La veteranía es un grado. La edad quita facultades físicas que cuesta volver a recuperar, eso sí, pero te aporta esa inteligencia y esa experiencia en carrera que en varias situaciones de carrera llega a ser incluso más decisiva que el tener fuerzas o no. Katusha, un equipo donde la artillería pesada de sus ciclistas -salvo Alexander Kristoff- supera la treintena de años, es buena prueba de ello. Su final de marzo y principios de abril ha sido espectacular: en nueve días han conseguido ocho victorias, como la Gante-Wevelgem o el Tour de Flandes. Alexander Kristoff, Luca Paolini y Ángel Vicioso han sido los protagonistas de tan brillante inicio de mes.

Un jovenzuelo de 38 años

En nueve días, los ciclistas de Katusha han conseguido ocho victoriasLuca Paolini, con 38 años recién cumplidos, fue el más listo en la dantesca Gante-Wevelgem del pasado 29 de marzo. El italiano, que venía como principal gregario de Alexander Kristoff, buscó su oportunidad con la carrera ya avanzada, cuando ya estaba formado el corte que se jugaría la victoria en los últimos kilómetros. Su aventura hacia el triunfo empezó cuando faltaban más de 60 kms para la meta, con una aceleración para alcanzar al grupo que había formado Stijn Vandenbergh (Etixx-Quick Step) unos kilómetros antes. "Me dijo [Kristoff] que no estaba bien y que lo probase por mi cuenta", explicaba el italiano tras ganar.

Tras no eliminarle tras el Kemmelberg, cuando era el único de los seis perseguidores de Jurgen Roelandts que andaba descolgado, cogía la rueda de Terpstra cuando éste lanzaba su apuesta. Quedaban tan solo quince kilómetros hasta la línea de meta. Poco después se les uniría Geraint Thomas (Sky), volviendo a demostrar sus buenas piernas. "En el final sabía que tenía que evitar el sprint, porque no soy demasiado rápido". Dicho y hecho: a falta de seis kilómetros para la meta, y cuando menos se lo esperaban sus rivales, el italiano se marchaba en busca de la victoria. La consiguió diez minutos después, en solitario y a lo grande. Era su primer triunfo del año y el octavo de su equipo.

Vicioso, alegrías en casa

El Gran Premio Miguel Indurain se presentaba, a priori, como un triunfo casi firmado para Movistar, el equipo de casa. Nairo Quintana y Alejandro Valverde partían como los dos líderes del equipo, y con gregarios de lujo como Beñat Intxausti, Ion Izaguirre o Igor Antón, muy mal se les tenía que dar a los de Eusebio Unzue para no lograr la victoria en lo alto de la Basílica del Puy. Pese a que dominaron la prueba desde el kilómetro uno, metiendo a gente en la fuga, y controlando la cabeza del pelotón, Ángel Vicioso, volviendo a dar su mejor versión como ciclista, les aguó la fiesta cuando se impuso a Intxausti y a Izaguirre en el repecho final.

Vicioso, de 37 años, volvía a la competición, por fin, en el Tpour de Dubái tras romperse el fémur en la 12ª etapa del Giro de Italia de 2014. La retirada parecía que estaba más cerca que nunca para el veterano corredor, que ha encontrado en esta temporada motivos para seguir compitiendo. Entrando en el corte bueno en las rampas de Eraul, el ciclista de Katusha se marchaba tras acabarse el descenso con Beñat Intxausti. Pese a que Movistar reforzaba la presencia en cabeza de carrera con Ion Izaguirre, el aragonés se dehacía de ambos en las rampas de la Basílica de Puy. Rompía así una racha de casi cuatro años sin ganar.

Kristoff, el pilar ruso

Si Katusha ha podido celebrar tan difícil éxito (ese de ganar tanto en tan poco tiempo) es gracias a Alexander Kristoff, el pilar de su equipo y un seguro en carretera para los rusos. La Kristoff-dependencia es ya un hecho dentro del equipo y mucho tendrán que pelear para que el noruego, en el mejor momento de su vida deportiva, se quede en el equipo tras acabar contrato este 2015. La reconversión del sprinter noruego en clasicómano le está dando y le dará muchas alegrías en un futuro. Pero Kristoff no es solo sprint, velocidad y potencia. A sus 27 años, tiene la cabeza muy bien amueblada y sabe leer muy bien las situaciones de carrera para aprovechar sus muchos puntos fuertes. En la pasada edición del Tour de Flandes lo demostró holgadamente.

Ganando De Panne y demostrando que todas las confianzas depositadas en él eran pocas, Kristoff se presentaba en Brujas como uno de los grandes favoritos, y al que casi todas las condiciones de carrera le favorecían: carrera lenta, carrera rápida y selectiva, o carrera con movimientos entre los favoritos u outsiders. Paolini, quien no tuvo su mejor carrera, volvía a ser su hombre. Pasando sin problemas las primera cotas, y evitando las caídas que azotaron a Wiggins, Sagan o Stybar, Kristoff se movió cuando debía moverse, sorprendiendo incluso, a más de uno. Sorprendió ver cómo el ciclista más rápido en una llegada masiva era el que intentaba evitarla marchándose con un ciclista de Etixx-Quick Step.

En el Tour de Flandes triunfó Kristoff, el más fuerte y el más listo de todos.Confiando mucho en sus piernas y en sus muchas fuerzas, Kristoff salía rápidamente a rueda de Terpstra, cuando éste se movía a menos de 30 kilómetros para el final. "Sabía que tenía que ir a rueda de Tersptra", se justificó el noruego en rueda de prensa. Su movimiento causó incredulidad en el seno del grupo de favoritos, que poco pudieron hacer para neutralizar el movimiento ganador. Quedaba la tercera subida a Oude-Kwaremont y la cota final en el Paterberg, pero el holandés, por falta de fuerzas o por órdenes de su equipo, no atacó al noruego, que vio como llegaba a la última parte de la carrera con el 99% de opciones de victoria. En el sprint se impuso la lógica: Kristoff levantó los brazos en Oudennarde y conseguía así su segundo Monumento ciclista. Triunfó el más fuerte y el más listo.

¿Podrá seguir la racha?

La Vuelta al País Vasco, Scheldeprijs y la París-Roubaix serán las próximas pruebas de los rusos, que perseguirán el objetivo de seguir ganando y seguir de dulce. En la prueba española, los líderes serán Joaquim Rodríguez y Dani Moreno, dos ciclistas que también pasan de la treintena de años (35 y 33 respectivamente) y que pueden ser importantes en el desenlace de algunas de las etapas, pensando siempre en las clásicas de las Ardenas de las próximas semanas como objetivo principal de ambos.

Scheldeprijs y la París-Roubaix, por su parte, volverán a estar encabezadas por Kristoff y Paolini, con la tarea de intentar conseguir otro gran resultado para cerrar una buena campaña de clásicas de pavé para el conjunto ruso y mucho mejor de la que podrían haber pensado en un principio. Katusha es el tercer equipo que más ha ganado este año (catorce victorias), y todo ha sido gracias a sus pícaros y veteranos ciclistas. Esta semana, si les siguen yendo las cosas bien, podrían acercarse a los números de Sky (17) o Etixx (18).