22 años cumple la Fundación Ciclista Euskadi, 21 de ellos regentando un equipo profesional que  en 2015 dejará de serlo para convertirse en uno élite sub 23. Pese a ello la ilusión de los socios – principal sustento de la entidad – durante la presentación oficial del nuevo proyecto en el auditorio del Museo Guggenheim de Bilbao seguía siendo máxima. Saben que se trata de un proyecto de futuro, en el que los 19 ciclistas que componen la plantilla deben ser la base para volver otra vez a ser el referente del ciclismo vasco.

El primero que es consciente de ello es el presidente de la fundación, Miguel Madariaga. “Si no pensamos en el futuro, ¿para qué estamos aquí?”, se preguntaba “ilusionado” tras ver como se acababa de presentar el nuevo equipo, un equipo que debe “salir a por todas”. En ello hacen hincapié también los corredores. Mikel Aristi, uno de los tres élite, afirma que van a “aspirar por objetivos importantes”, mientras que Ibai Azurmendi, uno de los siete que pasan de juveniles, se muestra seguro de pertenecer una plantilla “preparada para hacer grandes cosas”.

Y es que para Miguel Madariaga se ha creado una plantilla con la “la mezcla perfecta” al combinar gente joven que debuta en la categoría, ciclistas provenientes del antiguo EDP con experiencia como sub 23 y corredores que han sido profesionales. “Esta es la mezcla que debemos seguir, porque los chavalitos que han venido, contra viento, contra una cosa, contra otra, no saben andar”, confesaba. Por ello, desde el primer momento son los tres ‘mayores’, Mikel Iturria, Illart Zuazubiskar y Mikel Aristi los que tienen aportar y enseñar a los más jóvenes, algo de lo que este último es consciente. “Al estar dos años en profesionales he podido ver cosas que otros no han podido ver y que intentaré reflejar a los más jóvenes para que sigan aprendiendo”, expresaba 

Ibai Azurmendi iba más lejos al asegurar que si logran “aprender uno de otros, llevarse bien entre todos y aprovechar la experiencia de los corredores élite”, el equipo aspira incluso “a ganar alguna vuelta por etapas”.

Unión y trabajo

El primer día que estuvieron todos juntos por primera vez en la sede de  Derio, el máximo responsable del proyecto los dejó bien claro: “Sin equipo no hay nada”. El mismo mensaje repitió el día de la presentación, tirando de refranero al afirmar con rotundidad que “la unión hace la fuerza”, algo de lo que los corredores han tomado buena nota durante la pretemporada. “En las concentraciones que hemos hecho se ve que el equipo va bien, tenemos a gente como Jorge Azanza y Gorka Gerrikagoitia que nos ayudan mucho”, destacaba Azurmendi.

El equipo debuta el 14 de febrero El conjunto debuta el 14 de febrero en Francia, fecha en el que según Aristi, que ya está “haciendo la cuenta atrás para que llegue el día”, se verá “a que puede aspirar realmente” el equipo. Por su parte Ibai Azurmendi es categórico al afirmar que van a disputar “un calendario extraordinario” que afronta sabiendo que a nivel personal, como a muchos de los que están allí, “tocará aprender”. Pese a ello el navarro avisa: “Para ganar hay que arriesgar, mientras tenga un gramo de fuerza iré siempre al ataque”. Madariaga en este sentido prometía “trabajo, trabajo, ilusión y equipo, equipo, equipo” durante todas las carreras que dispute Fundación Euskadi – EDP.

Dos años para volver a la élite

El proyecto nuevo supone “un paso atrás”,  Miguel Madariaga nunca lo ha ocultado. Sabe con certeza a donde se quiere llegar y para ello “hay que sufrir y padecer”. El objetivo es claro, se trata de tratar de volver a ser la referencia del ciclismo vasco. “En dos años podemos esperar un equipo continental, si no es continental profesional, no lo digo con seguridad, pero lo digo”, espetaba el veterano director, quien aprovechó para tender la mano  a Murias, aunque con ciertas reticencia. “Es lo que necesita el ciclismo vasco, si otros tiene un proyecto, voy a apoyarlo”, exclamaba.

El quipo tiene mucho que hacer en los próximos años. Todos en la entidad, desde los directivos hasta los corredores, pasando por los socios, están muy ilusionados con el proyecto, el cual esperan que acabe siendo una buena base sólida de cara a los próximos años. “Tenemos un gran futuro por delante”, coincidían Mikel Aristi e Ibai Azurmendi, y también todos los integrantes de la Fundación Ciclista Euskadi, convencidos de que de aquí saldra el proximo referente del ciclismo vasco.