Rein Taaramae (Astana) se impuso en la Vuelta a Murcia, logrando la primera victoria de la temporada para el equipo kazajo, con el que debutaba en esta prueba. El estonio atacó en Sierra Espuña, la ascensión más dura de la jornada, a unos 50 kilómetros para meta y mantuvo una distancia de unos dos minutos con el pelotón que le valió para ganar. El podio se decidió con el sprint del grupo perseguidor, en el que Mollema (Trek) logró la segunda plaza y Stybar (Etixx-QuickStep), la tercera.

La prueba murciana arrancó de Mazarrón para recorrer los 198 kilómetros que les separaban de la Fortaleza del Sol, situada en Lorca. Pronto comenzaron los movimientos en busca de formar una escapada con visos de éxito. Un cuarteto integrado por Garikoitz Bravo (Murias), Ibai Salas (Burgos-BH), Tandrevold (Froy Oslo) y Kustandinov (RusVelo) lo probó con solo cuatro kilómetros recorrido, pero fueron neutralizados pocos kilómetros después.

Las esperanzas de los equipos continentales por tener protagonista en la ruta murciana no desaparecieron y se formó otro grupo de escapados que logró más éxito. La fuga estaba compuesta por once hombres: Igor Antón, Javi Moreno (Movistar), Chad Haga (Giant-Alpecin); Rein Taarame (Astana), Tiago Machado, Alberto Losada (Katusha), Garikoitz Bravo (Murias), Víctor Martín (Burgos-BH), Dani Navarro (Cofidis), Carlos Verona (Etixx-QuickStep) y Alexandre Geniez (FDJ).

El pelotón estaba encabezado por Trek, que no había logrado meter a nadie en la fuga y logró abortar, en parte, el intento. Solo dos hombres quedaron en cabeza, Víctor Martín y Bravo, que comenzaron a hacer hueco. Su ventaja llegó hasta los doce minutos, momento en el que Movistar y Astana se pusieron manos a la obra. La colaboración entre el equipo kazajo y el español tuvo sus frutos y en cuarenta kilómetros redujeron la renta a la mitad.

A falta de 60 kilómetros Martín y Bravo fueron reintegrados en el pelotón y, poco después, en Sierra Espuña, atacó Taaramae. Todos esperaban kilómetros de relativa tranquilidad, pero ese plan no era del gusto del estonio. Su debut en el Astana tenía que ser recordado y por ello inició esa galopada. Los segundos caían como losas en el pelotón: medio minuto, un minuto, dos... mientras Movistar se veía incapaz de cerrar el hueco abierto por Taaramae.

A falta de 20 kilómetros la renta rozaba los dos minutos y medio, por lo que el pelotón debía de incrementar notablemente el ritmo para cazar al estonio. Todo fue inútil ya que la ventaja se mantenía constante. Taaramae inició la subida al Alto de la Fortaleza del Sol en solitario, gracias a la sangre fría y la cabeza que tuvo para realizar una estrategia tan calculada. Disfrutó y saboreó la victoria, la primera como ciclista de Astana, con la que inauguraba el palmarés de su equipo en 2015. Por detrás, Mollema ganó el sprint del grupo y acabó segundo, seguido de Stybar.

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