El conjunto Etixx-Quick Step se las prometía muy felices este inicio de año. En sus filas, ciclistas como Boonen, Tersptra, Lampaert, Maes, Keisse, Cavendish, Vandenbergh, Van Keirsbulck y Stybar iban a ser clave en una temporada que tenía como objetivo monopolizar los adoquines y ganar en aquellas pruebas de mayor prestigio. Y, cuando estamos a finales de marzo y principios de abril y se acerca la hora de la verdad, por el momento el equipo solo ha ganado en la Strade Bianche y en la Kuurne-Brussels-Kuurne, gracias a las actuaciones de Stybar y Cavendish respectivamente. Un bagaje más que insuficiente para el conjunto que mejor plantel, con diferencia, presentaba antes de la cita con las clásicas.

Ya solo quedan el Tour de Flandes y la París-Roubaix. Y solo hay un ciclista realmente capacitado para resolver en dos semanas la decepcionante campaña de clásicas de Etixx-Quick Step hasta el momento: Zdenek Stybar. El checo es el ciclista del conjunto belga que mejores resultados ha obtenido hasta el momento y el que mejor piernas ha tenido en los momentos importantes. Lastrado, eso sí, en gran parte de ellas por un rol en el equipo que no le ha acompañado. Con las bajas de Boonen y Cancellara, el ciclista checo puede hacerse un hueco en el equipo y brillar por sí solo en las clásicas restantes.

De gregario de lujo a líder momentáneo y efectivo

Recuperándose todo este invierno de una fractura de clavícula, sufrida mientras disputaba el Ciclocross de Ardooie, y sin disputar el Mundial celebrado en su país, el checo afrontó la primera parte del año con tranquilidad, sin excesos y con su objetivo claro: las clásicas de adoquines. En la Volta al Algarve, escondido como gregario de Michal Kwiatkowski, el checo intentó no forzarse. Pero Stybar no entiende eso de 'no forzar'. Se metió en dos sprints (en las dos primeras etapas) y acabó dos veces en el top-10. Un inicio con ganas, tras un largo invierno lesionado.

Boonen y Terpstra iban a ser los líderes de Etixx en la Omloop Het Nieuwsblad, prueba que abrió el uno de marzo el calendario de clásicas. Stybar quedaba relegado a gregario. Y fue tal el dominio del conjunto belga que se permitieron el lujo de, a falta de 40 kms a meta, irse con tres hombres, sus dos líderes y Vandenberg de gregario. Atrás quedaba el checo, vigilando a Vanmarcke y Van Avermaet, de paseo y sin dar un solo relevo a sus rivales, mientras Stannard hacía lo que quería con sus tres compañeros en los kilómetros finales. Al día siguiente no mostró combativo y ayudó al equipo a lograr la primera victoria de la temporada de clásicas gracias a Cavendish.