Si hay algún equipo que está mostrando una gran fortaleza en carrera ese es el equipo Sky. Los británicos no han fallado en la presente edición, ni en una primera semana de desgaste y tensión, ni en la crono por equipos ni en la primera semana de alta montaña. Ataviados con su clásica armadura negra y azul, los pupilos de Nicolas Portal han hecho de su treno una fortaleza infranqueable para cualquier ejército y han sabido proteger a su general con una guardia que sería la envidia en cualquier viejo imperio. Y es que el Team Sky está siendo el mejor ejército del Tour de Francia.

Una guardia potente

La potencia, mezclada con otras cualidades como la habilidad o la escalada, es la principal característica del conjunto Sky. Empezando por la primera línea de guardia, los hombres más rápidos y habilidosos en el llano como Ian Stannard y Luke Rowe. Ambos forman parte de los primeros movimientos, tanto para atacar como para proteger a Froome, llevando el ritmo que les interese. Stannard es un potente clasicómano, capaz de enfilar al pelotón en una zona de llano y se ha erigido muy importante en etapas de abanicos, durante la primera semana. De igual forma, el potente Luke Rowe es un hombre de equipo, un trabajador nato para cubrir la primera parte de la etapa. Ambos fueron importantes en la etapa del pavé, junto con hombres como Thomas.

La estrategia de Sky es muy marcada y sin salirse del guion, cada cual conoce su desempeño a la perfección

En segundo lugar, Nicolas Roche y Peter Kennaugh son hombres versátiles, con buena capacidad de escalada pero tambien con habilidad en terreno de sube y baja y rompepiernas. Trabajan como comodines y han sido los que menos se han dejado ver trabajando en primera línea, arropando desde la retaguardia y apareciendo cuando más se les necesita. Individualmente, Nicolas Roche fichó por Sky una vez hubo adquirido caché en Tinkoff y venía para ser un tercer líder, pero ha tenido que reconducir su condición hacia un gregario. No ha destacada en ningún momento y ha sido relegado a posiciones secundarias del treno. Por su parte, Peter Kennaugh es una de las perlas británicas. El campeón nacional es un ciclista completo, con potencia, habilidades de escalador y remate, con opciones de éxito en etapas con cotas o recorridos enrevesados. Se ha ido para casa sin apenas aparecer en este Tour de Francia.

En la tercera línea llega el turno para una pareja complementada a la perfección. Leopold Konig y Wouter Poels son los encargados de entrar en acción para allanar el camino, ese terreno intermedio hacia las partes decisivas. El primero, gran escalador que también ha tenido que adaptar su papel de líder menor para ser un fiel gregario de Chris Froome en los puertos largos, previos a la decisión de cada etapa. Su ritmo es brutal y suele dejar el grupo, enfilado, y con muchos ciclistas descolgados. Aquí comienza el final del plan, el del desgaste. Konig es el encargado de llevar una marcha tal que sea desgastante y a la vez cómoda para Chris Froome, evitar ataques desde lejos. Por su parte, Wouter Poels es un gregario más específico. Ágil, potente, veloz cuesta arriba, las cotas y puertos más suaves y cortos le vienen como anillo al dedo. Ayuda a su general a tener una buena colocación e incluso es capaz de poner un ritmo enorme en un espacio de terreno reducido. Su tarea es más defensiva que la de Konig.

Porte y Thomas son los últimos eslabones de la cadena de potencia

Para acabar, el remate final. Richie Porte y Geraint Thomas son los guardaespaldas de Chris Froome. Siempre con él, no le dejan ni a sol ni a sombra, marcando el ritmo, marcando su rueda. Han aguantado con facilidad en todos los puertos del Tour e incluso el austrialiano ha sido capaz de hacer segundo en La Pierre-Saint-Martin, tras su general Froome. La exhibición no es casualidad ya que Porte es un gran ciclista que, lejos de rendir bien como líder en vueltas grandes, ha sabido ser un fiel escudero y actuar con mucha clase en carreras menores. Escalador potente con muchas dotes como la habilidad o los descensos. Por su parte, Geraint Thomas se ha destapado como hombre 'top' en todos los terrenos. De sobra era conocida su potencia pero este año se ha destapado como líder en carreras menores, sobre todo cuando los puertos finales no son muy duros, y como clasicómano, triunfando sobre el pavé belga. Ahora, se ha convertido en uno de los grandes gregarios del Tour, actuando a última hora, soportando el desgaste de la etapa e imponiendo su ritmo brutal para impedir ataques en la ascensión final. Del mismo modo que Richie Porte su labor es defensiva, mediante táctica ofensiva: esto es, atacar, llevar un ritmo fuerte, para evitar el ataque de sus rivales. Golpear primero y, de esta forma, evitar sorpresas.

