Eclipsado por la sanción de dos minutos a Richie Porte, Nicola Boem vivió posiblemente el mejor día de su vida. Tímido y todavía boquiabierto por lo que había conseguido ha confesado no esperar esta victoria: "Me metí en la fuga para lucir a mi equipo y a los patrocinadores. Con 20 kilómetros para llegar a meta todavía teníamos más de dos minutos y empezamos a creer".

Pero no todo fue un camino de rosas para el italiano que en los últimos kilómetros veía como Marangoni (Cannondale) les demarraba y se marchaba en solitario a por la victoria. "Marangoni atacó, pero estaba tranquilo al tenerlo a 200 metros. Sabía que en la recta final yo era más rápido y gané", confesaba el corredor de Bardiani. De este modo consigue su primera gran victoria como ciclista profesional, algo que nunca podrá olvidar. " Fue increíble. No puedo describir este momento", aseguraba Boem.

Su director deportivo no quiso olvidarse de Nicola al que definió como un corredor "inteligente". Además confesó que en todo momento su pupilo estuvo tranquilo y que sabía que atacaría en la recta final.