Ataviado con su densa y tupida barba oscura y la negra camisola de su equipo, un lobo alemán llamado Simon Geschke cazó en Pra Loup. Lobo por su imagen, lobo por el juego de palabras que da nombre al puerto (en francés) y lobo porque ha acechado a su presa, a la victoria, hasta que ha acabado con ella. Tras muchas fugas en grandes vueltas, tras meterse muchos días en la escapada del día, al fin, el lobo alemán tuvo su premio. La valentía, y como no las fuerzas, le hicieron atacar en el Col d'Allos, a más de treinta kilómetros de la meta, sacar una buena renta a diversos grupos y rematar, agonizando en cuanto a fuerzas, pero manteniendo vivas sus opciones. Reguló al final hasta levantar los brazos en la primera cima alpina del Tour 2015.

Entre los favoritos a la general, una caída en el descenso del penúltimo puerto dejó descolgado a Contador, que perdió más de dos minutos en meta. Además, tanto el madrileño como Nibali lo intentaron de lejos pero no pudieron hacer diferencias. El gran duelo del Tour de Francia se vivió en la subida final. Ataque de Quintana, contraataque de Froome en varios movimientos de mucha fuerza e intensidad. Al final, empate técnico en la cima. Además, el abandono de Van Garderen y la pérdida de tiempo de Contador asienta a Alejandro Valverde en la tercera plaza del podio.

Encadenado alpino

La primera jornada 100% alpina planteaba muchas opciones de atacar y de buscar una emboscada hacia el líder de la carrera, Chris Froome. La jornada arrancaba con el único terreno medianamente llano que iban a afrontar los corredores. Después, prácticamente enlazados, el Col des Léques (3ª), el Col des Toutes Aures (3ª), el Col de la Colle-Saint-Martin (2ª) para afrontar el final espectacular: Col d'Allos (1ª) y, tras el descenso, ascensión a Pra Loup (2ª).

A mil por hora

Como era de esperar, la carrera salió a mil por hora. El perfil dejaba un día propicio para una escapada numerosa y, tras el día de descanso, las ganas y las fuerzas están recuperadas. Es por ello que hubo movimientos desde la salida. Sagan, Kruijswijk, Navarro, Joaquim Rodríguez, Pinot... muchos ciclistas de calidad lo intentaron pero el pelotón, con equipos interesados en meter ciclistas delante, impidió que ningún corte se consolidara.

No fue hasta el kilómetro 72, una vez se habían superado los dos altos de tercera categoría, cuando se consolidaba una fuga numerosa y con calidad. Entre ellos, destacaban escaladores como Thibaut Pinot (Française des Jeux), Rigoberto Urán (Etixx-Quick Step), Richie Porte y Nicolas Roche (Team Sky), Rafal Majka (Tinkoff-Saxo), Adam Yates (Orica GreenEdge), Tanel Kangert (Astana Team), José Herrada y Gorka Izagirre (Movistar Team), Simon Geschke (Team Giant-Alpecin), Steven Kruijswijk (LottoNL-Jumbo), Matthias Frank (IAM Cycling), Merhawi Kudus y Serge Pauwels (MTN-Qhubeka), Rafa Valls (Lampre-Merida) y Nicolas Edet (Cofidis Credit Solutions). Además, hombres todoterreno como Jan Bakelants y Mikael Cherel (AG2R La Mondiale), Benoit Vaugrenard (Française des Jeux), Peter Sagan (Tinkoff-Saxo), Jonathan Castroviejo (Movistar Team), John Degenkolb (Team Giant-Alpecin), Alberto Losada (Team Katusha), Perriq Quemeneur (Team Europcar), Andrew Talansky y Ryder Hesjedal (Cannondale-Garmin) y Daniel Tecklehaimanot (MTN-Qhubeka). Mucho nivel en una escapada de 28 ciclistas.

La fe de Fuente Dé

El ataque de Contador, lejos de tener cooperación, tuvo muchos enemigos

La escapada había acumulado una diferencia que rondaba los tres minutos durante esta primera parte de la etapa. El pelotón iniciaba la ascensión al Col de la Colle-Saint-Martin (2ª) tocaba la corneta. Tinkoff saltaba al ataque con Micheal Rogers llevando en su estela a Alberto Contador. El movimiento no tuvo respuesta inmediata y, cuando el australiano dejó al pinteño solo, ya tenía casi medio minuto. Pero Movistar está empeñado en defender el podio, tanto el de Quitnana como el de Valverde, y Anacona impuso un ritmo de acercamiento. Para rematar, Alejandro Valverde saltó hacia su compatriota y, con la entrada de Geraint Thomas (Team Sky), fueron neutralizados.

Instantes después, volvía a saltar Michael Rogers. Acto seguido, Adriano Malori (Movistar Team) se solapaba a su rueda, 'por si las moscas'. Se fueron con más de dos minutos y siguieron haciendo camino. Por detrás, un movimiento de varios hombres dejó destacados a Brice Feillu (Bretagne Seche Environnement), Romain Sicard (Team Europcar) y Jan Barta (Bora-Argon 18). Este trío no pudo unirse, finalmente, con la escapada.

