José Luís Arrieta, presidente de Vuelta al País Vasco admite que las cosas se hicieron “mal” al no señalizar los bolardos que provocaron la caída en plena Gran Vía Bilbaína a falta de menos de un kilómetro a meta y con la esprint lanzado.

"No nos permitieron parar el coche en la Gran Vía"

Según ha declarado el máximo responsable de la carrera “la idea era señalizar mejor esos bolardos”, trabajo que tenían que realizar mediante un coche al que “no se le permitió parar en la Gran Vía” aunque ellos creyesen que tenían margen para hacerlo. “Los corredores estaban todavía bajando Santo Domingo, considerábamos que había tiempo, aun así no se permitió parar y no se señalizó la zona como se debía”, argumentó Arrieta.

Un Arrieta que asume que los bolardos, ante la imposibilidad de llegar con las vallas hasta allí, se podían haber señalizado “cubriéndolos con cinta”, algo que no se hizo y que luego desencadenó al accidente final en el que se vieron envueltos numerosos corredores.

Asumir responsabilidades

El presidente de la Itzulia se muestra partidario de “asumir las responsabilidades que les achaquen los corredores y directores” con quienes afirma “haberse puesto en contacto" con alguno de ellos, quienes le trasladaron la intención de salir con cinco minutos de retraso, un plante que finalmente se ha producido.