Exhibición. No tiene otro calificativo la actuación del conjunto Sky en la etapa reina de la París-Niza. El conjunto británico ha sabido jugar sus cartas a la perfección moviendo a los hombres adecuados en el momento ideal. Tanto el endurecimiento de Nordhaug y Roche en la primera mitad de subida como los demarrajes de Thomas y Porte al final, todo viene de una táctica iniciada en la pizarra. Sky completa un supremo inicio de campaña, algo que empieza a ser una constante, una dominación, una dictadura.

Y no solo porque posean corredores de mucho nivel sino porque saben combinar a la perfección dos elementos esenciales en el ciclismo moderno: potencia y estrategia. Da igual el terreno, da igual los nombres, el conjunto británico siempre pelea con todo y, últimamente, las cosas les están saliendo a pedir de boca. Hoy, exhibición en la subida a la Croix de Chaubouret con victoria de Porte aunque el liderato queda en manos de Michal Kwiatkowski.

Etapa 'tipo Tour'

Una etapa muy dura, sobre todo en su parte final. El inicio era más liviano, con dos altos de tercera categoría dentro de los 70 kilómetros iniciales. Tras un transcurso por el llano y con ligero descenso, la carrera se internaría en la periferia alpina para afrontar un encadenado de cinco puertos, prácticamente sin descanso, a caballo entre segunda y tercera categoría. Para acabar, traca final con la ascensión a la Croix de Chaubouret, de primera categoría. Diez kilómetros al 6-7% de media, muy constante.

El terreno inicial, favorable a una escapada multitudinaria, únicamente fue aprovechado por tres hombres. Chris-Anker Sorensen (Tinkoff-Saxo), Thomas de Gendt (Lotto-Soudal) y Antoine Duchesne (Europcar) saltaban en los primeros kilómetros y, rápidamente, conformaban una sólida escapada de, no obstante, solo tres hombres. El pelotón dio vía libre a este grupo por su escasa peligrosidad. Tres ciclistas ante una etapa llena de dureza...demasiado para ellos. A los 18 kilómetros la renta de los fugados era ya de ocho minutos. Escapada consolidada.

De Gendt, dominador en los altos.

El ritmo fue muy rápido desde el inicio. Los tres de delante afrontaron los dos primeros altos del día con victoria de De Gendt, incontestable, mientras que el sprint intermedio, el primero de la jornada, fue para el más desconocido del trío: Duchesne. Por detrás, Orica llevaba un ritmo de control por mero respeto al jersey de líder que portaba su velocista Matthews, con nulas opciones de mantenerlo hoy. A pesar de ese ritmo no excesívamente alto, pudo recortar tiempo a los de delante, llevando la renta hasta los seis minutos cuando la carrera entraba en los últimos cien kilómetros. La zona de llano y descenso ligero, favorable para los rodadores del grupo, llevó la carrera según el horario intermedio, previamente marcado por la organización.

Orica lleva el ritmo en el grupo | Fuente: ASO.

Con la llegada a la parte final, De Gendt seguía en plan arrasador en cada alto mientras que la renta se situaba en unos cinco minutos cómodos para el pelotón. El belga se ha llevado los tres puntos en todos los puertos puntuables de la jornada salvo en la llegada a la Croix de Chaubouret, donde se ha decidido la etapa.

Todo transcurría con la relativa calma propia del ciclismo. Los altos provocaban desgaste pero un desgaste ligero todavía. La entrada en los últimos 50 kilómetros, AG2R empezó a tirar del grupo. Con dos bazas claras como las de Bardet y Peraud, los franceses no querían especular. Un ritmo que hizo sufrir a ciclistas potentes como Bradley Wiggins (Team Sky), Rohan Dennis (BMC Racing Team) o uno de los grandes favoritos, Rafal Majka (Tinkoff-Saxo), quien hizo la 'goma' durante varios kilómetros para finalmente ceder cuando no había empezado lo más duro. Estos ciclistas no lograron llegar a la ascensión final formando parte del grupo principal.

Majka, en apuros

Por delante, una vez coronaron la Côte de la Guimond, Duchesne, la pata más débil de la escapada, comenzó a ceder. De Gendt y Sorensen se quedaron en cabeza con una diferencia que rozaba los cuatro minutos. Orica y AG2R se alternaron en la cabeza del grupo durante esos kilómetros y, poco a poco, el ritmo fue aumentando. La diferencia de los dos de cabeza fue bajando hasta que, al término de todos los pasos de montaña previos, algo así como a 24 kilómetros de la meta, solo tenían un minuto de margen. Entre pinchazos, los de Andrew Talansky (Cannondale-Garmin) y Ion Izagirre (Movistar Team), y su consecuente revuelo y la tensión propia del acercamiento a un puerto, la fuga fue neutralizada a 13 kilómetros de meta. De Gendt había hecho su trabajo y se había puesto líder de la montaña. Ahora quedaba todo en manos de los capos del pelotón.

El acercamiento último al puerto fue tranquilo. La calma que precede a la tempestad. Etixx y BMC llevaron bien colocados a Kwiatkowski y Van Garderen en esos primeros kilómetros de ascensión. Por detrás, se producía una caída dura con Warren Barguil (Giant-Alpecin), uno de los candidatos a brillar hoy, afectado junto a Egor Silin (Katusha Team) y Nelson Oliveira (Lampre-Merida). Además de Barguil, se quedaban fuera de la pelea los mencionados anteriormente Dennis y Majka, que cedían definitivamente luego de varios amagos, en el comienzo de la ascensión.

