Michael Albasini (Orica GreenEdge) lo ha vuelto a hacer. El ciclista suizo se ha llevado la tercera etapa del Tour de Romandía con final en Porrentruy, como ya hiciera ayer en Saint-Imier, y sigue como líder de la prueba. Profeta en su tierra, ha sumado su décimo triunfo en tierras helvéticas de toda su carrera, ya que ha logrado cinco, con esta, en Romandía, tres en la Vuelta a Suiza y dos en el GP Canton du Argovie. Segundo en la etapa fue el francés Julian Alaphilippe (Etixx), que sigue demostrando su gran estado de forma, y tercero Damiano Caruso (BMC).

La fuga del día la protagonizaron tres hombres: Kristoff Vanderwalle (Trek), Cheng Ji (Giant-Alpecin) y Brian Bulgac (Team Lotto NL Jumbo). Estos terceto le puso mucho ímpetu a la escapada y, pese a lograr una ventaja máximo de hasta siete minutos, sus opciones de victoria se disiparon pronto. El Movistar, que tenía ganas de romper la carrera, imprimió un ritmo duro a la etapa que acabó por romper el pelotón y neutralizó a estos tres fugados a falta de 48 kilómetros para el final.

Con una hora de carrera por delante y la etapa ya rota, tomar el control de este caballo desbocado llamado grupo de favoritos era misión imposible. Algunos valientes, como los típicos vaqueros que saltaban al ruedo en el lejano oeste americano a domar al caballo salvaje, lo intentaron. Esos fueron Lampre-Merida y Astana, con cierta colaboración del Movistar, hasta que el conjunto teléfonico decidió alterar aun más a dicho caballo.

Los tres escapados en la fuga del día. Foto: Tour de Romandía

Desbocado en busca de la victoria y de ventaja en la general estaba Nairo Quintana. El colombiano, bravo como pocos, quería armar la de San Quintín. Y para ello, hizo que sonara el séptimo de caballería. Aprovechando un ataque de Pierre Rolland (Europcar), el sudamericano mandó a un compañero suyo, Jonathan Castroviejo, a rueda del francés. Acto seguido, saltó él, tratando de enlazar con la cabeza de carrera, pero muchos corredores le siguieron. Parón y vuelta a empezar. Esto solo había sido un aviso.

Este intento del Movistar espoleó a otros corredores, con piernas y arrojo para intentar abrir hueco. Muchos ataques trataron de romper aún más la carrera, pero solo uno llegó a tener algo de vigencia: el de Jan Bakelants (AG2R). El buen trabajo del Cannondale-Garmin, encabezado por Janier Acevedo, echó al traste los ambiciosos planes del belga justo antes de iniciar la última ascensión del día, la segunda a la Côte de Bure. Tinkoff-Saxo y Astana decidieron tomar las riendas en este momento, aunque solo fue durante algo más de un kilómetro, la extensión de este puerto.

La carrera se estaba volviendo rápida y dura, una guerra de guerrillas en la que cualquiera podía salir herido, pero también cualquiera podía salir vencedor. Así lo vio Winner Anacona (Movistar), que a falta de 22 kilómetros se fue en solitario. Maxime Mederel (Europcar) se encargó de cazarle, pero justo entonces lo probó otro escarabajo, Darwin Atapuma (BMC), cuya rueda siguieron tanto Mederel como Anacona. Giant-Alpecin, Lampre-Merida y Orica GreenEdge se compenetraron a la perfección para echar abajo el intento de este terceto antes de que fuese demasiado tarde: estos tres equipos deseaban la llegada al sprint, donde tenían grandes posibilidades.

Foto: @BiciGoga

A 18 kilómetros para meta, todo volvía a la tranquilidad hasta que Bakelants, frustrado por como abortaron su intento anterior, lo volvió a intentar. Fue cazado rápidamente, y entonces saltó Danilo Wyss (BMC). La carrera era un no parar de ataques, dejando sin un minuto de respiro al pelotón. En este momento, Nairo Quintana (Movistar) lanzó su segunda bala, acompañada por la de Andrey Zeits (Astana). El colombiano sorprendió a todos con este segundo intento, obligó al pelotón a reaccionar rápidamente y el grupo volvió a fraccionarse. Finalmente fueron cazados, instante que aprovechó Vincenzo Nibali (Astana) para probar fortuna, pero fue el propio Quintana quien no le dejó ni un metro de ventaja.

Los últimos kilómetros fueron algo más tranquilos, previendo un sprint que parecía inevitable. Astana y Giant-Alpecin comandaron el grupo en este tramo hasta que Lampre se posicionó en cabeza en el último kilómetro. Simon Gerrans (Orica GreenEdge) y Rigoberto Urán (Etixx-QuickStep) fueron los primeros en sprintar. Era una simple bala de fogueo, ya que el ataque real llegaba por detras. Alaphilippe y Albasini cogieron las ruedas de sus compañeros para batirse en una vibrante lucha que se llevó el suizo. Segundo triunfo de etapa y mantenimiento del liderato para el helvético.

Clasificaciones

La victoria de Michael Albasini, en imágenes