Cuando el mal tiempo aprieta, los ciclistas de verdad aparecen. La especulación se deja arrinconada y el éxtasis ciclístico inunda los televisores, enganchando a los habituales aficionados y a los nuevos fans gracias a esfuerzos casi inhumanos. Hoy, en una etapa donde estaban todos los ingredientes que el buen ciclismo siempre tiene y que pocas veces encuentra, se ha visto ciclismo del bueno. El ciclismo que ojala se repitiese etapa a etapa, prueba a prueba. Tony Gallopin (Lotto-Soudal) es un exponente de este ciclismo añorado por quienes lo conocen. Ataque a más de 30 kilómetros del final, galopada en solitario y victoria brillante en Niza. Un triunfo de un ciclista romántico en una etapa que ha enamorado de principio a fin.

Los ciclistas se encontraron hoy más de 180 kilómetros de desgaste, media montaña y descontrol. Ningún metro llano, ninguna zona de recuperación aparte de los descensos de los seis puertos de primera y segunda categoría que la organización les había preparado. Una jornada que ha podido hacer más diferencias, gracias a que el pelotón y los ciclistas estaban por la labor, que la anterior, con final en la Croix de Chaubouret. El Col de Vence para "seleccionar" a la fuga, La Roquette Sur Var, la Cote de Chateauneuf y la Cote de Coaraze para limpiar el pelotón, y la Cote de Peille y el descenso hasta Niza para decidir al ganador.

Lluvia, frío y 31 protagonistas

Se dio la salida a la etapa en el departamento de los Alpes Marítimos y se dio inicio a la locura. El frío también tuvo acto de presencia en el inicio de la etapa, algo que hizo pasar factura a los ciclistas. Un frío y unas bajas temperaturas que aún supusieron mayor descontrol a la carrera. Primero, catorce ciclistas se fueron en busca de la epopeya, incluyendo a Thomas De Gendt (Lotto-Soudal), que tenía en éste su último día de esfuerzo para consolidar el maillot de la montaña.

Tras ese ataque de 14 ciclistas, los equipos sin representación lanzaron a alguno de sus hombres hacia delante, buscando protagonismo, como LottoNL o Cannondale. Y aquellos que ya la tenían, como Movistar o Lotto-Soudal, la doblaron. Seis hombres tomaron la directa para llegar a la cabeza de carrera, luchando contra las bajas temperaturas. Y así, ataque de varios ciclistas tras ataque, hasta conformar una fuga de 31 ciclistas que incluía a corredores como De Gendt (Lotto-Soudal), Jan Bakelants (Ag2r), Dayer Quintana (Movistar), Steven Kruijswijk (LottoNL-Jumbo), Simon Yates (Orica-Green Edge) o Sylvain Chavannel (IAM Cycling), peligrosos en jornadas así.

Mientras De Gendt pasaba primero por cada puerto de montaña y Etixx imponía el ritmo en cabeza del pelotón, con la escapada siempre controlada y en torno a los dos minutos de renta, la lluvia hacía acto de presencia en la etapa y empezó a caer con fuerza, eliminando a corredores ya cortados como los de Bryan Coquard, Nacer Boauhanni o Heinrich Haussler y que iban a perder más tiempo. También lo hizo Warren Barguil, un hombre importante para hoy.

Fuga y pelotón, con ganas de marcha

No les gustó el ritmo de cabeza a Taaramae (Astana) y Kruijswijk (Lotto-NL Jumbo), que se lanzaron en cabeza y probaron sus opciones aprovechando la superioridad numérica de sus equipos. El de Astana, con Boom detrás, demarraba y se llevaba con él al escalador holandés. No hubo organización y no fraguó la intentona de los dos escaladores y volvieron a integrarse en el grupo de 31 ciclistas. Con el ataque de los dos ciclistas y la subida al Col de Levens (segunda dificultad del día), la fuga llegó a estar a tres minutos del pelotón, la diferencia más amplia de la que dispusieron en la jornada de hoy.

