Como un mago, Geraint Thomas (Team Sky) hizo desaparecer las opciones de Zdenek Stybar (Etixx-Quick Step) y Peter Sagan (Tinkoff-Saxo). Checo y eslovaco se frotaban las manos en la última parte de la carrera viendo que se iban a jugar la victoria entre ellos, descartando a Thomas de una posible pelea al sprint. Pero ahí emergió la potencia del británico. Mientras se vigilaban el uno al otro, Thomas se guardó durante un par de kilómetros para lanzar el ataque definitivo. Se marchó como un cohete en busca de la victoria. Ni siquiera miró hacia atrás y se plantó en solitario en la línea de meta.

Momento dulce del británico, que acumula ya tres triunfos en lo que va de año. Un inicio en el que ha sido protagonista, además de con victorias. Fue clave para la victoria de Richie Porte en París-Niza y, ahora, remata el genial momento de Sky con una victoria en una de las grandes clásicas primaverales. Stannard ya lo hizo en Omloop y hoy es Thomas el que burla la soberanía de los grandes favoritos.

Muros de prestigio

Hasta 17 muros salpicaban el recorrido de la E3 Harelbeke. 215 kilómetros con salida y llegada en Harelbeke con cotas como Paterberg, Taaienberg, Eikemberg y Oude-Kwaremont que se presentaban como decisivas.

Todo en una carrera muy emocionante. La escapada se formó muy pronto con Sebastien Turgot (AG2R La Mondiale), Andrea Dal Col (Southeast), Sean De Bie (Lotto-Soudal), Dries Devenyns (IAM Cycling), Kristian Sbaragli (MTN-Qhubeka) y Sjoerd Van Ginneken (Team Roompot). Este corte mantuvo diferencias de entorno a los seis minutos hasta que los demarrajes se apoderaron del grupo principal.

Primero Boonen, ahora Cancellara

En esta primera parte de carrera, en el tramo adoquinado del Haaghoek, hubo una caída que afectó a varios ciclistas. Entre ellos, Fabian Cancellara (Trek Factory Racing). El ciclista de Trek tuvo que abandonar y tras los exámenes médicos se le han diagnosticado dos fracturas de vértebras que le podían dejar, más que probablemente, fuera de Flandes y Roubaix. Otros ciclistas afectados fueron Bonifazio, Erviti, Amador o Langeveld.

Ningún ataque acaba de cuajar

Pero más allá de este duro contratiempo, en el Taaienberg se abrieron las hostilidades en el grupo de los favoritos. Primero Daniel Oss (BMC Racing Team) saltaba del grupo principal y se llevaba consigo a Matteo Trentin (Etixx-Quick Step), Tiejs Benoot (Lotto-Soudal) y Matti Breschel (Tinkoff-Saxo). Los segundos espadas salían a la palestra formando un grupo peligroso. Cazaron a Dal Col, que se había quedado cortado en la escapada, pero el ritmo de Katusha, espoleado por Kolobnev y Paolini, acabó con ese corte peligroso.

Poco a poco, estos movimientos y el empuje de los diferentes equipos en el pelotón, fue minando la ventaja de la fuga. Bajaba a 2:49 a falta de 71 kilómetros. Las cotas no adoquinadas iban minando las fuerzas mientras que Oude-Kwaremont esperaba en la parte final para acabar con los miramientos. Pero antes, muchos movimientos pero poco fructíferos.

Hombres secundarios como De Vreese (Astana Team) o Kristijan Koren (Cannondale-Garmin) lo intentaron en varias ocasiones pero nadie podía marcharse. Sky, Tinkoff, Katusha, BMC... varios equipos pugnaban por la cabeza del paquete principal que iba perdiendo, muy poco a poco, a los integrantes más débiles. Entre ellos Nairo Quintana.

Del intento sin suerte de Vanmarcke al ataque de Thomas

A falta de 55 kilómetros para la meta, un ataque de Koren fructificó. Nadie hizo caso al esloveno que se quedó en terreno de nadie, entre el pelotón y la escapada. Una escapada en donde Devenys se había eregido como el más fuerte, dejando atrás, uno por uno, a sus compañeros de aventura. En el inicio del Paterberg, Sep Vanmarcke (LottoNL-Jumbo) lanzaba un demarraje sólido pero su rueda se incrustaba en la cuneta y le desestabilizaba. No caía pero sí perdía la diferencia que había conseguido, teniendo además un problema con el calzado que le iba a restar fuerzas y tiempo más adelante.

Pero llegaba el Oude-Kwaremont. Uno de los muros más míticos de Flandes se abría paso y los ataques no tardaron en llegar. Y a la primera fue la vencida, contrariando al dicho popular. Geraint Thomas saltaba del pelotón en la dura subida adoquinada y Stybar salía rápidamente a su rueda. Más tarde sería Sagan el que alcanzaría a estos dos formando un trío con posibilidades pero que acabó la subida con muy poco margen. Solo 12 segundos que, eso sí, fueron en aumento mientras por detrás nadie cogía el testigo de la persecución. Los equipos más fuertes como Tinkoff, Sky y Etixx tenían representación por delante. Era el turno de BMC.

