Greg Van Avermaet (BMC) se proclamó vencedor de la segunda etapa de la Tirreno-Adriático 2015 con final en Arezzo. El belga fue el más fuerte en la meta de Vía Ricasoli, la famosa calle de la ciudad italiana con una pendiente que hace muy complicado el desenlace. Desde el pie de la cuesta se mostró en cabeza, dejando ver que era el más fuerte, algo que demostró con un gran sprint ante el que no pudieron hacer nada Peter Sagan (Tinkoff), segundo y gran dominador de esta etapa en los últimos años, ni Zdenek Stybar (Etixx-Quickstep), reciente ganador de la Strade Bianche.

La carrera comenzó con una tempranera fuga de cinco unidades: Rick Flens (Team LottoNL Jumbo), Nicola Boem (Bardiani), Danilo Wyss (BMC), Carlos Quintero (Colombia) y Chad Haga (Team Giant-Alpecin). Este quinteto logró una renta máxima superior a los 14 minutos, pero pronto comenzó a reducirse a pasos agigantados.

All-in por Sagan

Tinkoff, sabedor del buen idilio de Peter Sagan con la meta de Arezzo y su Vía Ricasoli, se encargó de comandar el pelotón. Los hombres fosforitos controlaron el pelotón a su antojo, casi de forma tiránica, no dejando que nadie tomase la cabeza del gran grupo. Con sus ocho hombres en fila, poniendo el ritmo que más les interesaba a ellos y, por tanto, al campeón eslovaco, cerraban poco a poco el hueco que tenía la escapada, dejándoles claro que no iban a darles nada de juego.

La confianza en Sagan era total. Incluso Ivan Basso y Alberto Contador trabajaban para el eslovaco, pero especialmente fue dura la labor de Tossatto y Juul Jensen, que encabezaron el pelotón durante casi toda la etapa. Once, nueve, cuatro... los minutos se descontaban rápidamente hasta que en el primer paso por meta, a 55 kilómetros para meta, la diferencia era menor a los tres minutos.

El circuito de Arezzo era el rush final de la etapa. Seis vueltas a este recorrido era la conclusión que tenía preparada RCS Sport para esta jornada. Vía Ricasoli iba a disfrutar del paso del pelotón hasta seis veces. Los escapados, liderados por un impetuoso Quintero, trataban de ganar posibilidades de victoria, pero el empuje de Tinkoff lo impedía. En el segundo paso por meta, la distancia ya era de tan solo dos minutos.

Tiranía fosforita

El control de Tinkoff era total. A falta de 33 kilómetros la ventaja de la fuga se estableció en el minuto, momento en el que los de fosforito se tomaron un pequeño descanso. En este periodo, Vincenzo Nibali (Astana) sufrió un pinchazo. Lo Squalo tuvo que recurrir a la rueda de un compañero ante la tardanza del coche del equipo y tres Astana le condujeron de nuevo a cola del gran grupo. Mientras tanto se veía a un Sagan relajado y sonriente, conversando con otros ciclistas sabiendo que su momento llegaría más adelante. El eslovaco era el gran favorito y estaba vigilado por todos, lo que complicaba algo más su triunfo.

A falta de 20 kilómetros, el Tinkoff se dispuso a pegar el arreón final. La fuga notaba la fatiga de estar tantos kilómetros rodando en busca de una victoria imposible y Haga y Boem se descolgaron de la cabeza de carrera. A falta de 16 kilómetros, los escapados fueron neutralizados y el pelotón entró, compacto, en la última vuelta con Sagan muy bien arropado.

La vibrante lucha por las posiciones

El dominio y control de Tinkoff se esfumó en este último giro. Sky apareció por primera vez y se puso en cabeza, tirando para un recuperado Elia Viviani, que sufrió una dura caída en la jornada anterior. Este movimiento de los británicos alentó a otros a tratar de comandar el gran grupo, como Movistar, BMC, Lotto, Astana, Trek, IAM o Orica GreenEdge. Todos los equipos buscaban una buena colocación, básica para opositar al triunfo. Maciej Bodnar (Tinkoff) se colocó en cabeza a falta de tres kilómetros, conduciendo a Sagan hacia una vía de escape en busca del triunfo. BMC, espectacular en el último tramo de etapa, arrebató a Bodnar esa posición de honor y, entrados en el último kilómetro, comenzó la verdadera batalla.

Katusha apareció en el inicio de la rampa en cabeza, pero rápidamente Ben Hermans (BMC) se colocó al frente con Van Avermaet a rueda. El belga hizo un pequeño amago de arrancada, para comprobar cómo estaban las fuerzas de los demás. Stybar y Sagan, entre otros, se mostraron dispuestos a responder, y el de BMC detuvo su impulso. En los últimos metros Van Avermaet lanzó el sprint. Desde lejos, logró abrir un pequeño hueco que trataron de cerrar varios, entre ellos Fabian Cancellara (Trek). Imponente y autoritario, el belga no dejó que nadie le rebasara y se llevó un triunfo de mucho caché. El gran favorito, Sagan, fue segundo, y Stybar, tercero. El ciclista de BMC obtuvo además un premio extra: vestir la maglia azzurra que le identifica como líder de la general.

Clasificación

La victoria de Van Avermaet, en imágenes