Philippe Gilbert ha cambiado el chip tras una temporada 2014 de gran espesor, con victorias en Amstel, Brabante y Tour de Pekín, entre otras. Un desbloqueo competitivo que le hace ser más ambicioso en 2015, donde pretende configurar, si su equipo le deja, un ambicioso calendario de clásicas

Es lo que se desprende de unas recientes declaraciones suyas en el diario belga Het Laatste Nieuws. Tras no presentarse en ninguna de las pruebas del almanaque flamenco en 2014, al hipotecar toda su primevera a las Ardenas, Gilbert quiere ser competitivo y optar a la victoria en los adoquines. "Deseo volver a las clásicas flamencas. Quiero participar en Omloop y Kuurne de nuevo. Las echas de menos cuando no estás allí compitiendo", afirma. 

El líder de BMC en el calendario de primavera, junto a Greg Van Avermaet, habla asimismo de sueños, como el de ganar todas las grandes clásicas al menos una vez. Pero, a sus 32 años, mantiene los pies en la tierra y por el momento solo pretende prepararse específicamente para París-Roubaix, donde tomó parte únicamente en la edición de 2007. "Estoy incluso dispuesto a sacrificar Lieja para estar allí", declara.

Este nuevo desafío, en línea con el propuesto anteriormente por corredores como Wiggins o Sagan, puede chocar frontalmente con los objetivos de Van Avermaet. Jefe de filas de BMC en el pavé durante las últimas temporadas, el corredor belga ha justificado su posición con su segundo puesto de este año en Flandes o el cuarto en la Roubaix de 2013. Sus números pesan demasiado dentro de la dirección deportiva como para arriesgarse con una bicefalia.

Valerio Piva no está de acuerdo con los nuevos planes de su pupilo

Valerio Piva, uno de los preparadores del cuadro norteamericano, no ha tardado en frenar los planes de Gilbert. "No hemos definido su calendario, pero tampoco estoy a favor de lo que plantea", responde el italiano. "Es bueno que él quiera mejorar en cada momento y en cualquier lugar, pero en el ciclismo actual eso no es del todo posible. Hay que elegir", sentencia. 

Así las cosas, BMC tendrá que lidiar, por enésima vez, con la problemática de los liderazgos. En este último año, los roles quedaron repartidos entre pavés y cotas, los primeros para Van Avermaet y los segundos para Gilbert. En principio, Jim Ochowicz, mánager general, y sus colaboradores pretendían continuar con esta idea en la próxima temporada. Pero las peticiones de uno de sus 'capos' pueden hacer tambalear los planes y exigir nuevas soluciones, con el fin de evitar confrontaciones. 

Gran pasado en el adoquín

Los deseos de Gilbert no dejan de estar argumentados en sus actuaciones pasadas dentro del calendario flamenco. El excampeón del Mundo, con dos Het Volk en su haber (2006 y 2008) y dos podios en el Tour de Flandes (2009 y 2010), tiene base suficiente como para disputar cualquier clásica de adoquín. Sus últimos resultados hablan de una recuperación de su instinto ganador, que estalló en la temporada 2011 con ocho victorias en pruebas de un día, entre ellas un pleno en el tríptico de las Ardenas, y volvió a desaparecer hasta este año. 

En su contra juega la actual progresión de Van Avermaet en grandes escenarios como Flandes o Roubaix, aun sin llevarse trofeo. Las decisiones dentro de su equipo, donde se huye del riesgo y se quiere apostar a caballo ganador, es otra de las barreras que pueden impedir la presencia de Gilbert en el empedrado. Un regreso que 'reclaman' de manera inmediata sus fans y el grueso de la prensa belga. 

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Javier Ruiz
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