La temporada ciclista 2014 ha llegado a su fin. Tras muchos kilómetros de competición, sudor, esfuerzo, lágrimas y sonrisas, los corredores aparcan la competición oficial durante unos meses y se dedican a practicar otros deportes, a disfrutar de sus familias o simplemente a descansar. Con los ciclistas y las bicis en el garaje, toca hacer balance y sacar conclusiones de una temporada 2014 que ha dado mucho de sí y tiene varios puntos importantes para analizar. Algunos de ellos positivos y otros, como no, negativos.

Las grandes Vueltas, las carreras más importantes el calendario, Giro, Tour y Vuelta, acabaron con Nairo Quintana, Vincenzo Nibali y Alberto Contador en lo más alto. En el Giro de Italia se pudo constatar que Nairo Quintana sigue su escalada memorable hasta los anales del ciclismo. El pequeño escalador colombiano está llamado a ser el próximo dominador de las carreras de tres semanas y en 2014 consiguió su primer gran entorchado. Aunque la forma de ganarla fue discutible, con el recordado ataque en el Stelvio y la polémica por la neutralización, el resultado no se puede cambiar y Nairo demostró que ha llegado a una madurez como ciclista que le llevará a la cumbre de este deporte.

Siguiendo con el aroma de los escarabajos, cabe destacar que en 2014 continuó la progresión imparable de los ciclistas cafeteros. El ciclismo colombiano está viviendo una segunda edad de oro y su bandera ondea en lo más alto del ciclismo profesional. Nairo Quintana es la cabeza más visible y Rigoberto Urán le sigue muy de cerca. Más allá de las dos estrellas principales, una cantidad excepcional de ciclistas que atraviesan el charco están dando mucho de qué hablar. Carlos Betancur se apuntó la París Niza, pero desapareció el resto de la temporada. Johan Esteban Chaves explotó definitivamente como escalador tras su grave lesión. El de Orica deslumbró en California, en Suiza y en la Vuelta a España. Continuando con la tradición y el estilo escalador, sello de identidad de los colombianos, Sebastian Henao demostró en el Giro de Italia que tiene ante sí un futuro más que prometedor. Su hermano, Sergio Henao, no pudo disfutar de una buena campaña, pero en 2015 volverá con fuerza. Julian Arredondo también tocó el cielo en el Giro de Italia y se llevó una etapa y la clasificación de la montaña. Dayer Quintana, Janier Acevedo, Winner Anacona, Darwin Atapuma… son muchos los nombres que suenan con fuerza en este ascenso imparable de los colombianos que en 2014 no hizo más que aumentar y consolidarse como una realidad.

En el mes de julio, un tiburón mordió la Grande Boucle. Con las bajas de Contador y Froome, el italiano Vincenzo Nibali se paseó por las carreteras francesas. El de Astana no encontró rival y se apuntó su tercera gran vuelta de su carrera. Lejos de ser una sorpresa, Nibali confirmó que su manera de entender el ciclismo, a base de ataques, subiendo o bajando, puede tener una buena recompensa. El tiburón consiguió el premio más importante de la temporada 2014, el Tour de Francia, y esto no hará más que aumentar su sed. Aunque no batió a Contador o a Froome en duelo directo, esta victoria le coloca a su nivel y muchos ya esperan 2015 para ver realmente donde puede llegar “Lo Squalo”.

En septiembre se vivió el regreso a lo más alto de Alberto Contador. Tras un 2013 para el olvido, el madrileño regresó con toda su rabia y su ciclismo ofensivo. En el Tour de Francia una caída le privó de estar en la lucha, pero sin tiempo de recuperación, se presentó a la Vuelta a España para demostrar que no está acabado. El de Pinto se llevó la carrera en el esperado duelo con Chris Froome y demostró que sigue estando en la élite ciclista de los vueltómanos.

Las tres grandes Vueltas también confirmaron la debacle del conjunto Sky. Tres años después de su irrupción, el equipo británico se quedó sin probar la victoria en una gran vuelta por etapas. En 2012 y en 2013 el equipo británico dominó con mano de hierro las grandes citas. En 2014 desaparecieron por completo. Aunque Chris Froome lo intentó con pundonor, estuvo lejos de su nivel. Los otros líderes del equipo, Wiggins, Porte o Henao, no aparecieron y se les sigue buscando. Sin ninguna duda, en 2015 los hombres de negro volverán con más fuerza que nunca en busca del trono perdido.

El relevo generacional que apuntó Nairo Quintana en el Giro de Italia, también pude aplicarse a las grandes clásicas de primavera. Fabian Cancellara, Tom Boonen y Philippe Gilbert siguen siendo los número uno, pero poco a poco van llegando ciclistas con potencial para hacerles sombra. El rendimiento de los tres ases de las clásicas va tocando a su fin y su potencial físico parece que tan solo puede descender. Niki Terpstra, Sep Vanmarcke, Zdenek Stybar, Peter Sagan o Geraint Thomas ya están a su rueda y tienen capacidad de superarles. Aunque Fabian Cancellara demostró que su legado sigue en pie venciendo en el Tour de Flandes, no lo hizo con la autoridad habitual. Y en Roubaix, Niki Terpstra confirmó que el monopolio de Cancellara y Boonen ya no es una realidad. Todo está mucho más abierto y las nuevas generaciones de clasicomanos vienen pisando fuerte.

