Wout Van Aert venció en Koksijde en la disputa de la segunda prueba de la Copa del Mundo. El belga aprovechó el ímpetu inicial mostrado para abrir hueco y a partir de ahí se convirtió en imparable. La exhibición del joven corredor dejó boquiabiertos a todos, se llevó una merecida ovación del público durante toda la última vuelta y logró el triunfo con mucha autoridad. La prueba estuvo marcada por la ausencia de Lars Van der Haar, aquejado de una problemas febriles.

Los jóvenes se escapan

La carrera comenzó con mucho ritmo, con velocidad desde el pistoletazo de salida. En este clima de descontrol tomaron el mando los jóvenes y Walsleben. El alemán, junto a Van Aert y los hermanos Van der Poel, se pusieron pronto en cabeza y marcaron el ritmo en la primera vuelta, pero poco a poco todo tendía a compactarse de nuevo.

Sven Nys, el Caníbal, iba devorando posiciones paulatinamente para dejarse ver en cabeza. Con un público volcado con él, el belga sabía que no podía fallar, y desde pronto se hizo notar, aunque sin tener un papel excesivamente protagonista y que finalmente no logró. Pese a todo, los jóvenes no miraron atrás, no temieron al devorador del barro, y siguieron con su plan. Van Aert y Mathieu Van der Poel abrieron hueco con otros dos sub-23, David Van der Poel y Sweecks, para tratar de sorprender a los máximos favoritos, a los que al final de la segunda vuelta aventajaban en trece segundos.

Esta pareja era un serio peligro para el triunfo en Koksijde, así que Nys no dejó pasar más tiempo y, junto a Vantornout, se puso a tirar del grupo principal, neutralizando con facilidad a Sweecks y al pequeño de los Van der Poel. La cabeza de carrera seguía a una distancia asequible, pero rodando con la misma potencia que antes, lo que dejaba entrever que Van Aert y Van der Poel iban a ser dos huesos duros de roer, como finalmente demostraron.

Van Aert se consolida como estrella del barro, en la arena

La distancia de Van Aert con Van der Poel cada vez era mayor y por detrás no eran capaces de recortar la ventaja del joven belga. Van Aert iba lanzado a por la victoria y la colaboración por detrás brillaba cada vez más por su ausencia. Vantornout y Wasleben buscaron su aventura en solitario y se marcharon del grupo perseguidor, mientras Van der Poel era testigo de cómo el belga cada vez se alejaba más y más, aunque no perdía la referencia visual.

Por detrás, los favoritos volvieron a compactarse gracias al empuje, esencialmente, de Nys, que sufrió una caída que no le impidió seguir rodando en este grupo. Pese a todo, el descontrol era latente. Muchos de los perseguidores se percataron de que luchando colectivamente no iban a lograr cazar a Van Aert, así que comenzaron los intentos individuales para buscar objetivos más humildes, como el de Kevin Pauwels con la meta del podio.

Todo era insuficiente. La cabalgada de Van Aert no encontró oposición alguna. Ni las dunas, ni los duros rivales ni el cansancio podían con un belga desbocado en busca de triunfar en su país. Casi cuarenta segundos le distanciaban de Van der Poel y más de un minuto sobre Nys. Entre medias estaba Pauwels, pero la victoria se encaminaba al bolsillo de Van Aert.

Por delante mucho interés no hubo en los últimos instantes de la carrera, que supusieron una vuelta de honor para Van Aert, ovacionado en el último giro al circuito por gran parte del público. La emoción estuvo en la lucha por el podio, donde Pauwels logró adelantar a Van der Poel y colocarse segundo pese a una caída, mientras que el holandés completó el podio.

Clasificación de la prueba

Clasificación general de la Copa del Mundo