Tras haberse disputado hoy la primera de cuatro etapas de este decisivo bloque alpino, con la trabajada victoria del alemán Simon Geschke (Giant Alpecin), la etapa de mañana se presenta como el segundo asalto para intentar derrotar al hasta ahora invulnerable maillot amarillo Chris Froome (Team Sky). Esta decimoséptima jornada, pese a un espectacular arranque, que, junto a una poco oportuna enfermedad ha provocado el abandono del hasta hoy tercero en la clasificación general, Tejay Van Garderen (BMC Racing Team), ha tenido un resultado nulo entre los favoritos, quitando una desafortunada caída en el descenso del Col d’Allos, que ha provocado 2:17 de pérdida a Alberto Contador (Tinkoff-Saxo), apartándole casi definitivamente de la lucha por vestir de amarillo en París.
Nueva etapa de alta montaña
Y es que mañana la batalla por el reinado de esta 102ª edición de la ronda gala continúa en pleno corazón de los Alpes. Se saldrá de Gap, donde hace dos días Rubén Plaza (Lampre Merida) consiguió la tercera victoria española en este 2015, para afrontar un inicio de etapa muy complicado, en el que se superarán hasta cinco puertos de segunda y tercera categoría en los primeros 85 kilómetros de etapa. Un terreno caníbal, con apenas un metro llano, que a buen seguro dará lugar a una encarnizada lucha por la escapada del día, y que, como hemos vivido en la etapa de hoy, puede provocar alguna sorpresa entre los de la general. Será importante estar atento en estos primeros kilómetros de etapa a la formación de las fugas, ya que tener compañeros por delante puede ser clave en una jornada donde la inteligencia táctica y la estrategia de carrera pueden tener más importancia que la fuerza y la capacidad de escalada.
Después de este complicado inicio los corredores recorrerán 40 kilómetros más suaves, hasta llegar a los últimos 60 kilómetros, que separarán el grano de la paja en esta segunda entrega de alta montaña. En primer lugar, se ascenderá todo un mito de los Alpes, el Col du Glandon, todo un Hors Categorie, una subida cuyo nombre evoca recuerdos de gran ciclismo. Este puerto se superará por su vertiente sur, que tiene un perfil irregular, con dos descansillos intermedios, pero con tramos de gran dureza, con rampas máximas del 15 %, y un kilómetro entero al 11 %. En total, la subida consta de 21,7 kilómetros al 5,1 %, y se coronará a 38,5 kilómetros de la llegada. Sin lugar a dudas, una ascensión con terreno de sobra para que haya batalla entre los hombres de la general, aunque tiene la pega de encontrarse algo alejada de la línea de meta, un hecho que tristemente suele ser demasiado relevante en este ciclismo tan conservador de hoy en día.
Si los favoritos decidiesen ser valientes y presentarle batalla al líder Froome, tanta importancia como la subida podría tener la bajada de este Col du Glandon, cuyos 10 primeros kilómetros son rápidos, técnicos y por una carretera estrecha. Una vez terminado el descenso, restarán únicamente 20 kilómetros, en la que los que la organización ha introducido una última trampa para decidir el devenir de esta etapa. Se trata de las espectaculares Lacets de Montvernier, una corta y dura subida de 3,4 kilómetros al 8,2 %. Una subida conformada por numerosas curvas de herradura enlazadas, que dotan al ascenso de una bellísima perspectiva. En el plano deportivo, es sin duda una cota con rampas duras, como demuestra su elevado porcentaje medio, y cuya cima se sitúa a tan sólo diez kilómetros de la llegada, cinco de ellos de descenso, por lo que a buen seguro será decisiva tanto en la lucha por el triunfo de etapa como en la batalla por la clasificación general.
Etapa propicia para escapadas
Si, como parece más probable, la escapada del día tiene éxito y consigue ventaja suficiente como para no ser neutralizada, entre los favoritos se cuentan corredores de calidad en la alta montaña, pero con suficiente tiempo perdido como para no ser una amenaza al liderato de Chris Froome. En este grupo de corredores, encontramos a gente como Joaquim Rodríguez (Katusha Team), vencedor de dos etapas ya, y que si quiere adquirir en propiedad el maillot de la montaña que viste prestado por el líder Froome no puede desaprovechar una etapa como la de mañana, con siete subidas puntuables.
También podríamos contar con ciclistas como Rafal Majka (Tinkoff-Saxo), ganador en esta edición de una etapa de perfil muy parecido en Cauterets, durante el bloque pirenaico. Junto a ellos, a buen seguro los corredores franceses querrán brillar en un Tour que hasta ahora les ha sonreído en pocas ocasiones. Por tanto, se deben tener en cuenta nombres como Thomas Voeckler y Pierre Rolland (Europcar), Romain Bardet (AG2R La Mondiale), Tony Gallopin (Lotto Soudal) o un esforzado Thibaut Pinot (FDJ.fr), al que la suerte parece haberle dado la espalda en este Tour 2015.
¿Todos contra Froome?
Como ya hemos comentado antes, el perfil de esta decimoctava etapa no es el más indicado para que haya movimientos entre los de la general. También actuará de freno para los favoritos la amenaza de las dos durísimas etapas que esperan tras la jornada de mañana, debido a las cuales seguramente los hombres fuertes estarán preocupados de reservar fuerzas. Sin embargo, ante la superioridad del líder Froome, sus perseguidores no pueden desaprovechar ninguna oportunidad de ponerle en dificultades. Corredores que ya están distanciados, como Nibali o Contador, pueden aprovechar sus habilidades en descenso y la fortaleza de sus equipos para atacar a Froome. Estos dos corredores, caracterizados por su valentía y por no tener miedo a atacar desde lejos, necesitan recuperar tiempo lo antes posible, y esto hace probable que durante esta segunda etapa alpina vivamos de nuevo ataques entre los favoritos.
A río revuelto, ganancia de pescadores, y Movistar, que ya tiene a Quintana y Valverde en el podio, puede aprovechar el ataque de otros corredores como estos dos nombrados arriba, para rematar a Froome y su equipo Sky, una vez se hayan desgastado persiguiendo a los demás rivales. De cualquier manera, tras la etapa de hoy, solo quedan tres oportunidades, y la escuadra española, pese a mostrarse como la más fuerte de la carrera y tener dos hombres en el podio, debe intentar que esta superioridad se traduzca en, al menos, poner en aprietos al líder de la carrera. Esperemos, que para diversión del aficionado, el Movistar decida plantear la carrera de una manera ofensiva y poner toda la carne en el asador, para hacer sufrir al siempre intratable Froome.