Van Garderen abandona el Tour de Francia

Saltaba la noticia. Tejay Van Garderen (BMC Racing Team), tercero en la clasificación general, decía adiós a la carrera. El norteamericano estaba enfermo, como así lo confirmó Yvon Ledanois, y no pudo con el ritmo inicial de la carrera. Se quedó cortado en torno al kilómetro 50 y pudo entrar con la ayuda de compañeros como Damiano Caruso. Tras entrar en el Col de la Colle-Saint-Martin, los ataques en la ascensión volvieron a descolgarle y, tras unos minutos de asimilación, Van Garderen se bajaba de la bicicleta. Desconsolado, apenas le servían los ánimos de directores y auxiliares que intentaban consolar a su líder. El ciclista estadounidense decía adiós a su gran oportunidad en el Tour de Francia. Este año era su año...deberá esperar al año que viene. Además de Van Garderen, también han abandonado en el día de hoy Jerome Coppel (IAM Cycling), Sam Bennett (Bora-Argon 18), Laurent Didier (Trek Factory Racing) y Nathan Haas (Cannondale-Garmin).

La escapada afianza sus opciones

Geschke forjó su victoria con un ataque en pleno Col d'Allos

El sprint intermedio introducía la carrera en la parte decisiva. El falso llano de aproximación al Col d'Allos (1ª) tuvo movimientos. Simon Geschke se marchó por delante y obtuvo una buena renta. También intentó agitar el árbol Peter Sagan a 39 kilómetros de meta, cuando la carretera, sin ser puerto, picaba mucho hacia arriba. La diferencia de la fuga con respecto al pelotón fue subiendo. Pasó de los tres a los cinco minutos para acabar con nueve minutos en las primeras rampas del puerto. Una diferencia más que suficiente, a priori, para poder llegar a meta con opciones.

Tecklehaimanot animó la carrera con su estilo combativo e intentó cazar al alemán que rodaba en cabeza de carrera. Así pues, en el inicio de Allos, Geschke tenía casi nueve minutos con los perseguidores, ya con el quinteto que venía por detrás, a minuto y medio. Algunos como Bakelants empezaban a sufrir en una zona que, poco a poco, iba siendo más dura.

Por detrás, Sky dejó hacer tras la calma y la fuga se marchó. Entraron hombres fuertes en el terreno de llano y falso llano como Luke Rowe e Ian Stannard que ayudaron a controlar la carrera en esta zona previa al inicio del puerto. La diferencia seguía subiendo y llegaba hasta los diez minutos cuando restaban, todavía, 32 kilómetros de etapa. La victoria estaba delante.

Los más fuertes siguen adelante

Con diez kilómetros de ascensión, Rafa Valls agitó el árbol y las manzanas cayeron. En una zona más suave de la subida, el alicantino se fue hacia adelante y solo los que iban más finos como Kangert, Roche, Yates, Kruijswijk y Frank, además del propio Valls, pudieron seguirle. Pero todavía quedaba la parte más dura. Los últimos seis kilómetros de subida superaban el 7,5% de media, con rampas de hasta el 10%.

Se fueron uniendo unidades a ese sexteto que cazó a Tecklehaimanot y, sin tiempo de respiro, Steven Kruijswijk demarraba y se marchaba con Yates, a rueda. Por detrás, todos miraban a Pinot y Majka y esa circustancia fue aprovechada por Matthias Frank que se marchó con mucha fuerza en busca de los dos que estaban por delante. La ventaja de Simon Geschke ya superaba los dos minutos y había tres que querían cazar al alemán y dejar fuera de juego a los Pinot, Roche o Majka, más fuertes, en teoría. Pero el francés no se iba a dejar sorprender y se marchaba con fuerza para unirse con Talansky, Kruijswijk, Frank y Yates. Pinot llevaba un ritmo superior, con mucha fuerza.

Astana mueve ficha

En el pelotón, el conjunto Trek era el que cogía el mando con fuerza, descolgando a algunos ciclistas que rodaban al límite en la subida. Por delante, Pinot se erigía como el más fuerte. Tras varios kilómetros tirando con todo, pedía el relevo una vez había hecho sufrir a Adam Yates. Tanto fue el cántaro a la fuente, que el francés se marchó en solitario en la parte más dura de la subida.

Astana y Trek cogieron el mando del pelotón

Justo en ese momento, cuando la cabeza de carrera estaba a menos de dos kilómetros de la cima, Astana ponía un ritmo brutal, enorme. Fuglsang, Scarponi y Nibali tiraban en la cabeza del grupo. El italiano todavía sueña con el podio y puso toda la carne en el asador. El tirón del conjunto kazajo eliminó a gregarios importantes de Froome como Leopold Konig. También se descolgaban hombres como Bardet, Rolland, Mollema o Joaquim Rodríguez. Ritmo tremendo el de Jakob Fuglsang que dejó el grupo principal en una decena de corredores cuando el danés daba el relevo a Scarponi. Froome se iba quedando sin gregarios.

