Una vez cruzó la línea de meta en la Porte du Hainaut el pasado 9 de julio de 2014, todo el mundo tenía a Lars Boom como gran candidato a imponerse en París-Roubaix. Tras más de diez meses de espera, esos que le veían como favorito podrán comprobarlo en el duro adoquín del norte.

En Arenberg, como y cuando quiso

Y es que el neerlandés sorprendió en aquella novena etapa del Tour de Francia 2014 con un ciclismo espectacular. Una jornada marcada por la dureza del norte francés con un recorrido similar al de la París-Roubaix. Eso sí, con solo nueve sectores de pavé, en comparación con los 27 del Infierno del Norte. Carrefour de l’Arbre, Hornaing, Wallers, Pont-Thibault, Mons-en-Pevele u Orchies, coincidentes con la Roubaix, esperaban a los corredores aunque al final, el mal tiempo obligó a suspender los dos últimos.

Todo empezó a decidirse cuando y como Boom quiso. La selección natural en los primeros sectores dejó a los favoritos en el grupo de cabeza y, arreón tras arreón, el neerlandés fue sacudiendo el corte de los candidatos hasta que en Hornaing consiguió dejar atrás a Cancellara, Sagan o Kwiatkowski y se marchó con Fuglsang y Nibali. Al final, Boom fue el más fuerte en el último tramo, Wallers, y se fue en solitario para plantarse en Arenberg, en la meta que le encumbró.

¿Su mejor momento de forma?

Ahora, en un territorio muy similar, Boom puede hacer de ese lugar un hogar de felicidad. La victoria en el Tour fue épica pero nada comparado con la consecución de su primer Monumento y encima en el Velódromo de Roubaix. Las condiciones serán muy similares a las de aquella etapa, con tramos de pavé muy duros y posiblemente con condiciones climáticas adversas, tal y como anuncian las predicciones. Es conocedor del terreno, pues ha competido allí un total de cinco ocasiones en las que ha acabado en posiciones dispares pero con sensaciones de fuerza y potencia. Una potencia necesaria ante galgos como Terpstra, Sagan, Wiggins o Kristoff, algunos de sus máximos rivales el domingo.

En Flandes, Lars Boom ya ha sorprendido al estar con los mejores en una carrera que, en teoría, se adapta peor a sus condiciones de rodador. Las cotas le vienen peor pero demostró que su punto de forma es casi perfecto al acabar sexto, llegando junto con la gran revelación de la carrera, Tiejs Benoot. Por ejemplo, pudo superar en la parte final a hombres como Degenkolb, Stybar, Roelandts, Devolder o Thomas, que llegaron en un grupo posterior. Además de superar la dureza con mucha soltura, Boom posee ese remate que puede incluso superar al de la mayoría de los candidatos en una posible llegada en grupo. Quizás no mejore a Kristoff, Sagan o Stybar pero llegando con Terpstra, Wiggins o Van Avermaet, el neerlandés tendría todas las de ganar.

Dudas disipadas en Oudenaarde

Además, a pesar de la ausencia de victorias y resultados positivos en este 2015, el neerlandés no ha dejado de intentar poner en juego su ciclismo de ataque. Probó suerte en París-Niza buscando la clasificación de la montaña y las continúas escapadas. Un quinto puesto en el prólogo de la Carrera del Sol ha sido su mejor resultado del año eclipsado por la sexta posición en Flandes. Aun así, su primavera no estaba siendo muy buena habiendo abandonado en A través de Flandes, E3 Harelbeke y Tres días de La Panne, mientras que en Milán-San Remo y Strade-Bianche no pudo meterse entre los cinquenta primeros.

Revivirá grandes momentos a su paso por el norte de Francia | Fuente: B.Bade - ASO.

Sin grandes resultados pasados...

A pesar de que ahora se encuentra en un momento bastante dulce, este clasicómano no ha tenido mucha suerte tanto en Flandes como en Roubaix. En la carrera belga había cosechado resultados muy discretos hasta finalizar undécimo en 2014 y sexto en 2015 mientras que en el Infierno del Norte, había estado rondando las primeras posiciones pero su rendimiento había ido cayendo en picado: fue sexto en 2012 como mejor puesto pero en 2014 acabó fuera del top 30. Los resultados no le avalan en exceso pero su momento de forma y de confianza, sí que lo hacen.

Por tanto, Lars Boom ha pasado a convertirse en uno de los máximos candidatos a la victoria en Roubaix. La ausencia de Cancellara y Boonen dejan mucho más abierta la carrera y en estas circustancias, la valentía y la potencia de Boom pueden ser vitales para el devenir de la carrera. Si muestra el nivel del Tour de Francia 2014, el neerlandés puede ser el auténtico juez de la carrera. Allí decidió como y cuando quiso...veremos lo que ocurre en el Infierno de Roubaix.