José Joaquín Rojas (Movistar) ha sido el vencedor de la primera etapa del Tour de Catar y se convierte en el primer líder de la carrera asiática. El murciano, aprovechando la ausencia de Kittel (Giant) en el grupo de cabeza, se impuso al sprint arrancando a 300 metros de meta. Rojas aguantó el ritmo y, gracias también a su gran colocación, fue insuperable para el resto de rivales. De esta manera, puso fin a su sequía de triunfos, que se prolongaba desde mayo, cuando ganó en Zamora. Boonen (Etixx), que vive un idilio con la prueba catarí, fue segundo y Démare (FDJ), tercero.
El desierto catarí, testigo hasta hace un semana del Mundial de balonmano, acogió con los brazos abiertos a los mejores ciclistas del panorama internacional. El Tour de Catar 2015 se inauguró con la etapa de 136 kilómetros entre Dukhan y Sealine Beach con muchas ganas de guerrear entre los ciclistas. Apenas se había dado el pistoletazo de salida y ya se había formado una fuga: Salomein (TopSport Vlaanderen) y Sterbini (Bardiani) se fueron por delante.
Este dúo alcanzó una ventaja de hasta diez minutos y propició que se originase otra pareja perseguidora, Vandenbergh (Etixx) y Breschel (Tinkoff), que no tuvo muchos kilómetros de protagonismo. El viento de cara y lateral fue el protagonista y provocó mucho nerviosismo, lo que originó caídas como la de Morkov (Tinkoff), sin consecuencias.
A partir de los 30 kilómetros de carrera, el pelotón se decidió a perseguir definitivamente a los díscolos escapados. La renta de la pareja de cabeza se reducía notablemente y 30 kilómetros más tarde ya estaba situada en los tres minutos. En ese momento apareció el viento lateral, amigo inseparable de los abanicos, situación que cambiaría la situación de carrera.
Artesano del abanico
Tom Boonen , maestro en esta especialidad, se colocó en cabeza del pelotón y aumentó el ritmo. Cazaron a los fugados sin excesivos problemas y despedazó el gran grupo en varias partes. Por delante aguantaron unos 45 ciclistas entre los que estaban el propio Boonen, Terpstra (Etixx), Sagan (Tinkoff), Kittel (Giant), Cancellara (Trek), Boasson Hagen (MTN-Qhubeka), Gilbert (BMC) o Démare (FDJ), pero no pudo permanecer ahí Bouhanni (Cofidis), que perdía 27 segundos con la cabeza de carrera.
Diez kilómetros más tarde, todos volverían a estar juntos de nuevo, pero Boonen había demostrado su maestría con los abanicos y dio un aviso general para que nadie bajase la guardia. Más tarde, el belga, junto a Sagan, caería sin consecuencias y se reintegrarían al pelotón rápidamente. Las caídas eran constantes a causa del viento, que también originó muchos cambios en la cabeza del gran grupo, por la que pasaron BMC, Etixx, FDJ o Giant.
Balas de fogueo
Otro belga con muchas agallas, Greg Van Avermaet (BMC), sería el siguiente en tratar de romper la tranquilidad del pelotón. Una y otra vez trató de marcharse por delante hasta que lo consiguió. Su nimia ventaja fue de 25 segundos y no logró mucho tiempo de protagonismo, ya que fue rápidamente neutralizado. A falta de 25 kilómetros llegó un ataque más serio. Boom, Westra (Astana) y Breschel (Tinkoff) arrancaron y lograron una renta de un minuto, que tuvo que reducir el pelotón rápidamente.
La línea de meta no estaba demasiado lejos y era un trío muy peligroso. Katusha, Trek y Etixx se compenetraron a la perfección para echar abajo este intento en apenas diez kilómetros. Este ritmo tuvo sus consecuencias, ya que varios favoritos se cortaron. Kittel, Sagan, Wiggins (Sky) o Boonen quedaron rezagados, aunque algunos como el eslovaco o el belga lograron reintegrarse. Giant, sin embargo, trabajaba por reducir la diferencia entre su grupo y la cabeza de carrera.
Golpe de efecto de Movistar
Desde entonces, la carrera se convirtió en un máster en vigilancia. Todos desconfiaban de todos y los equipos pugnaron valientemente por colocarse en la cabeza del pelotón. Los depredadores de volatas estaban abriendo el apetito de victorias en el llano camino hacia la meta. Sus equipos, en cambio, se esforzaban por lograr facilitar el trabajo a sus hombres rápidos y sumar el primer triunfo en Catar.
Valverde (Movistar) fue uno de los más activos en cabeza del pelotón. El murciano comandó durante varios kilómetros al gran grupo buscando una situación idónea para el esprínter del equipo español, José Joaquín Rojas. Sin embargo, en los últimos cuatro kilómetros fue desplazado de esa posición por los Astana, los Tinkoff y los Katusha, que trataban de aprovechar la ausencia de Kittel para lograr la victoria.
Ninguno de los tres equipos se llevó el gato al agua. Rojas reinó en el descontrol latente de la llegada a causa de la ausencia de los Giant y se llevó la etapa. El sorprendente y potente sprint del murciano fue imposible de superar por ninguno de los rivales. Boonen fue segundo y Démare (FDJ) tercero.