Pinot pierde todo en la bajada

Por delante, Pinot seguía recortando segundos a Geschke que coronaba con menos de un minuto sobre el ciclista francés. Mientras los perseguidores se agrupaban por detrás con Yates, Kruijswijk, Urán, Frank y Talansky. Coronaba el alemán en cabeza y, 50 segundos después, lo hacía Thibaut Pinot. El francés estaba con confianza pero una caída sin consecuencias físicas, en la parte inicial del descenso del Col d'Allos, iba a dar al traste con su progresión. Geschke fue obteniendo segundos de margen mientras los perseguidores sobrepasaban como balas a un desconfiante Pinot. De nuevo, la pesadilla de los descensos aparecía en torno al francés.

Mientras descendían los de cabeza, en una bajada técnica y complicada, los favoritos empezaron a pegarse palos. Aprovechando el endurecimiento de su equipo, Nibali demarró con fuerza. El ataque del italiano dejó solo a Froome, Quintana, Valverde y Contador en el grupo de favoritos a poco más de un kilómetro de subida. Ya en el último kilómetro de ascensión, llegó el turno del ataque de Nairo Quintana pero Froome pudo reducir el hueco sin problemas. Además, llegaba Porte, procedente de la fuga, para ayudar a su líder en estos últimos metros de ascensión y el descenso.

La mala suerte de Contador

Una caída en el peor momento para Contador

Arrancaba la bajada y ya se veían las intenciones. Contador adelantaba a Quintana con el fin de ganar la posición. El colombiano le devolvía la maniobra. Nadie quería perder ni un metro. Entre esas, recien inaugurada la bajada para ellos, Contador sufría una caída, con consecuente pinchazo, le hacía perder mucho tiempo con respecto al resto de favoritos que se lanzaron a tumba abierta. Mención especial para Valverde que cuajó un magnífico descenso buscando ampliar diferencias con Contador en esa batalla por el podio. Tras coger la bicicleta de Peter Sagan, Contador siguió su camino con la intención de minimizar pérdidas. Pero estaba muy solo.

La gloria del 'lobo'

Por delante, ya habían iniciado la subida, corta y constante. No hubo mayores diferencias y, pese al empuje de Pinot que quería recuperar lo que había perdido cuesta abajo, Geschke supo mantener el ritmo, regular y Talansky solo pudo recortar la mitad del minuto con el que había partido en la base del puerto. El lobo alemán triunfaba en tierra de lobos, Pra Loup (lobo en francés). Levantaba las manos, sin fuerzas, con apenas energías para celebrar emocionado la victoria, se llevaba el triunfo más importante de su carrera. Tras él, a un treinta segundos, entraba Talansky y, a un minuto, lo hacía Rigoberto Urán.

De la cronoescalada de Contador al gran duelo

Por detrás, Contador iniciaba la subida a Pra Loup con 1:40 de pérdida. El madrileño estaba dejando escapar las escasas opciones que tenía de vestir de amarillo en París e incluso para subir al podio. Valverde y Quintana recibían la ayuda, procedente de la escapada, de Herrada e Izagirre, que se pusieron a tirar del grupo. Ya en la parte final de la subida, a unos dos kilómetros para la meta, Quintana probó suerte con un demarraje insistente. Llevó a Froome al límite pero, ni aun así, el británico sufrió lo más mínimo para cerrar el hueco. Estaba en modo extraterrestre, a la defensiva, pero a un nivel de forma excelso.

Froome y Quintana, salvo sorpresa, se jugarán la carrera en estas tres etapas montañosas

Instantes después fue Nibali el que quiso sacar partida del problema de Contador y puso a trabajar a Tanel Kangert, procedente de la fuga. Ahí llegó otro gran ataque de Quintana. El colombiano dejó un metro de espacio y saltó con muchísima fuerza, desde atrás, exprimiendo al británico que salió bien a su rueda. Al parar, fue Froome el que contraatacó encontrando una buena respuesta de Quintana. El duo que, a priori, se va a jugar la carrera, se marchó en solitario. El colombiano esprintó pero no logró picar ni un segundo al maillot amarillo. Tras ellos entraron Valverde (+7'') y Nibali (+14'').

Contador, exprimiendo sus fuerzas en solitario, agonizando en la parte final de la subida dando todo, el 100% de sí mismo, entró a 2:14 de Chris Froome con lo que se dejaba 2:07 con Valverde en su lucha por el tercer escalón del podio y perdía también la cuarta plaza con Geraint Thomas. Ahora, tanto Nibali como el madrileño no tienen nada que perder y seguro que intentarán todo y más de aquí al final de carrera.

Y mañana...

Los Alpes continúan mañana en una jornada, de nuevo, con mucha miga. Puertos desde la salida con el Col de Bayard (2ª), seguido de hasta tres cotas de tercera y el Col de la Morte (2ª). Tras un descenso y falso llano, los ciclistas afrontarán la parte decisiva de la carrera. El Col du Glandon (HC) y su complicado descenso serán claves y, tras la bajada, cota de segunda categoría, Lacets de Montvermier para llegar a la meta diez kilómetros después de coronar.

Clasificaciones tras la 17ª etapa