Tiralongo lo intenta pero Sky se impone

Ag2R se une a la cabeza del grupo. Llegó el momento de los valientes. Con más de nueve kilómetros para la cima, Paolo Tiralongo (Astana Team), uno de los incombustibles del pelotón, demarraba consiguiendo unos metros con el pelotón. Mantuvo una distancia prudente, sin marcharse demasiado, hasta que a ocho kilómetros para la cima, Sky puso la locomotora en funcionamiento. Lars-Petter Nordhaug, Nicolas Roche, Geraint Thomas y Richie Porte. Los cuatro copaban las primeras plazas del pelotón. Tiralongo no tuvo nada que hacer y se resigno al poderío británico.

Con aparente normalidad, los ciclistas ataviados con el uniforme negro fueron menguando las fuerzas de sus rivales. Nordhaug dejó el grupo principal en menos de treinta unidades. Nadie se movía, nadie atrevía a asomarse al balcón que dominaba Sky desde su posición de privilegio. Llegó el turno de Roche, un turno más corto pero más intenso. El ritmo del irlandés dejó tirados a hombres de calidad como Romain Sicard (Europcar), Tom Jelte-Slagter y Andrew Talansky (Cannondale-Garmin) o Dayer Quintana (Movistar Team). Como una mecha encendida, la parte trasera iba perdiendo longitud mientras la delantera se mantenía firme, lejos de la quema.

La pizarra de Sky, a escena

Era una subida constante, muy constante, por lo que el terreno era muy similar. La estrategia era clara. Intentar demarrar lo más cerca de meta posible e irse con el menor número de corredores posibles. A tres kilómetros de meta, la pizarra de Sky dibujó su antepenúltimo golpe. Cambio de ritmo de Geraint Thomas, potente, quien se llevó consigo a Jakob Fugslang (Astana Team) y Simon Spilak (Katusha Team). Un corte de gregarios de lujo que parecía una avanzadilla para la salida de otros como Porte, Aru o Machado. Rubén Fernández (Movistar Team) se veía con buenas piernas y demarraba buscando la cabeza. Tejay Van Garderen (BMC Racing Team) salía a su estela. No quería quedarse por detrás.

Quedaban solo dos mil metros de ascensión y la penúltima maniobra de Sky se ponía en marcha. Richie Porte cogía la responsabilidad del grupo, un grupo mermado por el ritmo del bloque británico durante el resto de la subida. El australiano sabía que, a poco que agitara el árbol, varias manzanas caerían. Pero no quiso agitarlo de golpe. Bardet salió a su rueda y el grupo perseguidor quedó totalmente estirado. Por delante, la caída de Rubén Fernández, por un despiste al mirar hacia atrás, dejaba a Van Garderen solo y prefería recoger el amparo del grupo de favoritos.

Una situación de carrera que parecía ideal para Sky. Thomas de avanzadilla y Porte por detrás. En el grupo delantero, junto al británico, Spilak y Fuglsang. Por detrás, junto al australiano, Bardet (AG2R La Mondiale), Van Garderen (BMC Racing Team), Costa (Lampre-Merida) junto a Valls, Aru (Astana Team), Machado (Katusha Team), Tony Gallopin (Lotto-Soudal) y Gorka Izagirre (Movistar Team). Pero no todos iban tan frescos como Porte y Kwiatkowski. El polaco cambiaba el ritmo cerca ya del último kilómetro y Porte salía a su rueda. Por detrás intentaban reaccionar y cogían la rueda de esta dupla de calidad.

Porte, paso firme hacia la victoria

Pero una vez llegados a la estela del grupo de cabeza, comandado por Thomas, Porte ni siquiera paraba para enlazar un nuevo cambio de ritmo. Con una potencia enorme, el ciclista aussie se marchaba sin oposición. Su compañero Geraint Thomas salía a su rueda y seguía la estela de su jefe de filas. Ambos, con gran coordinación, en sintonía, afrontaba metro a metro todos los obstáculos que el último kilómetro les ponía en forma de pendiente.

Con una gran diferencia de distancia, la dupla de Sky no cedió con un Porte imperial, marcando el ritmo, y un Thomas con una potencia sorprendente en montaña. En meta, ambos levantaron los brazos y esbozaron una sonrisa, aunque la gloria fue para Porte que entró primero precedido inmediatamente por su compañero de equipo. Por detrás, Kwiatkowski esprintó a Fuglsang para hacerse con la tercera plaza.

Kwiatkowski, líder

Poco a poco, con cuentagotas, llegaron los integrantes de ese corte con más calidad. Tras Kwiatkowski y Fuglsang lo hicieron Van Garderen, Costa, un sorprendente Tony Gallopin, Aru, Valls, Spilak, Bardet, Izagirre y Machado, que entró a 34 segundos del vencedor. El siguiente ya fue Tim Wellens (Lotto-Soudal) a más de un minuto.

En la general, como era de esperar, Michael Matthews perdía el liderato en favor de Michal Kwiatkowski quien, a pesar de la derrota hoy, se hacía con el amarillo de nuevo. Porte segundo y Geraint Thomas es tercero.

Clasificaciones tras la cuarta etapa

El vídeo de la victoria de Richie Porte

Y mañana...

La quinta etapa de la París-Niza tendrá un recorrido mucho más liviano que en el día de hoy. 192 kilómetros entre Saint-Étienne y Rasteau, hacia el sur, con cuatro puertos. De salida el Col de la République (1ª) pero los demás serán de segundo y tercera categoría. La única oposición de la llegada masiva será la Côte de Buisson (3ª), de apenas dos kilómetros, a ocho kilómetros de meta, y que dejará a alguno de los hombres rápidos fuera de la pelea.