Geraint Thomas es, a día de hoy, uno de los pilares que soportan la pesada estructura del conjunto Sky. Y esa consideración dentro del equipo británico se la ha ganado a base de pulso, piernas, trabajo, presencia y victorias, unas victorias que brillan más por su calidad que por su cantidad. En lo que llevamos de 2015 (es decir, a mitad de temporada) solo ha levantado los brazos en tres ocasiones: en la segunda etapa de la Vuelta al Algarve del pasado mes de febrero, en la clasificación general de esa misma prueba, y durante la campaña de clásicas, concretamente en el E3 Harelbeke, en el pasado mes de abril. 

Tres victorias parecen no ser suficientes para uno de los "pilares" de Sky, pero si se profundiza en la búsqueda de resultados del galés de esta temporada, no abundan victorias, pero sí resultados de calidad en competiciones tan diferentes como las vueltas por etapas y las clásicas de primavera, algo no muy habitual en el pelotón profesional. Su gran mejoría ha sido, sin duda, su buen rendimiento en etapas de media montaña y su paso al frente para luchar por las generales de las vueltas por etapas de una semana (como la Volta al Algarve, la París-Niza o la Vuelta a Suiza).

Su condición y características de corredor completo contrastan con las prestaciones ofrecidas en sus inicios, enrolado en las filas de Barloworld, donde coincidió con Ben Swift, Daryl Impey, Kanstantsin Siutsou, Steven Cummings o Chris Froome, todos ellos compañeros años más tarde (y algunos durante la actualidad) en Sky. Llegó como uno de los claros exponentes de la incipiente explosión de la pista británcia de principios de siglo, pasó a su equipo hasta el día de hoy, Sky, con 24 años y es ahora, en esta temporada de 2015, cuando empieza a sacar a escena toda su calidad, sea cual sea el escenario, perfil o situación de carrera.

De la pista a los adoquines

Tres veces campeón del mundo de persecución por equipos (2008, 2009 y 2012) en la disciplina que practicó desde sus primeros años, la pista, Geraint Thomas saltó a la ruta como gregario y con la contrareloj como su mejor disciplina. Siendo, aún, un ciclista del montón, poca libertad tendría el galés en su segundo equipo profesional y pocos resultados destacables ostentaría con solo una veintena de años cumplidos. Lo más destacado del británico durante sus tres temporadas en Barloworld, sus actuaciones en la vuelta por etapas de casa, el Tour de Gran Bretaña (con un sexto lugar en 2009, antes de fichar por Sky).

En 2010, y como gregario de Juan Antonio Flecha, encontró, dentro del ciclismo, algo totalmente nuevo: las clásicas de adoquines. La esencia del polvo, los adoquines, los pinchazos, los problemas mecánicos y el caos que solo una gran clásica del norte puede ofrecer se impregnó dentro del maillot del británico en 2010 y ya no se ha soltado desde entonces. A Thomas le marcó esa Kuurne-Brussels-Kuurne, su primera experiencia flamenca en su primer año vistiendo los colores del novedoso conjunto Sky. Aunque no llegase a la meta en aquella edición, ganada por Bobbie Tracksel, su primer contacto con los adoquines marcó un antes y un después en la carrera deportiva del galés.

Y desde esa clásica belga, el palmarés de Geraint Thomas ha ido, poco a poco, yendo a más. Un palmarés que, aunque está lejos de ser el de un gran especialista, le sirve para ser uno de los pilares de Sky y para obtener el rol de líder único (con permiso de Ian Stannard) en su equipo. Hasta el día de hoy, el ciclista británico acumula victorias en el E3 Harelbeke (2015), más un tercer (2014) y cuarto puesto (2013), pódium en la Gante-Wevelgem (2015) y en el A través de Flandes (2011) y diversos top-10 en la Omloop Het Nieuwsblad (2013), París-Roubaix (2014) o en el Tour de Flandes (2011). Resultados que, probablemente, puedan mejorar en los años venideros.

Descubriendo la media montaña 

Y lo que nadie podía haner imaginado antes de comenzar este año es que Geraint Thomas iba a destacar tanto en la media y (en contadas ocasiones) en la alta montaña. Una progresión que le ha llevado a estar entre los mejores en citas tan importantes del año como la Volta al Algarve del mes de febrero (donde quedó cuarto), la París-Niza del mes siguiente (donde fue quinto), y el pasado Tour de Suiza, donde finalizó, para sorpresa de muchos y estando entre las primeras posiciones durante toda la prueba, en segundo lugar. Tras pasar la alta montaña y llegar con claras opciones de ganar la general, solo cedió ante Simon Spilak, en lo que podría haber sido su gran triunfo del año.

Thomas es el tercer ciclista que encuentra Sky como último hombre de la montaña para su líder: primero fue Froome, trabajando para Wiggins; después fue Porte, que trabajó para Froome; y ahora le toca a Thomas, que ha trabajado este año para Porte en varias citas. No se trata de un gregario atalentado, porque aún no lo demostrado en una gran vuelta, pero poco le falta. Gracias a la crono, se hizo con la victoria en la clasificación general de la prueba portuguesa, y gracias a su etapa en la Croix de Chaubouret, donde quedó por delante de escaladores como Van Garderen, Aru o Bardet, a la lucha por los primeros puestos de la prueba gala. Más aún sorprendió su rendimiento en la Vuelta a Suiza, donde siempre estuvo con los mejores, incluido en el temido Rettenbachgletscher, donde fue quinto. 

Con Richie Porte preparando su asalta al Tour, donde será el último gregario de Chris Froome en la montaña, el ciclista galés será el hombre más camaleónico que presente la estructura inglesa en Utrecht, ciudad de salida de esta edición de la prueba: en etapas totalmente llanas para guiar a su líder, en etapas de media montaña y en etapas importantes a la general. Poca libertad tendrá durante la próxima edición del Tour de Francia, con un equipo marcado por su compañero Chris Froome, pero nunca se sabe de Geraint Thomas. La versatilidad es su fuerte y más aún este año, donde, como un insecto, se ha "mudado" como ciclista hasta ser el corredor tan completo que hoy en día es.