Mención aparte merece Michal Kwiatkowski. El ciclista de Omega ha sido la gran confirmación del año. Aun no se sabe si el polaco centrará su carrera en clásicas o en grandes vueltas, pero lo que quedó claro en 2014 es que su potencial es inigualable y que será uno de los grandes dominadores en un futuro no demasiado lejano. A los 24 años, completó una temporada de ensueño. Primero en Algarve, primero en la Strade Bianche, quinto en Amstel, tercero en la Flecha, tercero en Lieja, segundo en Gran Bretaña y medalla de oro en los campeonatos del mundo en ruta. Sin duda unos resultados poco normales en un chico de su edad. Kwiatkowski se ha confirmado y su porvenir asusta a más de uno.

El que también se ha ganado a pulso un apartado en las conclusiones de 2014 es Fabio Aru. El ciclista italiano de Astana ha sido la revelación de la temporada. El joven corredor de 24 años hizo temblar a los tifosi con su rendimiento en el Giro de Italia. Escalador habilidoso y explosivo, Aru hace soñar a los italianos. Ganó una etapa en Plan de Montecampione y su regularidad le llevó a acabar en el tercer lugar del podio de la Corsa Rosa. No contento con esto, Aru se preparó a fondo para disputar la Vuelta a España. El de Astana volvió a demostrar que está hecho de una pasta especial. Se llevó dos etapas de montaña y acabó en la quinta posición de la general. Sin duda un rendimiento tan solo al alcance de los elegidos. Aru lo es y tendremos que seguirle de cerca ya que convierte en oro todo lo que toca.

Otro nombre propio de la temporada 2014 ha sido Alejandro Valverde. El murciano ha terminado en la primera posición de la clasificación UCI World Tour y su año ha sido tremendo. Valverde demostró que sigue siendo infalible en las clásicas de primavera. Ganó Flecha Wallone, fue cuarto en Amstel y segundo en Lieja. En pleno verano, se llevó también la prestigiosa clásica de San Sebastián. Grandes resultados para un ciclista siempre criticado pero que pocas veces falla en los puestos de honor. El “pero” de Valverde llega en las grandes Vueltas. En este terreno no es tan infranqueable como en las clásicas de un día. En el Tour de Francia perdió una oportunidad de oro y se dejó superar por Peraud y Pinot, que le apearon del podio. En la Vuelta a España, más de los mismo. El murciano acabó tercero por detrás de Contador y Froome. Su regularidad es innegable, que es un corredor espectacular, también. Ahora bien, las grandes Vueltas pueden con él, o él no puede con las grandes Vueltas. En 2014 ha quedado claro que Valverde es un ciclista sin igual, pero que por aspectos mentales o físicos, ya no puede aspirar a la lucha por carreras de tres semanas.

2014 también nos ha dejado la explosión definitiva del ciclismo francés. En las últimas temporadas, ya se apuntaba que los galos tenían el mejor “ciclismo medio” del pelotón. Ahora, han superado este cliché y varios de sus hombres se han colocado en un primer nivel. Jean Christophe Peraud y Thibaut Pinot hicieron ondear la bandera francesa en el podio del Tour de Francia mucho años después. Romain Bardet, Warren Barguil o Tony Gallopin auguran un futuro esplendoroso. El ciclismo francés ha salido de la sombra y 2014 ha sido la prueba de ello. Además, Nacer Bouhanni ha completado una temporada excelente, con victorias en el Giro y en la Vuelta, consolidándose como uno de los sprinters de referencia del pelotón. Bryan Coquard también ha sido uno de los velocistas revelación.

De momento casi todo son apuntes positivos, pero 2014 también ha dejado muestras de aspectos negativos. Ciclistas como Peter Sagan o Mark Cavendish, que han tenido un año nefasto y no han demostrado la calidad que atesoran. Sagan defraudó en las clásicas de pavés y aunque se llevó el maillot verde del Tour de Francia, no pudo conseguir ninguna victoria. En la Vuelta a España, Sagan se paseó y tampoco pudo brillar. Ante un año negro con pocas victorias, el eslovaco busca un cambio de aires y ha firmado por el conjunto Tinkoff-Saxo.

Mark Cavendish por su parte, ya no es el sprinter número uno del pelotón. Kittel le ha pasado por encima. El británico no ha conseguido ninguna victoria de primer nivel en 2014. Tan solo se le pueden destacar una victoria en Tirreno y otra en Suiza. En el Tour de Francia, pagó el nerviosismo de correr en casa y tuvo que decir adiós por culpa de una caída en pleno sprint. No corrió ninguna otra grande. El velocista de la Isla de Man es consciente de su mal año y espera regresar con toda su fuerza en 2015.

Otro aspecto muy negativo es el futuro del ciclismo español. 2014 ha demostrado que el relevo de Contador, Valverde y Purito es inexistente. Y lo que es peor, no solo en ciclistas, sino también en equipos. El futuro pinta de color negro para el ciclismo español y las cosas no parece que vayan a mejorar. Valverde y Movistar han copado la clasificación final del World Tour en 2014, pero más allá no hay nada. Una travesía por el desierto que se antoja larga, delicada y sin una solución fácil.

Como se puede apreciar, 2014 ha sido un año de contrastes en el ciclismo. Se avecinan cambios en el mundo de las dos ruedas, pero la esencia y la épica de este deporten siguen más vivos que nunca. Los problemas de dopaje parecen aparcados por el momento y, en 2014, se ha hablado más que nunca del aspecto deportivo. Las fieras ya descansan y tienen la mente puesta en el año 2015, en el que se espera una temporada con muchos frentes abiertos que harán las delicias de los aficionados. Toca esperar, ya que en enero las ruedas volverán a girar con más fuerza que nunca.