Bradley Wiggins ya puede decir que es el hombre más rapido sobre una bicicleta. En pasado domingo, en el velódromo de Londres y ante su público, consiguió elevar la marca del récord de la hora hasta los 54 kilómetros y 526 metros. El récord de Wiggins se elevó más de un kilómetro respecto al anterior, hasta el domingo en manos de Alex Dowsett, y deja ya el récord al alcance de muy pocos ciclistas en activo. Pese a ello, el británico no se encontró totalmente satisfecho al finalizar. Admitió que de haber tenido mejores condiciones (menos calor y presión atmosférica), podría haber hecho "unos 700 metros más".

"Estoy encantado de haberlo hecho", aseguró Wiggins nada más acabar. "Fue una tortura y un gran alivio. Hemos pasado por mucho hasta llegar aquí, y hasta mi mujer y mi hijo saben muchas cosas sobre la presión atmosférica", bromeó el británico ante los micrófonos. "Tal vez no es sea lo que hubiera soñado o esperado si las condiciones hubieran sido diferentes, pero estoy satisfecho, no obstante. No pude hacer nada más". No pudo superar los 55 kilómetros que se habían marcado días antes de afrontar este reto, pero deja un registro difícilmente superable: "Es la primera gran marca real".

Wiggins no volverá a afrontar este reto pese a no haber logrado su objetivo: pasar de los 55 kilómetros y acercarse al registro de Chris Boardman (56 kilómetros y 375 metros). A partir de ahora, se centrará en la pista para llegar al 100% a los Campeonatos de Europa y a los próximos Mundiales, sus siguientes objetivos a corto plazo.