La madurez, muchas veces, no tiene que ver con la edad y mucho menos la madurez en el deporte. El deporte, el éxito o el fracaso, hace evolucionar a las personas con una rapidez mayor. Es el caso de Nairo Quintana. Solo dos años, 730 días entre el segundo puesto del Tour de Francia 2013 y el podio del día de hoy. Pese a la igualdad en resultados, la imagen es diferente. No la física, sino la mental.

Nairo Quintana: "Ahora soy más maduro, más líder"

Si pudiéramos analizar, de forma abstracta, a Nairo Quintana se podría ver esa evolución de la que hablamos. "Hace dos años estaba en shock, no sabía lo que estaba pasando", explicaba Quintana antes de subir al podio final en París. El paso de 'niño' a 'hombre' se puede ver en esas palabras. "Ahora soy más maduro, más líder", aseveraba con la seguridad de un gran campeón. Pese a su tímida voz, apenas alzada por encima de los 30 decibelios que constituyen un murmullo, su contundencia explica esa madurez.

Del 'niño' de 2013 al triunfador del 2015

25 años y ya es un gran triunfador. El Giro de Italia no fue más que la confirmación de lo que es: un triunfador. Por fin, el heredero de Lucho Herrera y compañía llega para batir fronteras, para batir a sus antepasados, para hacer historia. Y va camino de ello. Este Tour de Francia ha sido el de la confirmación del cambio. De 'niño' a triunfador como así demuestran sus acciones antes y durante este Tour de Francia 2015.

Nairo Quintana ha llevado a cabo el entrenamiento de un gran líder

Lo primero, la preparación. Una preparación cuidada, guardada, mimada hasta la extenuación. Sin concentraciones fuera de casa pues, que mejor que Colombia para hacer un stage en altura. "Tengo la ventaja de que puedo entrenar en altura en mi casa", comentaba Quintana días antes del Tour ante las críticas suscitadas. Pero allí estuvo tranquilo, resguardado, concentrado. Además, ha cuidado cada faceta con mucho mimo. Entrenó la crono, la crono por equipos, se presentó en el pavé para, sufriendo, coger la experiencia necesaria sobre piedras.

La montaña no necesita entrenamiento para él. Ha nacido para esto. Arrancó con un tercer puesto en San Luis, donde arranca muy cómodo. Entre el frío y la nieve de Terminillo, avisó, se convirtió en gran favorito para las grandes carreras, batiendo a hombres como Contador, Mollema, Urán o Pinot. Luego de una intensa experiencia sobre pavé, acabó con buenas piernas la explosiva Itzulia y octavo en una carrera para coger piernas como Romandia, sin presión. Para acabar, se midió a Contador en Route du Sud, con buenas sensaciones pese a la derrota en el descenso del Balés.

Para muchos, el gran favorito

Y así se plantó en la salida del Tour de Francia. Incluso por encima de Froome, muchos le daban como favorito. Poca crono y un equipo de garantías para afrontar la crono por equipos. Pero, en la primera semana, todo se torció. Todos lo avisaban, las primeras nueve etapas iban a tener una importancia vital. Y así fue.

Zelande ha supuesto el gran lastre del Tour de Francia

No valió de nada el equipo de rodadores con el que Unzué y los suyos rodearon a Quintana. La potencia de Malori, Dowsett, Erviti o Castroviejo de poco sirvió ante los abanicos provocados por BMC, Tinkoff o Sky. Fue el peor de los favoritos en la crono incial pero perdiendo solo diez segundos con Froome, el mejor de los fantásticos. Primer envite salvado pero el segundo... El temporal de Zelande dejó frío a Movistar y a Quintana. Contador, Van Garderen y Froome le metieron casi medio minuto ente los abanicos y la lluvia. Vaya lastre en solo dos días. La última pérdida de tiempo iba a darse en Huy. Unos segundos que, a la postre, podrían resultar vitales.

Resultado de la primera semana, o de los tres primeros días mejor dicho: casi dos minutos de pérdida con respecto al líder, Chris Froome. Tres días para olvidar, uno de ellos de desastre y dos con pérdidas mínimas. Esas mínimas en las que se juegan las carreras. Quién sabe si, habiendo estado más cerca, podría haber puesto más nervioso a Froome que veía como su máximo enemigo ya perdía casi 120 segundos. Demasiado para las distancias que hay en la actualidad en esto del ciclismo. Y todavía quedaba la crono por equipos.

La primera semana finalizaba con la crono por equipos y, a partir de ahí, solo montaña. Aunque Movistar llevaba un buen equipo, era presumible la pérdida de algunos segundos con respecto a equipos como Team Sky o BMC, con un equipo plagado de especialistas. Y así fue aunque con un lastre de solo cuatro segundos tras la magnífica crono cuajada por el conjunto español. Dos minutos exactos de pérdida con respecto a Froome, pero ya había pasado lo peor... o no.

Mazazo inesperado

El Nairo de los Pirineos fue incapaz de inquietar a Froome

Al día siguiente, la alta montaña abría su telón pirenaico en la segunda semana, con una jornada prácticamente unipuerto. Muy pocos esperaban que la carrera quedara vista para sentencia tan pronto y mucho menos en una etapa, a priori, más inofensiva que otras. Pero así fue. Chris Froome puso la carrera patas arriba en la subida final a La Pierre-Saint-Martin y, aunque el colombiano fue el último en abandonar su rueda, Quintana reventó como fueron haciendo el resto de rivales. 1:04 de pérdida en la cima. Pese a todo, Quintana se colocaba en posiciones de podio. Ha sido el mejor en la alta montaña, tal y como han confirmado las diferencias finales. Obviando la etapa de Zelande, Nairo Quintana sería el ganador de la carrera. Pero claro, es imposible jugar a adivinos así que, por lo pronto, nos fijaremos en la realidad. Hombres como Nibali o Contador quedaron muy lejos en la general, mostrando peores sensaciones mientras que otras alternativas como Pinot, Bardet o Mollema quedaron descartadas en la primera jornada pirenaica.

