Cada temporada que pasa, el español Imanol Erviti demuestra su valía dentro del mundo ciclista consiguiendo ser un jefe de filas encubierto dentro del pelotón al ser un gregario de lujo para Nairo Quintana y Alejandro Valverde. Su trabajo en favor de los líderes de la escuadra telefónica, ha llegado a tanto que el Seleccionador Español le convocó en el nueve de España para el Mundial de Ponferrada.

"No participo y nunca he participado en carreras de Ciclocross"

Erviti, aprovecha este tiempo de vacaciones para hacer de todo menos montar en bicicicleta. "En esta época de mas tranquilidad me gusta pasar más tiempo con la familia y amigos. Además, aprovecho para hacer otras actividades, normalmente en contacto con la naturaleza, como andar por la montaña, algo de running, algo de frontón… Así mantienes la condición física, pero la cabeza está descargada para empezar la siguiente temporada con ganas. El ciclismo es un deporte con un gesto cíclico muy especifico y cuando pasas tanto tiempo sobre la bici la adaptación del cuerpo es tan grande que prácticamente cualquier otra actividad un poco intensa muscularmente te pasa factura a nivel muscular. Por eso los ciclistas durante la temporada no suelen hacer muchas otras cosas", comentó en una entrevista a The Wang Connection.

La planificación invernal también hace que el físico no se pierda. "Comencé a entrenar a principios de noviembre después de tres semanas de descanso. Ahora mismo estoy haciendo tres actividades dos días por semana. Dos días a la semana salgo con la bici, dos días a la semana trabajo en gimnasio y otros dos días correr o monte y un día de descanso. Es un programa entretenido y, poco a poco, mas adelante iré haciendo mas bici y menos de las otras actividades. No participo y nunca he participado en carreras de Ciclocross. Me gustan mucho las dos disciplinas y tengo una bicicleta de cada una de ellas, pero nunca he llegado a competir. Además, el equipo debería darnos la autorización para participar", afirmó.

Poco a poco, las pretemporadas son buenas para preparar la temporada. "Normalmente intento garantizarme un par de meses de buenos entrenamientos antes de empezar a competir. Casi todos empezamos antes para poder entrenar con calma y bien estructurado. En este caso he comenzado a primeros de noviembre y la primera competición puede ser a finales de enero. No es lo mismo entrenar con 0 grados que con 20. No puedes hacer la misma calidad, la musculatura no sufre igual y el riesgo de caer enfermo es mucho mayor. Aparte, hay que tener en cuenta que encima de la bici, con la velocidad, la sensación térmica todavía baja más", confirmó.

"Con tanto viaje y carreras, acabas la temporada con ganas de desconectar"

Como cualquier ciclista, Erviti al pasar tantos días fuera de casa tiene carreras predilectas. "Las carreras grandes siempre te llaman la atención, tienen algo especial y el público se vuelca con ellas. Pero la verdad es que cuando descubrí las clásicas del pavé en Belgica y el Giro de Italia me impresionaron por cómo las vive la gente. Tienen algo diferente, sobre todo por cómo como las sienten los flamencos y los tifosi. Es algo ligado al ciclismo profesional y te adaptas, pero cuando enlazas varias estancias fuera se hace duro también. Este año han sido 90 días de competición, pero si sumas los días que pasas fuera entre los viajes y las concentraciones son muchísimos más, más de 150. En mi opinión, por esto terminas la temporada con ganas de desconectar y volver a tus cosas", comentó.

Al pasar mucho tiempo fuera de casa, se forma un gran vínculo con el equipo. "Lo mejor es que terminas haciendo un grupo muy fuerte y unido que hace que las cosas funcionen, así como la confianza y la compenetración que se alcanza. Lo peor es que te pierdes muchas de las cosas que pasan en casa. Siempre antes de una carrera reviso las ruedas y los frenos, que esté todo bien apretado, ya es como un protocolo al coger la bici. En otros aspectos siempre suelo llevar el mismo orden mientras me preparo para la carrera en el autobús, aunque no me había dado cuenta", explicó.

Siendo navarro, estar en el mismo equipo que Eusebio Unzúe es una alegría para Imanol. "Me hizo una ilusión enorme. Tener la oportunidad de ser corredor con el equipo de casa es algo que a cualquier ciclista le motiva desde pequeño. Que un gran equipo como éste te dé la confianza para trabajar con ellos y después la paciencia para crecer poco a poco es muy difícil. José Miguel y Eusebio me dieron la oportunidad de ser corredor y aún lo estoy disfrutando, así que siempre se lo voy a agradecer", afirmó.

"El ritmo de los mejores me pareción inalcanzable en las subidas al principio"

Dar el salto de amateur a profesional es algo que le costó a Erviti. "Se nota en los kilómetros, en los días de competición, en el nivel medio, en el ritmo de carrera sobre todo, e incluso en los desplazamientos tan grandes que complican la recuperación. Cuesta adaptarse y los primeros años son complicados. Yo noté bastante diferencia. Después de la mitad de la primera temporada fui encontrando el ritmo más que en la primeras carreras. Creo que fue el ver el ritmo tan alto de los mejores en las subidas, me pareció inalcanzable", confirmó.

Poder volver a correr en Italia y seguir estando presente en la Vuelta a España son parte de sus objetivos. "Le tengo mucho cariño al Giro, ya que es una carrera muy complicada, pero que me gusta. Este año me dio pena no estar con Nairo en la ronda italiana. Me encantaría volver algún día y con un buen reto deportivo, más aún. Cada carrera es una historia nueva y nunca acabas de tener toda la experiencia necesaria. Eso sí, correrla muchas veces ayuda mucho y conocer los recorridos también", desveló.

Su papel dentro de un equipo como Movistar Team es el de gregario, pero con galones. "Es algo de lo que no te das cuenta, en carrera tú vas haciendo tu trabajo y no piensas en galones ni nada de eso. Simplemente quieres que las cosas salgan bien y si puedes aportar algo lo haces, como los demás compañeros. La experiencia te da otra visión de las cosas y si puedes orientar a otros mejor, facilitas las cosas. Seguro, pero creo que con los líderes tan grandes que he tenido el reto deportivo que queríamos conseguir trabajando para ellos motiva tanto que no te cuesta sacrificarte. Además, siempre responden en carrera y normalmente son muy agradecidos con los compañeros que les han apoyado", comentó.

"No piensas en galones ni nada en carrera"

Para terminar, Erviti tiene claro que el dopaje es negativo para todos. "Pienso que había dos tipos de corredores en aquella época: los que habían entendido que el ciclismo moderno no iba por ese camino, y los que lo entendían con los errores utilizados en el pasado. ¿Qué ha ocurrido? Después de unos años te pones a hacer balance y te das cuenta de que la gente que no entendió esto son los que han ido cayendo sancionados por dopaje, quedando ellos mismos sin ningún valor y, sobre todo, perjudicando a todo el colectivo", concluyó.