Joaquim Rodríguez ha contado muchas veces el origen de su apodo de 'Purito'. Cuando era un imberbe recién llegado al mundo del ciclismo, en un entrenamiento del equipo ONCE, el osado Joaquim tuvo la original idea de vacilar a los capos del equipo, pasándoles en un repecho soltando los brazos del manillar y haciendo el gesto de ir tan sobrado que se encendía un puro. Desde entonces se quedó con ese mote.

Pero quizás habría sido mejor cambiar la letra inicial y llamarle 'Murito' Rodríguez, porque Joaquim es el rey de los finales en repecho. Lo ha demostrado en multitud de ocasiones, que cuando la carretera alcanza desniveles superiores al 20% y exigen esfuerzos cortos, pocos hay como él.

El tradicional final de la Flecha Valona fue la meta de esta etapa

Por eso el corredor del Katusha tenía entre las etapas marcadas en rojo esta tercera, con final en el Muro de Huy. Las rampas de esta localidad belga de la provincia de Lieja ya habían visto ganar al ciclista de Barcelona en la Flecha Valona de 2012, y siempre es una subida que se le ha dado bien. Aparte de su victoria, había sido segundo en 2010 y 2011, sexto en 2013 y octavo en 2008. En la última edición de la mítica clásica de las Ardenas, en el mes de abril de este año, había entrado cuarto, quedándose a las puertas del podio. Hoy, esta vez en el contexto del Tour de Francia, el catalán ha vuelto a levantar los brazos en la mítica subida.

Una etapa convulsa

Más allá del duro final de etapa, el día ha sido muy difícil para el pelotón, que ha vivido una jornada que quedará para los anales, con una neutralización de la carrera incluida. Los acontecimientos se han precipitado a 55 km de meta. Justo cuando el pelotón acababa de echar abajo la fuga del día una caída multitudinaria ha llevado a Christian Prudhomme, director general del Tour, a parar la carrera durante varios minutos. El pelotón había quedado diezmado y la organización se había quedado sin ambulancias suficientes, por lo que el patrón de la carrera se vio obligado a tomar esa decisión.

El pelotón, parado tras la neutralización.

Después de la durísima jornada del día anterior, la etapa comenzó más tranquila, aunque rápida. Cuatro hombres atacaron de salida, nada más lanzarse la carrera: Bryan Nauleau (Europcar), Martin Elminger (IAM Cycling), Jan Barta (Bora-Argon 18) y Serge Pauwels (MTN-Qhubeka). El checo Barta repetía después de haber sido protagonista en la fuga del domingo. Por su parte, Pauwels corría motivado por salir desde casa, puesto que la carrera pasó por su localidad natal, Lierre, en el kilómetro cuatro de la etapa. El belga tuvo la satisfacción de rodar escapado por allí.

La diferencia fue incrementándose rápidamente hasta llegar a los tres minutos y medio, pero no pasó de ahí. Ningún equipo tomó la iniciativa de la persecución de una forma clara, pero el empuje de los equipos que querían pasar delante para colocar a sus líderes hizo que poco a poco se limara la diferencia.

Foto: Noticias Caracol.

William Bonnet hizo el afilador y provocó la montonera

A algo más de 50 km para el final llegó el momento más delicado. La aventura de los cuatro fugados llegó a su fin y poco después tuvo lugar la gran caída. Los ciclistas rodaban muy rápido, en un terreno recto pero en ligera bajada. Por la derecha avanzaba el francés William Bonnet cuando su rueda hizo el afilador con la de otro ciclista y se fue al suelo. Su caída provocó una gran montonera, con muchos corredores saltando por los aires.

El líder, tendido en el suelo tras la caída. Foto:

Entre los hombres a los que se vio rodar estaban el maillot amarillo y el jersey blanco, Fabian Cancellara y Tom Dumoulin. El líder de la carrera tenía claros síntomas de dolor, hacía gestos de sentirse mareado y de problemas en la espalda. Pero con mucho pundonor Cancellara cogió su bicicleta y se reincorporó a la carrera. Peor suerte corría Dumoulin, que se vio obligado a retirarse. La carrera estaba yendo perfecta para el joven holandés; tercero en la general, tenía hoy una opción de colocarse líder de la clasificación general y cambiar el blanco por el amarillo. Pero todo se fue al traste por culpa de la caída.

El ciclismo es para valientes

No fueron los únicos nombres ilustres que se vieron implicados en la montonera. En el revuelo provocado se podía observar en el suelo a Rui Costa y Simon Gerrans. El campeón portugués pudo levantarse y continuar, aunque con gesto preocupante. Peor le fue al australiano Gerrans, que con problemas en una clavícula tuvo que decir adiós a la carrera. El ciclista tenía una gran oportunidad de vencer en esta etapa, como también lo esperaba su compañero y compatriota Michael Matthews. Su actuación en la última Amstel Gold Race le incluía entre los favoritos del día si tenía buenas piernas, pero también se vio involucrado en la caída y, aunque pudo continuar, se le vio con muchos problemas para pedalear.