Tras esa primera etapa montañosa, los Pirineos no dejaron mayores diferencias entre Froome y Quintana. Ni Cauterets ni Plateau de Beille marcaron desigualdades entre los principales candidatos aunque la explosiva subida a Mende sí que hizo mella. Y no entre los dos grandes candidatos sino que hombres como Contador, Nibali o Van Garderen perdieron varias decenas de segundos con respecto a los dos capos. Así pues, Quintana se aupaba a la segunda plaza del podio aunque no podía recortar tiempo con el todopoderoso líder. En los Pirineos y Macizo Central había puesto en marcha esa madurez que le ha otorgado el éxito, su mentalidad y su concentración. Esperó, no se volvió loco, se dedicó a ir a por el podio. Paso a paso, ya llegaría más en los Alpes.

Cambio de paradigma en los Alpes

Nairo consiguió dejar de rueda a Froome en varias ocasiones

Llegaban los Alpes y, con ello, la esperanza. La esperanza de ver si Movistar movía ficha, de sí Froome y su equipo flaqueaban y de si Quintana resurgiría para pasar por encima del británico. Aperitivo nulo con una emocionante y peligrosa bajada hacia Gap. A partir de ese día, haciendo dupla con Valverde, se dedicaron a ir dinamitando, poco a poco, la estructura de Sky, que parecía más vulnerable que nunca. Pero igualmente, sin volverse locos. Amarrando el podio y pensando en soñar. Era complicado pero tenía puestas todas las esperanzas en las dos últimas etapas. Quién sabe si con la mentalidad que tenía en 2013, más locuaz y juvenil, hubiera atacado más, el éxito del amarillo hubiera llegado. Tal vez eso o tal vez hubiera perdido toda opción a acabar en el podio. Pero la madurez dicta eso, paso a paso, sin prisa. Ya habrá tiempo para tener prisa por ganar.

Se intentó también en la etapa de Pra Loup, con el Col de Allos como punto de mayor dureza. Lo mismo en la llegada a Saint-Jean de Maurienne, con el Glandon como coloso del día, pero nada. No hubo diferencias. Lo que sí que vino bien a Nairo fue la eliminación de Van Garderen. Un catarro que evolucionó mal dejó ko al norteamericano y allanó el camino de Nairo hacia el segundo puesto. Ya no tenía apenas presión por detrás, muy poca, y contaba con el escudo de Valverde. Solo tenía que mirar hacia arriba. Y lo hacía con optimismo. Lejos de hundirse tras el negativo paso por la primera semana y por el primer bloque montañoso, tiró de esa veteranía adquirida para, a base de paciencia, darle la vuelta a la tortilla. Ahora Quintana era capaz de dejar atrás a Froome y de hacerle sufrir, llevándole al límite.

Y así lo hizo en las dos últimas etapas de montaña. Lo intentó hasta la extenuación. Con carácter, con esa mentalidad ganadora que siempre tuvo, evolucionada ahora con la madurez que protagoniza este reportaje. La valentía y la ambición se pusieron de manfiesto en las subidas a La Toussuire y Alpe d'Huez o incluso más lejos, probando ataques y puentes en Mollard o La Croix de Fer. La caída de Contador en Alpe d'Huez le permitió mirar solo hacia adelante, sin pensar en perder el podio. Al final, el medio minuto de La Toussuire y el 1:10 de Alpe d'Huez, en donde retó a Pinot en la lucha por la victoria, no fueron suficientes y Chris Froome salió vencedor por minuto y doce segundos. Obviando aquella dramática etapa de Zelande, con los abanicos y la lluvia, Quintana sería el campeón. Es por ello que en el deporte y más si cabe en el ciclismo, los pequeños detalles son los que deciden las carreras. Un día, a priori intrascendente, en la llanura neerlandesa, decidió el Tour de Francia.

Sin triunfo de etapa

Quizás, más que la victoria final, la cual ya tendrá tiempo de conseguir en la larga carrera que tiene por delante, el gran debe de Nairo en este Tour de Francia ha sido el no conseguir un triunfo de etapa. Lo intentó en Alpe d'Huez pero Pinot se quedó lejos, cerca, pero lejos. Tras la conseguida en 2013, en Annecy-Semnoz, todo el mundo esperaba su triunfo al no poder conseguir la victoria en la general. Aun así, segundo de la general y un previsible maillot blanco..., nada mal para un chaval de apenas 25 años.

No pudo ser pero, Nairo está "contento, emocionado", un Tour donde ha mostrado todo lo que ha aprendido, todo lo que ha madurado y en el que también ha seguido aprendiendo y madurando. Ahora, sin saber si acudirá a la Vuelta a España, "dependerá del estado físico", dice el colombiano, ya piensa en el Tour de Francia 2015. La presión irá en aumento y, ¿podrá vestirse de amarillo? De 'niño' a triunfador y solo queda el paso de triunfador a leyenda. El futuro le espera.

VAVEL Logo
Sobre el autor
Adrián González Blanco
Comunicación audiovisual. Coordinador y redactor de la sección del Racing, Rallys y Ciclismo y redactor en Betis VAVEL.