La supersticiones, para mucho son simplemente eso, supersticiones. Pero muchos otros le dan importancia a este tipo de sucesos. Quizá Jesús Herrada (Movistar) sea supersticioso, o quizá no, pero el conquense podría empezar a creer en ellas a partir del día de hoy. El manchego logró en la segunda y última etapa de la Vuelta a Asturias 2015 su primer triunfo de la temporada, con meta en Oviedo. Hace tres años, en 2012, consiguió en esta misma prueba, y también en su segunda jornada, su primer triunfo como profesional, en aquella ocasión en Avilés.

Herrada se logró filtrar en el grupo de perseguidor de Igor Antón en Violeo, donde el vizcaíno había atacado con ambición. El de Mota del Cuervo, junto con otros compañeros y Amets Txurruka (Caja Rural), lograron cerrar el hueco que tenía el líder y posterior ganador de la ronda asturiana, Antón, y al sprint el manchego no tuvo rival. Txurruka fue segundo en la etapa, y también en la general, mientras que Ion Izagirre (Movistar) acabó en tercera posición la etapa.

Caja Rural necesitaba mover la carrera desde el inicio para tratar de romper la tensa calma de Movistar y del líder de la ronda asturiana, Igor Antón, y así multiplicar las chances de Amets Txurruka, que se mueve como pez en el agua en situaciones de carrera rota. Por ello, desde el inicio el conjunto verde se decidió a mover la carrera. Prácticamente en el primer metro de recorrido, se lanzó el primer ataque: Beñat Txoperena (Murias), Israel Nuño (MMR-Inteja) y Miguel Ángel Benito (Caja Rural) se lanzaron en la subida al Caleyu.

Fuga consentida

Este intento fue neutralizado rápidamente por el equipo telefónico, que volvía a imponer su ley en el pelotón. Como si de una dictadura se tratara, lo que decidía Movistar no se discutía, se imponía. Poco después, Francisco Mancebo (SkyDive Dubai) y Ángel Madrazo (Caja Rural) volvían a probarlo. Y lograron hueco, ya que el conjunto dirigido por José Luis Jaimerena lo vio con buenos ojos. A esta pareja se le unieron más adelante otros seis hombres: Igor Merino, Pablo Torres (Burgos-BH), Imanol Estévez (Murias), Adderlyn Cruz (MMR-Inteja), Daniel Silva (Radio Popular Boavista) y Luis Fernandes (W52-Quinda da Leixa). Este grupo de ocho ciclistas logró una renta máxima de cinco minutos.

El mejor situado en la general de los fugados era Madrazo, a unos nueve minutos de Antón, por lo que esta escapada no preocupaba demasiado al Movistar, que estaba más centrado en vigilar de cerca a Txurruka. Por delante, Mancebo se erigía en líder de la cabeza de carrera, marcando el ritmo y asumiendo la responsabilidad del éxito de esta fuga. El abulense se veía con las mejores piernas de este grupo y decidió madurar la etapa. Durante kilómetros y kilómetros se dedicó a torturar a sus compañeros de aventura imponiendo una dura marcheta en el grupo que dejó tocadas las fuerzas de muchos de los escapados.

Un viejo rockero con ganas de guerra

Mancebo, experimentado y perro viejo en esto del ciclismo, había elegido un lugar para dar su golpe definitivo: el Alto de la Degollada. En las rampas de este puerto de segunda categoría puso una marcha más, incrementó el ritmo y realizó una selección. Fernandes y Merino comenzaron a sufrir y se descolgaron, aunque el ciclista del Burgos-BH enlazó de nuevo con la cabeza de carrera tras coronar la subida. En los últimos metros de la Degollada, Estévez y Silva también se quedaron y el grupo de líderes quedó formado por cinco hombres.

Por detrás, Movistar había decidido que quería ganar la etapa. Y, como sucedió con la formación de la fuga, esta decisión no podía ser respondida, iba a ser impuesta. Los hombres de la M comenzaron a aumentar el ritmo y recortar tiempo a la fuga a pasos agigantados. Los cinco minutos de renta de los fugados iban reduciéndose a marchas forzadas, hasta que a falta de 10 kilómetros, en el inicio del Alto del Violeo, último puerto del día, estaba en solo medio minuto.

El Antón más ambicioso

Mancebo intentó marcharse en solitario en dicha subida, pero Madrazo siguió su rueda. Por detrás, Movistar, y el propio Antón, controlaban la fuga y a Txurruka. "Más vale prevenir que curar", reza uno de los dichos más populares de la cultura española. Esta frase resonó en la cabeza del vizcaíno, que en la última rampa del Violeo atacó. El de Galdácano se anticipó a los posibles planes de Txurruka y echó al traste todos lo previsto por el hombre del Caja Rural, que intentó seguir su rueda, al igual que Omar Fraile (Caja Rural), Jesús Herrada, Rubén Fernández e Ion Izagirre (Movistar).

La tostada, como no podía ser de otra manera, se la dejaron a los Caja Rural. La ambición de Igor Antón no tenía límites y se lanzó con todo en el descenso, pero los hombres de verde le neutralizaron. En los últimos kilómetros, un grupo de seis buscaría la victoria en la céntrica calle Uría de Oviedo. Omar Fraile, con la confianza por las nubes tras su gran victoria en el Giro dell'Apennino, fue el primero en lanzar el sprint, mientras que Izagirre le siguió, con Herrada a su rueda. El conquense era la baza telefónica y el guipuzcoano le lanzó la llegada para que, sin oposición, Herrada se llevara su primera victoria de la temporada e Igor Antón la primera general de su carrera.

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