiscalía de Lovaina está cerca de concluir una investigación de dos años y medio que acabará con la acusación de Mertens de tratamiento de la sangre con ozono, ese nuevo método de dopaje que sonó con fuerza, aunque de pasada, en los pasados Juegos Olímpicos de Invierno de Socchi 2014. Este es el primer caso en que se tiene como principal 'sustancia' dopante.

El ozono, en el caso de querer utilizarlo para mejorar el rendimiento deportivo, tiene el mismo efecto que el tristemente famoso EPO. Aumenta la cantidad de oxígeno en la sangre, aunque con EPO el camino hacia esa meta no es el mismo. 

Con el ozono se consigue que este gas se convierta en oxígeno por unas horas. Probablemente lo justo y necesario para no dar tiempo a detectarse en un control antidopaje que mida el hematocrito en sangre (el límite es el 50%). A primera vista es algo rápido, indetectable, fácil de administrar y de efectos y eliminación inmediatos. Hasta que Rémy Di Gregorio fue descubierto gracias a la confesión de su entonces médico y se descubrió que era esta la sustancia que propició una cantidad alterada de oxígeno en sangre.

En el caso del EPO (eritropoyetina), el objetivo primario es aumentar el número de glóbulos rojos (encargados de 'transportar' el oxígeno) en la sangre, permitiendo así una mayor capacidad de resistencia. Además de ser muchos más duradero, incluso meses, que otras sustancias de efectos similares o idénticos.

El caso de Mertens lleva investigándose desde finales de 2012. Por el camino se analizó las conexiones con decenas de deportistas, 19 de ellos ciclistas, contando con cinco profesionales (en ese momento) entre ellos. Todo aquel deportista que hubiese tenido contacto con el médico desde 2007 ha pasado por dependencias policiales para ser interrogado/entrevistado.

Según el dossier, corredores como Gilbert, Boonen o Vanmarcke pudieron haber sido ser asesorados por Mertens

Se habló en su momento de una carta acusatoria dirigida a la Federación Belga de Ciclismo acusándoles de haber utilizado a Mertens como médico para sus corredores, cosa que denegaron y denunciaron inmediatamente, demostrando meses después que no estuvo en nómina del organismo en ningún momento. Aunque fue el crosser Tom Meeusen el primero que dio, involuntariamente, una pista que seguir a la policía belga.

Señalados están Gilbert, Boonen, Vanmarcke, Vanendert, Wellens, Van Asbroeck, Van den Broeck por uso de ozono y otros como Kittel o Greipel por uso de radiación ultravioleta como método de dopaje. Todos ellos aconsejados por Mertens. Parece, y es, difícil darle credibilidad a esta cantidad de corredores y a alguno de los métodos (rayos uva) cuando la investigación parece apuntar a un total de cinco corredores que en total son cuatro, dado que uno, Pieter van Herck, ya fue suspendido en su momento.

En este, como en tantos otros casos, habrá que esperar a la versión judicial para conocer la verdad. El ritmo de la justicia no es el que quizá más guste, pero parece el más seguro en países que persiguen a quien hace trampas, a quienes buscan atajos para conseguir llegar antes que quienes cumplen con las normas.