Prudhomme decidió neutralizar la carrera hasta recuperar los recursos médicos

Ante esta situación, con Bonnet, Gerrans y Dumoulin fuera de carrera y un reguero de ciclistas con problemas, el Tour decidió neutralizar la carrera, ante el enfado de algún miembro del equipo Astana. El pelotón se mantuvo parado durante casi un cuarto de hora esperando a que todo se tranquilizara y la organización recuperara sus recursos médicos.

Tras reanudarse la etapa se mantuvo la carrera neutralizada durante varios kilómetros, con el pelotón rodando despacio detrás de los coches oficiales del Tour. La pequeña subida al puerto de cuarta de Bohissau dejó imágenes del sufrimiento extremo al que lleva este deporte. La estampa de Matthews, Johan Vansummeren o Greg Henderson con el maillot y el culotte completamente rotos, o del holandés Laurens Ten Dam dando pedales con el hombro dislocado, hablan del valor de estos deportistas.

Vuelta a la tensión

Después de volver a lanzar la carrera el pelotón decidió darse unos minutos de tranquilidad, hasta que Sky se decidió a poner de nuevo velocidad. Los británicos estaban decididos a hacer daño, endurecer la carrera para su líder Chris Froome. El Tinkoff-Saxo de Contador aceptó el envite y jugó a ciclistas, cortando el pelotón y dejando el grupo delantero en veinte unidades. Nibali y Quintana, contrariamente a la jornada anterior, estaban en cabeza, pero el propio Froome quedó cortado. Sin embargo, la escuadra inglesa reaccionó rápido y volvió a meter a su líder con el resto de favoritos.

En un segundo corte habían quedado cortados hombres importantes como Alejandro Valverde, Thibaut Pinot o Romain Bardet. Llegaron a perder casi 20'', pero aprovechando un repecho el murciano arrancó y se llevó con él a los franceses, volviéndolos a meter en el grupo principal. El ciclista español era para muchos el máximo favorito a ganar la etapa, tras vencer en las dos últimas ediciones de la Flecha Valona.

El muro puso a cada uno en su sitio

Las cosas se tranquilizaron hasta que a seis kilómetros para el final se subió la cota de Cherave, de cuarta categoría. Allí los que iban más justos se descolgaron. Rui Costa acusó los dolores de la caída y fue el primero de los importantes en perder contacto, pero la sorpresa llegó cuando el francés Thibaut Pinot quedó rezagado. Quedaba la subida al Muro de Huy y podía caerle mucho tiempo.

En la subida final Giampaolo Caruso tomó la iniciativa en los primeros metros, pero su jefe de filas Joaquim Rodríguez se puso a su altura y le ordenó apartarse. El italiano, obediente, se hizo a un lado y Chris Froome tomó el relevo. Las miradas buscaban a Valverde, pero el murciano no daba las sensaciones de otras veces. Demasiado pendiente de Quintana, como ya había avisado, no parecía el día para que luchara por la victoria.

Contador fue superado poco a poco por todos los hombres importantes

A 400 metros para la meta Froome aumentó la marcha y cogió unos metros, con Alberto Contador a su rueda. Pero por el otro lado aparecía como un cohete Joaquim Rodríguez, disputesto a volver a reinar en una subida que se conoce como la palma de su mano. El catalán soltó de rueda a todos y voló hacia la victoria. La reacción de Froome era ya tardía y, aunque se acercó al final, entró unos metros detrás del ganador.

Quien poco a poco fue perdiendo posiciones fue Contador. De más a menos, el pinteño se vio superado por Nibali, Quintana y Valverde, y no pudo seguir su rueda. Al final perdió 18 segundos y dio la sensación de estar lejos de su mejor forma. Más atrás llegaron Rui Costa (a 1'13'') y Thibaut Pinot (a 1'33''), totalmente hundidos.

Joaquim y Froome, los protagonistas del día. Foto: Marca.

Froome ya viste de amarillo

El Muro de Huy es un repecho que hace que los ciclistas lleguen prácticamente de uno en uno, con continuos cortes entre ellos. Esas diferencias resultaron decisivas en la lucha por el maillot amarillo. La decisión de la organización de otorgar a Froome el mismo tiempo que a 'Purito', sumada a la bonificación que obtuvo el británico y los 40 segundos que perdió Tony Martin, hizo que por un solo segundo el ciclista del Sky consiguiera el primer puesto de la general.

Pero si algo ha quedado claro en lo que va de Tour es que puede pasar de todo y que cada día es uno distinto el que sale beneficiado. La cuarta etapa, con los tramos de pavé, podría hacer que la clasificación dé un vuelco.

Lo cierto es que en apenas tres días ha pasado de todo y tras estos primeros días Froome ya aventaja a Van Garderen en 13 segundos, a Contador en 36 segundos, a Nibali en 1'38'' y a Quintana en 1'56''. El ganador de la etapa Joaquim Rodríguez está a dos minutos exactos del británico.

Las esperanzas francesas están ya lejos en la general. El veterano Jean-Christophe Peraud pierde ya más de dos minutos con el líder y los jóvenes Bardet y Pinot están a casi tres minutos. Llegarán días más propicios para ellos.

Foto: Le Gruppetto.