El grupo perseguidor intenta rearmarse

El grupo perseguidor se había disgregado por la dureza del viejo Kwaremont pero poco a poco las escuadras fueron reconstruyéndose por detrás. BMC y Katusha cogieron el testigo. Van Avermaet y Vanmarcke iniciaron la persecución tras la cota y enseguida se sumaron más compañeros del primero como Daniel Oss o Jempy Drucker.

Quedaban treinta kilómetros y solo una cota. La ventaja de los de cabeza era de 25 segundos pero por detrás no conseguían recortar. Un grupo encabezado por los BMC, Oss, Drucker, Burghardt y Van Avermaet y secundado por Katusha, con Paolini y Kolobnev trabajando para Kristoff. Además, los Etixx tenían una buena representación con Lampaert, Vandenbergh y Terpstra pero no iban a tirar teniendo a Stybar por delante. Lo mismo les sucedía a Stannard, Rowe (Team Sky) y a Matti Breschel (Tinkoff-Saxo). Outsiders como Chavanel, Degenkolb, Boasson-hagen, Devenys, Marcatto, Keukeleire, Van Baarle, Gatto, Offredo y Leukemans integraban ese grupo perseguidor al que no paraban de sumarse unidades.

Tres galgos pueden con un grupo numeroso

Por delante, entendimiento máximo. Los largos y potentes relevos de los tres galgos llevaron la diferencia por encima de los 40 segundos. Cuando parecía que por detrás se organizaba BMC y empezaba a recortar tiempo, a eso de 17 kilómetros para la meta, Van Avermaet sufrió una dura caída en una curva muy cerrada que permitió coger aire a Stybar, Sagan y Thomas, que se fueron al minuto de margen. Con su líder fuera de combate, los BMC pasaron el testigo a Katusha, en donde Paolini y Kolobnev hicieron lo indecible para tratar de alcanzar a los de cabeza, pero nada. Sabían que con Kristoff eran los más rápidos en la llegada al sprint pero no pudieron siquiera acercarse.

Thomas, Stybar y Sagan | Fuente: PN - Nieuwsblad.be.

Dentro ya de los últimos diez kilómetros hubo movimientos por detrás, buscando la desesperada. Hombres como Lampaert (Etixx-Quick Step), Offredo (FDJ) o Benoot (Lotto-Soudal) lo intentaron pero nada. Por delante estaban convencidos y, aunque los relevos fueran cada vez más cortos, sabían que no podían confiarse. Ya dentro de los últimos cinco kilómetros, sabían que eran ellos los que se la iban a jugar. El pelotón estaba rendido. Habían dejado ir a tres 'bichos' como Sagan, Stybar y Thomas y lo habían pagado caro.

La magia de Thomas aparece

Mientras Stybar y Sagan seguían vigilándose, sabedores de que eran los más rápidos y hábiles, por encima de Thomas, este labraba su estrategia. Se agazapó durante dos kilómetros y saltó en el momento oportuno. A falta de cuatro kilómetros el ciclista de Sky demarró con potencia, con eficacia, con magia. Esa magia que le permitió esfumarse de la visión de los dos "favoritos" en su cara. Esa magia que le permitió hacer desaparecer las opciones de dos hombres que se frotaban las manos a falta de cinco kilómetros y que se frotaban los ojos a falta de tres.

Celebración de Thomas | Fuente: PN - Nieuwsblad.be.

Thomas demarró y Stybar esperó la reacción de Sagan. Al ver que el eslovaco había reventado tuvo que ir por su cuenta. Salió con fuerza, parecía que iba a coger a su rival pero la potencia de Thomas fue superior a la energía del checho. Stybar veía como su objetivo se esfumaba por las interminables calles de Harelbeke. El británico fue metiendo segundos a Stybar hasta que en el final de la recta de meta pudo celebrar, con un gesto de rabia, una de las mejores victorias de su carrera, sino la mejor. Una victoria mágica. Quizás no sea el mejor clasicománo, pero lo que es cierto es que Thomas está haciendo magia con sus cualidades, aprovechando su versatilidad. Potencia mezclada con inteligencia, la clave del ciclismo.

El británico suma su tercer triunfo en este 2015 de ensueño para él y para su equipo, que acumula ya quince victorias en lo que va de temporada. Momento mágico para la formación inglesa en el peor momento de su jefe de filas, Chris Froome. Siguiendo con la E3 Harelbeke, por detrás de Thomas entró Stybar y, posteriormente, Trentin ganó el sprint de grupo tras coger a Sagan en los últimos kilómetros.

Clasificaciones

El triunfo de Geraint Thomas, en imágenes