¿La táctica será puesta en duda?

La táctica impuesta por Nicolas Portal es esquemática a la par que eficiente, de momento. Han sabido aprovechar el buen momento de Froome, superior al de sus rivales, para acogerse a un sistema que no varía nunca y basado en una frase típica del fútbol: un buen ataque es la mejor defensa. Cambiando el ataque por "llevar un ritmo alto", esto es lo que hacen los integrantes del treno de Sky. Imponen un ritmo alto durante toda la etapa, acorde a los vatios de su líder Froome, y van actuando en función del terreno, por fases, desgastando sus fuerzas en cada una de sus apariciones.

Este ritmo infernal del que hablamos provoca que pocos equipos sean capaces de romper su hegemonía, de asaltar su bastión inexpugnable, pues el roster de Sky cuenta con mucha calidad y potencia, aquella que ningún equipo puede aglutinar. El ritmo, además de evitar ataques, provoca el paulatino desgaste, tanto físico como psicológico, de los rivales. Así, se ve a ciclistas ofensivos como Quintana, Contador o Nibali intentándolo muy tímidamente, sin visualizar opciones. "Nos van a coger", pensarán viendo la estela negra que viene por detrás en cada ataque. Y, de esta forma, prefieren guardar fuerzas para intentarlo en terreno de emboscada.

Muchos dudan del sentido táctico de Nicolas Portal

Ahí radica el gran debe del Team Sky, o al menos, supuestamente. La táctica del conjunto británico, muy cerrada y marcada, se puede ver en entredicho si algún equipo o ciclistas les meten en una emboscada. La férrea guardia que arropa a Froome puede sufrir ataques imprevistos en zonas de sube y baja, sobre todo en descensos y puertos lejos de meta, cuando menos se lo esperan. Es ahí cuando la táctica sale a relucir y deja la potencia en un segundo plano.

Parece que Sky solo sabe tirar hacia adelante con potencia, como animales tirando de un arado, pero pocos garantizan su seguridad cuando las cosas vayan en su contra. La estrategia desde el coche no parece tener demasiadas alternativas pero, de momento, les va perfecto. Primero tendrán que actuar los demás y, luego, confirmar si la estrategia es buena o no. De momento, con la diferencia que tienen, la que llevan es la mejor estrategia posible.

Terreno de sobra

En esta última semana hay terreno de sobra para emboscadas. El encadenado Allos-Pra Loup puede ser un buen momento. La subida y, sobre todo, la bajada del Col d'Allos se antojan muy duras y complicadas y ahí, con un puerto no excesivamente duro al final, pueden estar las opciones de los rivales de Froome. Eso sí, tendrán que intentarlo en grupo pues, de forma individual, son más vulnerables. La etapa con final en Saint-Jean-de-Maurienne tiene un complejo descenso en el Col du Glandon tras el cual se afronta una cota de tercera, antes de llegar a la meta. Para acabar, las dos grandes etapas de los Alpes, con final en La Toussuire y Alpe d'Huez. Ambas tienen buenos puertos previos pero, es probable que todo se resuelva en la ascensión final. Aun así, el encadenado Croix de Fer (HC) y Mollard (2ª), además del descenso hacia el inicio de La Toussiere (HC) puede ser un buen lugar para intentarlo. Menos lo será en la etapa final, con la durísima ascensión a Alpe d'Huez como decisiva para el Tour de Francia 2015.

Así pues, una auténtica y férrea guardia para escoltar al gran líder, al gran general, al dominador del Tour 2015. Pocos han intentado atacarles pero ahora, con solo cuatro días de montaña por delante, se espera la ofensiva y ahí es cuando mejor tendrá que responder el ejército de Sky, arropando a Chris Froome. ¿Habrá emboscada?