El año de la confirmación. Fabio Aru se ha ganado a base de pedaladas una parte de los galones del Astana, equipo que liderará en el Giro de Italia. Tras su podio del año pasado y la gran actuación en la Vuelta del año pasado, donde fue quinto, el sardo quiere dar un paso más. Se le compara con Nibali por sus características sobre la bicicleta, ahora quiere empezar a forjar un palmarés del que el siciliano ya puede presumir. 

Sin duda, el ciclista italiano es uno de los grandes proyectos de futuro de este deporte. No solo eso, Fabio Aru asegura con su presencia dos factores que poco a poco se están perdiendo: espectacularidad e imprevisibilidad. El sardo, que ha tomado a Vincenzo Nibali como espejo, tiene el arrojo y la valentía del siciliano. El líder del Astana para este Giro es el típico corredor que, si tiene un gramo de fuerza, lo prueba, pensando siempre en ganar y dejando la calculadora en casa, bien escondida para no encontrarla jamás. 

Buen escalador y bajador, tiene una punta de velocidad que le permite disputar la victoria en algunas ocasiones. Posee una arrancada muy potente y muy complicada de seguir para sus rivales, cualidad que se potencia por la osadía con la corre.

Esta temporada no se ha podido ver mucho a Aru. El sardo solo ha tomado presencia en París-Niza y en Volta a Catalunya. Iba a estar presente en el Giro del Trentino, que le iba a servir como test final para comprobar si su preparación era la idónea, pero finalmente causó baja. En la Carrera del Sol, el italiano no dejó grandes sensaciones. Firmó un discreto 39º puesto en la general y no estuvo delante en ningún momento. 

Dos semanas después se presentó en la Volta, donde la afición catalana pudo disfrutar de un Aru diferente. El italiano dejó sus primeros demarrajes y se le vio en cabeza con los mejores. Acabó el sexta posición, a escasos segundos del ganador y rival suyo en este Giro, Richie Porte (Sky), dejando unas sensaciones muchos mejores. Se notaba que la condición física del sardo iba in crescendo y no cabe duda de que su pico de forma llegará en la Corsa Rosa.

Fabio Aru es la gran esperanza italiana para este Giro. Hace un año demostró todo de lo que es capaz, haciendo vibrar a los aficionados trasalpinos apiñados en las cunetas a la espera de que su ciclista, de que ese rayo celeste, pasase a su lado sacando a sus rivales de rueda. A base de atrevimiento, ya se ha hecho un hueco en el corazón del ciclismo de Italia, ahora solo le falta hacerse con el órgano completo. Para ello, tiene una oportunidad inmejorable: un equipo de quilates a su disposición, solo 15 días de competición, un punto de forma ideal y, sobre todo, arrojo. Un ciclista romántico y atrevido en el país del ciclismo más purista y clásico: ¿qué puede fallar?