Bélgica y la primavera ciclista son dos conceptos que van de la mano. Ante la inminente llegada del primer monumento del año, la Milan-San Remo, el país más ciclista por naturaleza hace del adoquín su forma de vida. Tras el Omloop y la Kuurne-Bruselas-Kuurne, el pavés vuelve al calendario por medio de la Handzame Classic.

Casi 200 kilómetros tendrán que recorrer los ciclistas que quieran suceder a Luka Mezgec en el palmarés de esta prueba. Desde Duinenstraat, el pelotón se dirigirá a Oudenburg siguiendo el curso de distintos canales para irse hacia el interior, en busca de la frontera con Francia. Llegados a la localidad de Poperinge, el pelotón se dirigirá a la zona más dura del recorrido, las cotas flamencas.

Los ciclistas deberán ascender cuatro pequeñas colinas, Vidaigneberg, Monteberg, Kemmelberg y Scherpenberg. Kemmelberg será la única de estas que no tendrá pavés, por lo que la dureza de dichas subidas es mayor. Volverán a recorrer una zona más calmada hasta el tramo final, donde se decidirá la carrera con las tres ascensiones a Ruidenberg que, prácticamente, conducirán a la meta. La prueba se decidirá seguramente en un sprint en el que las fuerzas estén justas tras los grandes esfuerzos en estas cotas.

Etixx-QuickStep, gran favorito

La lista de favoritos es amplia, pero destaca la extensa nómina de candidatos que el Etixx-QuickStep posee para la Handzame Classic. Iljo Keisse, Yves Lampaert, Matteo Trentin o Gianni Meersmann son hombres fuertes para buscar la victoria, por lo que los hombres de Lefevere serán ruedas a seguir durante la carrera.

Lotto-Soudal, con Kenny Dehaes (ganador en 2013), y los BMC, con Klaas Lodewyck, Dylan Teuns y Jean-Pierre Drucker tratarán de plantar cara a los Etixx. Otros favoritos son Jelle Wallays (TopSport Vlaanderen), Tim De Troyer (Wanty), Jelle Mannaerts (Colba) y Antoine Demoitie (Wallonie-Bruxelles).