En la siguiente subida, el ritmo y la fatiga de los menos escaladores dejaron el grupo de cabeza en solo quince hombres. Los más peligrosos siguieron formando parte del primer grupo y los más débiles y cansados empezaron a descolgarse uno por uno. Pero en el pelotón también hubo marcha. Aprovechando las condiciones de la prueba, Kwiatkowski se lanzó a la aventura con cuatro compañeros, sorprendiendo a Porte y su equipo. Pero poco después de coronar la Cote de Chateauneuf, Sky neutralizó el peligroso movimiento del líder de la prueba. Era el primer aviso de un polaco que estaba dispuesto a probarlo más veces, solo para ganar segundos con respecto a Porte y para afrontar con más seguridad la crono de mañana con más seguridad.

Marcha subiendo, marcha bajando

Y si no se puede subiendo, se prueba bajando. Así debió pensar el polaco cuando, junto a dos compañeros, se lanzó en el peligroso y mojado descenso del Col de Saint-Roch. Tony Martin, Michal Golas y el líder, arriesgaron en la bajada y lograron una renta más que importante, sorprendiendo por segunda vez a Porte y sus gregarios. Sin arriesgar durante la larga bajada, Thomas y Porte decidieron esperar hasta el llano y el ascenso de la Cote de Peille para acelerar y cazar al grupo de Kwiatkowski y los descolgados de la fuga inicial.

Y en el ascenso de la última dificultad orográfica del día, volvió a desatarse la locura. Tony Gallopin atacaba sin tapujos, tras ver cómo Kwiatkowski no podía seguirle, los Sky llegaban al grupo del líder, y, sin gregarios, se sucedían los ataques sin ningún tipo de control por parte de algún equipo. También lo intentaron los Sky, que vieron como el campeón del mundo no supo responder, fruto de sus pocas fuerzas tras su ataque en el descenso. 20 segundos entre el británico y el australiano respecto al polaco en la cima. Apajarado, al de Etixx le tocó asumir la responsabilidad de la caza. En un descenso donde la suerte estuvo de su lado.

La victoria de un loco romántico

Una suerte en el descenso que tuvo Kwiatkowski y una mala suerte que nunca olvidará Sky. Sus dos líderes, tanto Porte como Thomas, se iban al suelo (uno antes y el otro después) en las empinadas rampas y cerradas curvas del descenso, y permitiendo al polaco volver a tener a sus dos mayores peligros para la general en su mismo grupo. Pero Gallopin ya estaba muy lejos como para pensar en cazarle. Lo que se vio en el grupo del líder fue un clima de tensión, de control y, sobre todo, de cansancio, que permitió al francés aumentar su ventaja en torno al minuto durante los últimos kilómetros.

Entraba en las calles de Niza trinfante, pero apretando los dientes porque sabía que, aunque pocas, tenía opciones de vestirse como líder delante de los suyos tras esa dantesca etapa. Empezó a celebrar la victoria una vez pasar la propia línea de meta. Era el primero en acabar la etapa, dejando al segundo grupo a más de 30 segundos. El pelotón, por decirlo de alguna manera, entró a un minuto del francés, con un líder cerrando el grupo y totalmente roto. Mañana se decidirá todo en la cima del Col d'Eze tras una cronoescalada, y este loco romántico tendrá 36 de renta para acabar la obra maestra comenzada en el día de hoy.

Así lo vivimos en VAVEL.

Vídeo de los últimos kilómetros

La etapa de mañana

El Col d'Eze definirá la general. Su 5% de desnivel no es una gran dificultad, y los 36 segundos de renta de Gallopin pueden ser suficientes en el día de mañana. Si el francés pincha tras los esfuerzos de hoy, la lucha se centrará entre Richie Porte y Michal Kwiatkowski, dos cronners que mucho tendrán que decir.

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